Jeremy: De malos miércoles

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I

Le doy la primera calada a mi último cigarro. Se me están acabando demasiado rápido y la noche corre sorprendentemente lenta ¡Es que es ridículo esto de la relatividad del tiempo! Como si no fuera suficiente con los problemas que ya tengo, ahora he de comprar dos cajetillas por presentación solo porque los minutos han decido moverse a la velocidad de los caracoles.

Ha de ser una de esas conspiraciones empresariales, de eso estoy seguro. Han acortado cada cigarro para ahorrarse un par de caladas, dos o tres, nada que se note demasiado ¡Hey, Malboro! Aquí Jeremy Black se ha dado cuenta de tu enfermo plan capitalista. Cerdos.

Que uno tiene otras necesidades además de los putos cigarros... cuerdas de guitarra por ejemplo, porque estas se ven gastadas a más no poder y en cualquier minuto salta una y me quedo sin un...

—¡Puta madre! ¡Y la fulana que te parió! Se me ha saltado la jodida cuerda—grito al tiempo que se me cae el cigarro al suelo. Claro que se me iba a caer y no solo se me iba a caer, también lo iba a pisar.

Y ahí se fue mi último cigarro.

Pateo uno de los amplificadores y Bennie se me queda mirando con la ceja alzada. Nunca patees el amplificador de Bennie, son como sus hijos adoptivos.

—¿Y a ti que mierda te pasa?

—Que es miércoles, que se me ha saltado la cuerda, se me ha caído el cigarro y ahora estoy sangrando. Santa mierda, que estoy sangrando de verdad—en el costado de mi mano izquierda se forma una fina línea color carmín que gotea incesante sobre mi guitarra ¡Mierda la guitarra!

—Mierda Jeremy ¿Quieres tener cuidado? Si la jodes hoy no nos volverán a llamar—gruñe Stan mientras ajusta sus platillos.

—Me he cortado la mano ¿Qué no ven?

—Mientras no te cortes la garganta por mi bien, no eres tan buen guitarrista—Bennie deja de prestarme atención y vuelve a la tarea de afinar su guitarra. Me echa una última mirada, me adivina el pensamiento y suspira—. Solo me queda un paquete de cuerdas JB, si te lo paso y rompo una cuerda, estamos fritos.

—No pasa nada, solo me la prestas, al final de la presentación te la devuelvo.

—Puta madre, pero como molestas. Sácala, está en el primer bolsillo... ¡Y sal a darte un par de vueltas por el club! Eres un caos ambulante hoy.

Sonrío con desgano y reinstalo la cuerda. Ahora las demás se ven aún más desgastadas. La tercera brilla como nueva mientras que las otras dan asco. Bueno, nuestro grupo también da asco, excepto Bennie, Bennie es como nuestra cuerda nueva, nos hace ver a todos como un montón de instrumentos desgastados.

Lo triste, para él por lo menos, es que somos lo mejor que pudo conseguir para acompañar su guitarra. No le llegamos ni a la rodilla, pero somos puntuales y no nos drogamos antes de presentarnos. Como decía, triste para Bennie, bueno para nosotros.

La banda somos Bennie, Stan, Desmond y yo. Dos guitarras, un bajo y batería. No tocamos nada muy complicado, casi todo covers de bandas tranquilas, a veces no tan tranquilas, a veces no tan bandas. Tocamos lo que nos piden que toquemos. Somos bastante flexibles y por un buen precio podemos hasta hacer una fusión entre Lady Gaga con los Backyardigans.

Dicen que la necesidad tiene cara de hereje, y como me sigan acortando los cigarros, menos exquisito me pondré para seleccionar presentaciones.

—Iré por una cerveza—digo despreocupado, a lo que todos me responden con una especie de sonido gutural.

—Ya lárgate JB.

No me hago de rogar y salgo en busca de alcohol, subir al escenario ebrio es una estupidez, pero subir completamente sobrio es un error fatal.

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