cero

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Mañana empezaba 3ro medio y estaba más nerviosa que la cresta.

En vacaciones no hice ni una hueá de las que prometí; no bajé de peso (comí el triple), no fui al gym (la única sentadilla que hice fue en mis sueños), no vacilé (estuve todo el día acostá viendo Netflix), etc.
Conclusión: soy una mierda y no cumplo nada de lo que me propongo.

De repente mi celu empezó a sonar, lo tomé y era una videollamada de mi be efe.

—Puta que me extrañai, Nacha. —me encantaba molestarla.

—Uy hueón, si te llamo pa contarte algo importante pesa.

Me acomodé en la cama porque está si que cuenta buenos cahuines, sabía todo de todos, y nadie se salvaba.

—Suelta la sopa po. —le ponía suspenso la chanta.

-Es sobre el Benja.

Justo en la teta.

El Benja era mi ap desde que llegué al colegio (1ro medio) y desde ahí no he podido superarlo. Nunca me he acercado a él ni mucho menos le he hablado.
Más de alguna vez lo he pillado mirándome fijamente, pero deben haber sido hueás mías.
Ojalá fuera en mi curso para admirar su belleza cada segundo, pero lamentablemente va en el A.

—¿Aló?—habló la Nacha.

Sólo pido que no esté pololeando o que no se haya cambiado de colegio (poco probable).

Dios, escucha mis plegarias, porfi. Amén.

Cerré los ojos y me esperé lo peor.

—Están en el mismo electivo.

¿CÓMO DICES QUE DIJISTE?

préstame goma, porfa. [CANCELLED] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora