CAPITULO IV - MATEO

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Hola, aqui vengo a dejar otro capitulo mas de la historia. En este Bautista/Cristobal conoce mas a su hermano y se da cuenta de lo mal que lo habia juzgado...

En los capitulos siguientes vamos a ir descubriendo junto al niño a sus familiares y como poco a poco se van ganando un lugar en su corazon... yo se que les dije que no iba a haber tanto drama como en la segunda parte, pero la historia lo requiere porque el reencuentro tiene sus cosas buenas y malas hasta que se conozcan y adapten los unos a los otros.

Todas las dudas que quedan al aire se van a ir respondiendo a medida que el protagonista las descubra, asi nos enteramos juntos... como por ejemplo ¿que hace Valentin enseñando en un colegio?

Espero que les guste el capitulo y prometo que cuando tenga un rostro para el personaje masculino que hace su presentacion en este capitulo la subo (acepto sugerencias)

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Las palabras de Valentín calaron hondo en mí, porque tenía razón en todo. Mateo no había hecho mas que acercarse a mi y hacerme sentir cómodo. Sin que nadie se lo pidiera había compartido todas sus cosas conmigo, incluso su familia y yo le había pagado de la peor manera y todo por mis estúpidos celos. Daba vueltas en la cama sin poder dormir, la conciencia me pesaba y mucho. Imaginé que habría sucedido si la situación fuera al revés. Si mis padres trajeran un hermano que fuera como él. Probablemente le hubiera hecho sentir que era un intruso en mi casa y que no era bienvenido. La verdad es que los chicos como él nunca me agradaron. Tan guapos que con solo una sonrisa tienen a sus pies a la chica que desean. Con dinero para poder comprarse todo y tener de manera fácil lo que a la mayoría nos cuesta sacrificio. Por lo general todos eran engreídos y narcisistas, con un ejercito de tontos siguiéndolos a todos lados. Pero aunque no quisiera reconocerlo él no era así. Estaba solo en el colegio, las chicas lo buscaban pero el no le hacia caso a ninguna. Y para el colmo era tan agradable que me sentía un idiota por haberlo tratado mal. Pero es que me parecía injusto, algún defecto tenía que tener, no podía ser tan perfecto. Quise convencerme que a lo mejor todo era una mascara que mostraba a su familia, que en realidad no era bueno y que lo que decían en el colegio de él era verdad. Mi mente le encontraba mas sentido a eso. Pero de nuevo resonaban en mi mente las palabras de Valentín. Claro que él era su padre y veía solo las cosas buenas, además de que los dos eran iguales, así que seguramente para él estaba bien que Mateo fuera así e hiciera las cosas que hacia.

La mañana siguiente me levanté cansado, había dormido muy poco, pero por suerte era viernes. Bajé a desayunar y ya estaban todos en la mesa.

- Buenos días – saludé con una sonrisa.

- Buenos dias bebe – Victoria nada mas me respondió, tan calida y amorosa como siempre. Aunque no entendía su manía de llamarme bebe – estamos planeando el cumpleaños de tu padre – me dijo emocionada – es la semana que viene y vamos a aprovechar para celebrar tu regreso – asentí – podes invitar a los amigos que quieras, solo avísame cuantos son.

- Gracias – dije porque no se me ocurría otra cosa – mi cumpleaños es en diez dias – comenté y ella se puso seria.

- Tu cumpleaños es en octubre – susurró sin mirarme.

- Oh – exclamé confundido, no había considerado la posibilidad de que mi fecha de nacimiento fuera falsa.

- Pero podemos festejarlo las dos veces – dijo animada de nuevo, al parecer también le costaba acostumbrarse a las cosas nuevas - ¿Qué querés hacer? – suspiré profundamente, lo que en realidad quería hacer era ver a mi familia, pero no me atrevía a decirlo por temor a que se pusiera a llorar y Valentín me golpeara o algo – Le puedo preguntar a Lidia si quiere venir – dijo mas seria de lo normal y tal vez debí haber disimulado mi alegría en esos momentos, pero no pude y sonreí como hacia tiempo no lo hacia – eso será entonces – se puso de pie, creo que estaba evitando llorar – me voy a la oficina – besó en los labios a Valentín, a Teo en la cabeza y a mi solo me palmeó la espalda y se fue prácticamente corriendo. No me gustaba hacerla sufrir, pero no podía evitar ilusionarme con ver a mi madre de nuevo. Esperé que me regañaran, pero ninguno de los dos dijo nada.

SAPO DE OTRO POZODonde viven las historias. Descúbrelo ahora