Capítulo 10- Miradas Intensas

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Otra mañana en la preparatoria "North Coast High" a la hora del almuerzo y un disturbio estaba próximo a iniciar. Parker comía su almuerzo tranquilamente mientras escuchaba a sus amigos hacer chistes racistas y comentarios ofensivos. Ese día algo se sentía diferente en su estado de ánimo, normalmente compartía risas con sus amigos pero en ese mismo instante su mente estaba lejos de querer sonreír, porque la imagen de una chica interrumpía sus pensamientos, y esa chica era Mackenzie. Miró a su alrededor, buscando por toda la cafetería alguna señal de la rubia, hasta que la encontró sentada sola en una de las mesas apartadas del resto. Inspeccionó el rostro de la chica, tenía la mirada perdida mientras pasaba el tenedor sobre su comida, señal de no tener apetito.

Por alguna extraña razón Parker se sentía mal desde ayer, lo cual no quería aceptar debido a su orgullo, pero algo dentro de ella le decía que si no se disculpaba hoy, se arrepentiría por siempre. Dos días pasaron desde que estuvo en casa de la rubia, y esa noche se mantuvo despierta pensando en lo que había pasado durante el día; ese momento tan horrible con su profesor, el accidente y la pelea con sus padres; todo eso fue tan doloroso que la única forma de liberarse era a través de lastimar al resto, por tal razón, mientras estaba con sus amigos en los pasillos de clases, sintió la necesidad de expresar burla hacia Mackenzie. Sin embargo, el resultado fue el contrario, no paraba de pensar en ella. La chica era... diferente o al menos eso aparentaba y de todas las veces que había sido una perra hacia otras personas, esta vez se sintió mal, porque ella fue de ayuda cuando más lo necesitó.

- ¿A dónde vas?- preguntó Jasmine al ver que Parker se levantó de su silla.

- No me molestes...- respondió con frialdad.

Caminó con paso seguro hasta la chica rubia, ese día llevaba puesto un vestido color verde pastel hasta la altura de las rodillas, junto con unas zapatillas. Parker pensó que tenia un manera bastante femenina y conservadora de vestir, y todo combinada a la perfección con su personalidad tan molestamente dulce. Al llegar, se sentó al frente de ella, para poder ver su rostro al momento de hablar.

Mackenzie no se dignó a subir la cabeza, la mantuvo inclinada unos largos segundos. Sabía que era Parker la chica que se acaba de sentar y no soportaba la idea de cruzar palabra con ella, estaba decepcionada y solo quería que se alejara lo más rápido posible.

- Mmmm... Sé que probablemente no quieres saber nada de mí, pero por primera vez siento que debo hacer lo correcto, así que lo siento - soltó un suspiro. Mackenzie dejo de jugar con su comida y se dedicó a mirarla a los ojos.

- ¿Qué sientes? - dijo en un tono casi inaudible sin creer en las palabras de ella.

- Lo de ayer. Es solo que...

- No me digas nada, olvídalo. Es claro lo que querías demostrar- expresó con mirada triste. Eso confundió un poco a Parker y como la persona impulsiva que era, respondió con molestia.

- Vine hasta acá a pedirte disculpas, pero si no las aceptaras, estas loca si crees que te pienso rogar - dijo en un tono brusco. Mackenzie notó la forma en que el rostro de Parker se tornaba color rojo debido al enojo. - Además, no sé ni por qué vine a perder mi tiempo contigo, tú simplemente no lo entiendes - Fue lo último que dijo para luego levantarse de la mesa y empezar a alejarse de ella.

- Tienes razón, Parker...- dijo la rubia lo suficientemente alto para que ella la escuchara. Parker se detuvo a pocos pasos de la chica para seguir escuchando. - No lo entiendo, pero ¿alguna vez te has puesto a pensar que el resto también tiene sentimientos?- esas palabras llamaron la atención suficiente de la chica para que se volteara a verle la cara. - Vives en un mundo de fantasías, donde tus ideales se cumplen porque en la vida real no encuentras felicidad en nada- Su tono era bajo pero el mensaje era firme. Por primera vez hablaba así, Mackenzie nunca había expresado su opinión en nada y menos sobre una persona, pero Parker la provocaba.

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