Día 8 Fuego Odín ( The Dark World)

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En todo Asgard o incluso en los nueve reinos jamás existió amor tan grande como el que se profesaron el Padre de todo y Frigga, sí, fueron rey y reina, pero también fueron amantes, compañeros, amigos, el uno para el otro. Odín regresaba de cada batalla por que sabia que justo en el palacio parada aun lado del trono estaba ella esperándole llena de miedo y angustia por las heridas que pudiese recibir. Acarició la mejilla del cuerpo ya sin vida de su amada esperando despertara de aquel letargo dándole la dicha de volver a ver esa sonrisa embriagada de dulzura.

En ese momento no era un rey, en aquel instante Odín solo era un amante que había perdido la otra mitad de su razón para vivir, las palabras no bastaban para explicar en mínima parte lo dañado que estaba no solo su corazón, también su alma por ver como las doncellas vestían con las mas finas prendas el cadáver de Frigga, sabía lo que seguía el fuego consumiría el cuerpo de su esposa para llevarle al Valhalla, donde le esperaría como en cada batalla. Ella nunca le vio como un rey o como un dios, le vio como lo que era, un esposo buscando en cada momento enamorarla, un padre que cometió errores por tratar de enseñar a sus hijos lo que era digno, no la grandeza o el poder, solo ser digno de tus seres amados, un varón ahogado en miedo de que ese día llegara, de que perdiera a la única mujer que con solo una palabra podría doblegarlo, con una mirada silenciarlo y con un beso robarle todo su ser. Se puso en pie y con manos temblorosas acomodo el cuerpo de Frigga en la barca perfectamente decorada con flores, "solo duerme...ella te está esperando y velara por nuestros hijos y por mí", ahora aquellas palabras eran el mantra de Odín.

Colocó el velo sobre el delicado rostro de su esposa no sin antes depositar un ultimo beso, el sonido del abrazador fuego funerario carcomía su culpa, se había confiado y gracias a eso había perdido a quien mas amaba, las llamas susurraban el nombre de Frigga, era hora...empujó con un dolor implacable la barca dejando que la marea le alejara poco a poco, Odín no estaba listo para un adiós, el nudo en la garganta del dios se hacía insoportable, su cuerpo y mente no reaccionaban, tenia que dar la orden y no podía.

–Padre...–Thor habló por fin con una voz tan baja que Odín no reconoció, movió la cabeza asintiendo dejando que los arqueros consumieran la punta de las flechas en el fuego y dispararan.

El fuego ardió en instantes y a la lejanía su amada se volvió polvo de estrellas, llegó al Valhalla dichosa de ser madre, orgullosa de ser un guerrera única y llena de compasión al llamarle esposo. Ya no estarían juntos en Asgard, pero juraba por los que están sentados en las sombras que pronto la alcanzaría en Valhalla y sus almas volverían a ser una misma.

Una palabra por 30 díasWhere stories live. Discover now