CAPITULO 9

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Stiles iba de camino a la galería, cuando Theo se acercó en su coche.

— ¿Te llevo?— preguntó el moreno, Stiles no sabía por qué, pero Theo no le agradaba mucho, pero eso no significaba que fuera descortés, su madre siempre decía, la educación por delante.

— No, gracias, me sienta bien caminar — siguiendo su camino con disimulo aceleró sus pasos.

Theo observó a Stiles, el suave vaivén de sus caderas al andar, su cuerpo largo y con formas. Sintió que sus pantalones se apretaban. Sonrió malicioso.

¿Cómo reaccionaría Derek cuando los encontrase juntos? pensó.

Stiles sentía la pesada mirada y unas terribles náuseas lo invadieron. Entro a la oficina de Lydia y echó tripas fuera en el váter. Lydia preocupada fue hacia Stiles y le frotó la espalda, Stiles empezó a llorar, por el estrés de las últimas semanas.

El castaño nunca se consideró celoso, no lo hizo con Jackson, que hacia diferente su matrimonio con Derek, lo cierto es que nunca amó a Jack, pero esta vez amaba a su marido.

Derek.

¿Cómo reaccionaría ante la presencia de un niño?

¿Cómo sería Derek siendo padre?

El estómago de Stiles se apretó y volvió a vomitar.

***

Derek estaba en su oficina y en sus manos sostenía una foto de Stiles.

El moreno sonrió al acariciar el cuadro.

Stiles.

Stiles que en las últimas fechas se comportaba extraño. Rehuía de él, de su toque, de sus besos. Extrañaba al peleón Stiles.

A veces le daban ganas de ser un hombre de las cavernas y tomarlo por los pelos y llevarlo a su choza y nunca dejarlo ir.

La puerta se abrió y entro Allison con la pequeña Kate en brazos.

— Tío Derek... ¿Podrías cuidar de Kate?— la morena sonreía tensa—se me olvido decirle a papá y a Peter que tenía práctica hoy en el club de arquería.

Derek sonrió a su sobrina política, la verdad nunca se había imaginado a su zalamero tío como amo de casa y mucho menos como un portador del gen gestante.

La pequeña Kate tenía sus profundos ojos azules puestos en el tío Der, la niña alzo sus brazos pidiendo ser cargada por aquella montaña de músculos.

— Bien— Derek amaba a los niños, por eso jamás perdonaría a Paige, en caso de que aquel bebé hubiese sido suyo, porque habia otro candidato.

Derek no se pudo concentrar en el trabajo, no por culpa de Kate, sino por Stiles, algo molestaba a su esposo y lo descubriría.

— Bien pequeña iremos donde el tío Sti e iremos por helado ¿Te parece? — la bebé de año y medio sólo aplaudió con entusiasmo.

***

— Stiles insisto en que deberíamos ir al médico, no es normal que te pongas enfermo— la pelirroja llevó una compresa fría al deshidratado castaño.

— No Lyds, estaré bien, es sólo una gripe, se me pasará ya lo verás—Lydia negó y tomando a Stiles del brazo lo incorporó de la silla y lo arrastró hasta su coche.

— Iremos al doctor o le llamaré a Derek y le diré todo.

— ¿Decirme que? —la voz de Derek era suave y curiosa.

— Nada – Stiles se apuró a decir.

— ¡Basta Mieczyslaw!— dijo la pelirroja—llevas semanas ignorando a Derek, es justo que sepa la razón, una vez te dije que por la falta de comunicación entre ustedes su matrimonio se estaba convirtiendo en una tortura, debes decirle— exigió la mujer

— ¿Decirme qué? ¡Habla Stiles!— Kate se removió en el pecho de Derek, se había quedado dormida durante el paseo en coche.

Stiles vio a dos Derek y sus piernas perdieron fuerza para sostenerlo. Derek le entregó a Lydia la niña y se llevó a Stiles al carro.

En el vehiculo Stiles estuvo en silencio y frotándose la cabeza.

— Sólo es una migraña Derek—le aseguró a su marido.

— No Stiles, no me mientas ¿Qué ocurre? ¿De que hablaba Lydia?

— De nada, sabes lo que le encanta exagerar las cosas.

— No, Lydia estaba enfadada ¿Qué está pasando?, llevas semanas ignorándome, evitándome, sólo nos reunimos para dormir y no exactamente nos limitamos a dormir, cariño ¿Qué ocurre?

— Derek...yo— Stiles temblaba por dentro y por fuera, no quería perder a Derek, lo quería tanto que dolía— ¿Sigues amando a tu ex? — Derek frenó de golpe

— ¿Jennifer? O ¿Paige?— preguntó malicioso.

— Paige— la voz de Stiles era un susurro.

— No— la decisión en la voz de Derek, le dio esperanzas— Stiles, Paige fue mi error de juventud, me casé con ella enamorado de la fantasía del amor, en aquel entonces era muy joven, ingenuo —entonces Stiles se desinfló.

— Derek — Stiles tomó su mano y lentamente se acercó a su boca, hasta sellar sus labios en un beso casto que pronto Derek volvió necesitado.

— No me distraigas Stiles— Derek respiraba pesadamente y sus pantalones se le antojaban apretados— ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme?

Con lágrimas en los ojos, últimamente Stiles estaba todo sensible, el castaño junto su frente con la de Derek y lo besó.

— Derek, Paige tiene un hijo de tres años, moreno de ojos verdes, tu hijo Derek, Paige no aborto a tu hijo, ella lo tiene — el moreno se quedó pasmado por unos segundos, segundos de agonía para Stiles

— Bien por ella— dijo y continuó su camino al doctor.

— ¿Bien por ella? Derek se trata de tu hijo—Stiles se estaba enfadando

— El hijo de ella y su amante —Stiles no entendía. ¿Qué amante?— mira Stiles, no es algo de lo que me agrade hablar, pero ya que estamos casados te lo debo y ya no te sigas afligiendo, cuando me divorcie de Paige fue porque la descubrí en mi cama con su amante, un artistucho de segunda, que sólo vivía de viejas glorias, unos meses después llego llorando a mi oficina diciendo que estaba embarazada y que no estaba preparada y técnicamente me dijo que si no la ayudaba abortaría a mi hijo, claro me reí en su cara y se enfadó y siguió hablando hasta que me cansé y le dije que todo lo que me estaba diciendo a mí, se lo dijera al padre del niño.

— ¿Cómo sabes que no es tu hijo? ¡Tiene tus mismos rasgos!

— No, no es mi hijo por la simple razón de que yo no quería hijos, no con ella, me protegí y a ella, la píldora no faltaba en su coctel de medicinas la muy astuta se buscó a alguien con mi misma fisionomía, alto, moreno de ojos verdes... Así que despeja esa cabecita tuya de ideas equivocadas.

— Pero ella me dijo...— Derek frenó de golpe.

— ¿Cuándo hablaste con ella?— Stiles tragó saliva

— Hace cinco semanas—Derek hizo cálculos

— Saliendo de la oficina –dijo el moreno y su esposo asintió.

— Si y me dijo que tú lo dejarías todo por tu hijo.

— Esta loca— tomó a Stiles de la barbilla y lo besó— tengo algo más valioso enfrente de mí.

Stiles se sonrojó y su corazón casi se sale del pecho, no le estaba diciendo que lo amaba, pero era valioso para él.


VENDIDO (STEREK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora