5.- Jeremy: De operaciones suicidas
I
—De acuerdo, eso no salió tan bien.
Layla se sienta nuevamente en su silla y mira su comida con extrema concentración. No quiere demostrarlo pero supongo que se siente como gelatina. Acaba de ser amenazada por Dandelion frente a toda la escuela, apuntada con un tenedor y maltratada verbalmente.
Layla no pertenece al grupo de las chicas valientes, ni siquiera está dentro de las que tienen carácter, por lo que le ha tomado muchos minutos de preparación levantarse e ir hacia Dandelion, pero solo un par de segundos volver con el rabo entre las piernas.
La conozco lo suficiente para saber que si estuviera sola se echaría a llorar. Si no lo hace es solo por amor propio, el poco que le queda.
—Bien, con eso agotamos nuestra última opción—dice Johnny—creo que deberíamos dejar de enfocarnos en esto y seguir con nuestras vidas.
—Opino lo mismo—agrega Molly—no logramos nada pidiéndoselo por favor, no logramos nada chantajeándola, y dada su recién adquirida arma blanca, creo que hablar con ella cara a cara no es la respuesta.
Todos asienten y espero que el tema se zanje finalmente, ha sido un fin de semana completo escuchando de Dandelion constantemente, decir que me tiene harto es ser optimista.
No sé qué los ha hechizado, pero lucen como un montón de bobos que jamás en su vida han visto a alguien moverse.
—Aún nos queda una carta que no hemos jugado: el director—acota Ben.
—¿Tú crees que una chica que amenaza a otra de muerte frente a todo el alumnado está mínimamente preocupada por ser expulsada?—pregunta Ruby—Lo más probable es que papi ya tenga otra escuela preparada para recibirla. Entiéndanlo, hostigarle no nos llevará a ningún lado.
—Hay que seguir intentándolo—Layla me sorprende con sus palabras. No suena tan afectada como esperaba, está seria y su respiración se siente inquieta, pero no se ha derrumbado y no ha llegado al mutismo y las lágrimas de siempre.
—No lo creo—cometa Valerie—, hemos excedido el límite de lo saludable, todos conocemos a Dandelion, la siguiente parada es una paliza en el baño.
Helena asiente y se llena la boca de lasaña.
—Debe de haber una manera—insiste Layla—algo que no hayamos intentado.
—Podríamos poner nuestras cabezas bajo la línea del tren—suelta Luka—, al final es lo mismo que volver a enfrentarla. Hasta menos doloroso.
Helena asiente nuevamente y le da otro bocado a la lasaña.
—No podemos simplemente dejarlo, chicos, no podemos—Layla luce decidida, en mi vida la había visto así de empecinada y eso me choca. Layla ha decidido ser una persona valiente en el peor momento y bajo las peores circunstancias.
—¿Por qué?—pregunto después de estar demasiado tiempo callado. Realmente Dandelion me ha saturado, si el resto de la semana se tratará de escuchar planes sobre cómo la convenceremos prefiero quedarme en casa—me refiero a que ella es un monstruo, tú la odias, yo la odio, todos la odiamos ¿Por qué Layla? ¿Por qué?
Layla me mira con fiereza, una que nunca le había visto usar.
—Dime que no lo sentiste JB, dime que tu piel no se erizó cuando comenzó a bailar, dime que no olvidaste como respirar y te congelaste, dime que no sentiste lo que yo sentí al verla y lo dejaré estar y no volveré a insistir. Dime que Dandelion no te produjo un cosquilleo en el estómago y será el fin del asunto—desvío la mirada hasta un lugar perdido en la cafetería. No quiero recordar lo que Dandelion me produjo, no quiero ni pensarlo—. Sé que no es fácil aceptarlo pero ella representa todo lo que amo de bailar, con solo una canción logró desencajar mi mandíbula, será el demonio encarnado, pero es la mejor bailarina que he visto.
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R&B
RomanceEl término Rhythm and Blues se adapta con el tiempo, tanto como cambia quien lo escucha ¿Por qué no cambiarlo nuevamente? Jeremy y Angie solo tienen dos cosas en común, un humor de perros y nombres sacados de canciones. Ella se ha criado rodeada de...