Darkness 💫k.n.j #Liars

Little changes💫

Buscando respuestas que no hay,
pero seguimos aprendiendo, de
eso se trata la vida, no?

Habían pasado unos días desde que Jimin y yo fuimos a correr, estuve pensado mucho y decidí que era hora de un pequeño cambio, aunque estaba seguro de que lo que haría no sería un "pequeño cambio". Entré al edificio de la inmobiliaria donde compraría un apartamento más cerca de la universidad, por que después de una pequeña pelea con mamá, a quien le costaba aceptar que su hijo mayor necesitaba algo de espacio, y muchas lágrimas por parte de Minagi, quien estaba enojada por que su hermano mayor se iba, me dejaron libre el dinero que la abuela había dejado a mi nombre.

El lugar era grande y moderno, lleno de espejos y una que otra planta. La sala de espera era una pasada, sillones de cuero blancos, tonos grises oscuros eran predominantes en todo el salón, una secretaria bien vestida me guió hasta el lugar donde me encontraría con el licenciado.

30 minutos después me encontraba en un auto de la compañía en dirección hacia mi primera opción, un pequeño departamento en el distrito Jung, no era algo grande ni caro, pero era acogedor. Desde el primer paso que di dentro de este, me di cuenta del ambiente hogareño que el lugar brindaba, sin duda alguna, esta era la manera en la que me quería sentir, ese sentimiento de estar en casa.Las paredes blancas combinaban con los muebles azules, un ventanal enorme con vista a Myeongdong, una cocina pequeña y un baño lo suficientemente espacioso, no tenía lavadora, pero había divisado una lavandería a dos calles del lugar.

-¿Qué le parece señor?-

-Firmaré el contrato ya- dije sin ninguna duda, este era el apartamento.

-Seguro? Por que exis- corté su discurso. No me interesaban otros lugares, ya no.

-Tiene una pluma?- pregunté aguantando las ganas de reír por culpa de la cara de confusión de aquel viejo señor.

(...)

Salí del banco con los papeles del departamento en una carpeta, me sentía feliz, realizado, ahora podría dormir un poco los fines de semana sin tener que aguantar los gritos de las mejores amigas de Minagi, aunque a ella la extrañare. Agradecía aquellos cursos de cocina a los que mamá me había obligado a asistir, después de años servirían de algo. Todo iba bien pero faltaba algo así que llamé a Jimin.

-Hey, Jiminnie, lo hice- comenté con emoción luego de que contestará con voz somnolienta.

-Felicidades, Hyung, me alegró por ti, ya era hora.

-Todavía me falta algo por hacer, quieres acompañarme?- realmente quería que aceptará.

-Claro, Hyung, donde te veo?

-En 15 minutos en Myeongdong- sonreí, estaba emocionado por contarle lo que haría.

(...)

-Hyung, tenemos que esperar tanto? Que joda! Me hubieras dicho antes- Jimin se quejó como un niño pequeño al enterarse de que tendríamos que esperar otros 15 minutos.

-Si te callas, yo pago la cena- y con eso Jimin no volvió a hablar hasta que fue nuestro turno.

-Jimin, te vendare los ojos, solo quiero que veas el resultado final, esta bien?- no se veía convencido pero asintió y se dejo poner la venda negra alrededor de sus ojos.

Me senté enfrente del espejo y le indiqué al estilista como quería que cortará mi pelo, mientras lo hacía me entretuve jugando Piano Tiles en el móvil. Al terminar me dirigí al otro lado del lugar para que me empezarán a teñir el pelo. Al terminar me dirigí al pelinaranja que parecía algo desesperado detrás de aquella venda negra que cubría sus achinados ojos.

-Hyung...- dijo cuando retiré la venda, estaba impresionado por el cambio en mi imagen- Si fuera chica me casaría contigo, Hyung- su sonrisa se expandió hasta llegar a sus ojos. Lo tomé por los hombros revolviendo su cabellera a la par que lo dirigía a la salida.

-Preparate Hyung, que las naranjas y los duraznos dominarán el mundo- se burló el pelinaranja, haciendo referencia al nuevo color de pelo de su mayor.

-No lo dudo, Jiminnie, no lo dudo- me reí, por que estaba feliz, el aire se sentía ligero, porqué no me podía sentir así todos los días?