Keep Moving💫

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Y un día te das cuenta de que si no sigues adelante, te ahogarás.

1 am. La pantalla de mi teléfono marcaba la una de la mañana, los párpados me pesaban, mi cuerpo dolía, había pasado toda la tarde y parte de la noche empaquetado los libros que descansaban sobre aquel mueble de madera cubierto de una ligera capa de polvo, aquel mueble que estaba en el despacho de mi papá desde que tengo memoria, cuando Minagi y yo nos robábamos los libros sin que se dieran cuenta para ver quien construía la mejor fortaleza junto a Jin.

Mamá era la encargada de supervisar que todas las cajas estuvieran en el camión de la mudanza antes de irme, lucía tranquila pero yo sabía que seguía enojada por mi partida aún cuando le prometí venir casi todos los días por que, siendo sinceros, Kim SunHee, tiene el mejor sazón de todo Seul.

Y entonces llegó Jimin, el sería quien me llevaría a mi nuevo hogar, y por lo tanto, el primero en conocerla. Estaba bastante emocionado, sentía mi corazón latir con fuerza, las manos me sudaban y todo parecía ir más rápido de lo normal. Me despedí de papá, abracé a mamá y despeine el pelo de Minagi, él me miraba con orgullo mientras ellas trataban de retener las lágrimas, dejé la caja de cartón que llevaba un par de libros y fotos en el piso, y los abracé una última vez, incluso Jimin quien se había mantenido en segundo plano se unió al abrazo, por un momento todo se convirtió en felicidad y amor, pero fue un momento que se llevó el viento.

Al separarnos, me dirigí al auto del pelinaranja, subí la caja al asiento trasero y me senté en el asiento del copiloto a la par que él, Roll de Iron ft Kidoh sonaba a través de los parlantes de aquel Porsche plateado, las calles de la ciudad se encontraban casi vacías debido a la hora, y por ello teníamos la libertad de rapear a todo pulmón sin parecer un par de desquiciados.

Las risas se escapaban de nuestras gargantas, estábamos tan emocionados que incluso gritabamos, la euforia recorría cada célula de nuestro organismo, la poca gente que pasaba parecía que llamarían al hospital psiquiátrico más cercano pero, cómo esperaban que estaría cuando por fin podía deshacerme de toda esa mierda que me atormentaba, Jimin me hacía olvidarme de cuán jodido estaba con solo su presencia, el tiempo parecía detenerse y darme tiempo de respirar, de ser feliz, de ser yo.

Y de un momento a otro, pensé que podría morirme en este instante y no me importaría una mierda, porque por una puta vez en mi vida no había presiones ni nadie que me detuviera y carajo, realmente se sentía bien.

Llegamos luego de 15 minutos en las calles de la ciudad, una serenidad absorbente manejaba cada rincón de mi mente. Por un instante me cuestioné si realmente deseaba esto pero fue solo eso, un instante, que pasó tan rápido como un relámpago. Sin embargo, no podía evitar el pensar que todo esto acabaría más rápido de lo que empezó, otra vez me encontré ahogándome en el miedo pero, qué podía hacer si lo único que hacía el tiempo era arrebatarme hasta el aire que respiro?

-Hyung~, puedo mudarme contigo?- Jimin trataba de convencerme ahora que le enseñé mi nuevo hogar- Por favor~- me negué por quinta vez desde que terminamos de acomodar la mayoría de mis cosas.

A veces pero solo a veces pensaba que nada me faltaría a su lado, cada vez se me hacía mas fácil hablar con él, la confianza que me generaba solo con su existencia, su perspectiva de la vida, su vitalidad, todo junto hacían de él alguien casi indispensable en lo que podía definirse una nueva etapa de mi vida.

-Y si mejor te invito a comer?- velozmente dejó a un lado el libro que sostenía en sus manos para tomar su chaqueta dispuesto a salir del apartamento- Era broma, me sale muy caro invitarte a comer, Jiminnie- su cara era un poema, me aventó su chaqueta en la cara cuando solté una sonora carcajada y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba sobre mí soltando golpes hacia mi torso sin la intención de realmente lastimarme, tal vez era la mejor manera de empezar desde cero, o tal vez no.

El tono de llamada del teléfono de Jimin resonó en todo el restaurante al estar solo nosotros en aquel local, lo miré esperando a que contestará, al leer el nombre en la pantalla casi se ahoga con la Coca Cola que estaba tomando, sus ojos se abrieron con asombro sincronizado con su boca, no dudo ni un segundo en responder aquel llamado.

-Taehyung!

Darkness 💫k.n.j #LiarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora