CAPITULO 4

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Stiles vestía elegantemente, su padre caminaba a su lado. Noah sonrió nervioso a su hijo. La gente estaba empezando a hablar. Derek esperaba junto al sacerdote, el castaño miró al hombre que sería su marido.

La marcha nupcial, parecía tétrica a los oídos del oji miel.

Alan Deaton observó las reacciones de su protegido.

El castaño llegó a su destino, el oji verde tomó sus manos y las entrelazó con las suyas, todo era perfecto.

Lydia estaba al lado del hombre de color, su sonrisa triste, otra vez la historia se repetía, ya no era por sus padres, ahora por su causa Stiles iba al altar, pero con la diferencia que sentía algo por su marido, aunque no lo quisiera reconocer.

Derek veía a Stiles con un brillo peligroso en sus hermosos ojos verde jade, la piel del castaño se erizo ante el tacto del moreno sobre su mano, cuando su padre lo entregó.

— Si hay alguien aquí con motivos suficientes para impedir esta sagrada unión, que hable ahora o calle para siempre— Stiles cerró los ojos.

"Yo, yo me opongo" quiso gritar el castaño.

— Bien, si todos están de acuerdo, los declaro marido y marido— Derek acortó la distancia entre él y Stiles, con sus grandes manos tomó el rostro lleno de lunares y plantó un beso casto en la boca en forma de arco, las lágrimas corrieron de las mejillas del menor.

Hubo felicitaciones, vítores y algarabía. Una castaña salió inadvertida de la iglesia. La recién casada pareja se detuvo a saludar a los invitados. Stiles permanecía callado detrás de Derek. La pelirroja abrazó a Stiles.

— Gracias— dijo y besó la mejilla de su amigo.

— No sé si hice lo correcto — el oji miel miró a Derek interactuar con algunos de sus clientes.

Deaton sonrió a Stiles con simpatía.

— No olvides lo que te dije— el afroamericano le entregó a Stiles una pequeña llave— cuando estés listo, usa correctamente esto, no le digas a Derek— el joven asintió, por una parte se sentía seguro teniendo algo que era importante para el moreno, por otro lado, se sentía de nuevo como en una jaula, era como un ave en cautiverio, pero con otro dueño.

                                                                                                       ***

En todo el camino al aeropuerto privado de Industrias Hale, la tensión se podía palpar, Stiles se removía en su lugar.

— ¿A dónde iremos?— el castaño trató de romper el pesado ambiente.

— Yo iré a una reunión apenas lleguemos a Marruecos, tú puedes hacer turismo— su ahora esposo no lo miró ni por asomo.

— ¡Qué divertido! – dijo sin ánimos— Derek—llamó el castaño

— Dime.

— ¿Respetarás mi parte del acuerdo? — Stiles estaba sudando, de pronto sintió un calor abrazador.

— Soy hombre de palabra— el moreno apartó su vista de las estadísticas de la tableta que llevaba en la mano— no te tocaré, llevaremos vidas separadas, pero seremos la pareja perfecta ante los medios.

Stiles asintió, era bueno que Derek fuera un hombre de palabra, no se sentiría presionado a nada, él podría esforzarse en aparentar ser el esposo perfecto, lo había hecho una vez.

— Bien, sé que eres un hombre viril, con necesidades, no me molestaría ya sabes...— se puso rojo de la vergüenza ante su sugerencia

— Lo sé, seré discreto – el moreno apartó la mirada del castaño.

Derek sonrió. Stiles se había quedado dormido, con un hilillo de saliva en sus comisuras.

El hotel era de lujo, toda la ornamenta de oro macizo, Stiles no pudo evitar silbar. Por ahora sabía que su marido no era un tacaño.

— Sr. Hale, su habitación esta lista— la recepcionista dijo entregando la tarjeta a Derek

— Gracias, Stiles ve a cambiarte, yo me iré a la reunión— Derek besó la coronilla del castaño.

El botones subió las maletas, Mieczyslaw como niño pequeño rebotó en la cama, la suavidad del grueso material lo envolvió, desempacó sus cosas y las de Derek, la fría habitación una hora después ya tenía vida, dos camas matrimoniales, Derek había cumplido su promesa.

El jeque petrolero le dio al americano los planos para las nuevas plantas petrolíferas, la cena fue sencilla, era más de negocios que otra cosa.

— Escuche que te casaste— el árabe sorbió su bebida

— En parte estoy aquí por la luna de miel— Derek miró con recelo al hombre

— ¿Dónde está tu esposa?

— Esposo, me he casado con un hombre – el oriental le miró sorprendido

— Ustedes los occidentales y su extraña cultura – el moreno rió

La plática continuó hasta que Derek miró que ya era tarde.

                                                                                             ***

Era tarde de la madrugada cuando Stiles escuchó la llegada de Derek. Incorporándose el castaño saludó al moreno.

— ¿Te desperté? — el oji verde se quitó los mocasines

— No, estaba esperándote — se sinceró el castaño— no podía dormir, quizás sea el jet lag — el joven se levantó por completo y ayudó a Derek a quitarse el saco.

— Gracias, yo puedo solo, ve y descansa que mañana haremos turismo— el mayor desapareció en el baño, Stiles apenas puso su cabeza en la almohada se quedó dormido.

                                                                                                  ***

La modelo y actriz Jennifer Blake montaba un espectáculo en las oficinas de Industrias Hale. Peter trataba de calmar a la mujer.

— Jennifer será mejor que te marches— el rubio sujetaba con fuerza a la mujer

— No sin antes hablar con Derek— los gritos de la mujer podían escucharse por todo el edificio.

— Él no está, anda de luna de miel— la castaña gritó dolida.

— Si Derek piensa que se puede burlar de mí, es que no me conoce— salió del edificio como alma que llevaba el diablo.

                                                                                                   ***

El teléfono de Derek despertó a Stiles, tenía llamadas pérdidas del mismo número.

Stiles tomó valor y contestó.

— ¿Hola?— la línea quedó en silencio.

VENDIDO (STEREK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora