NERVE: UN JUEGO SIN REGLAS - LARRY STYLINSON-

3.

El alfa arrancó la moto y los condujo por un largo trayecto, la noche los cubría a ambos, y el viento en la cara del omega sólo lo hacía sonreír, sentía esa libertad que tanto anhelaba sentir, atravesando la ciudad hasta llegar al punto marcado por el juego.

---------

Por otro lado, ya en la ciudad, Andy, la omega mejor amiga de Louis, se divertía haciendo retos ridículos, tales como fingir que se tiraba gases frente a las personas con una app que imitaba el sonido, y las personas que estaban a su alrededor la miraban con repulsión y trataban de alejarse lo más posible y discretamente, pero pfff, eso que importaba, sus seguidores crecían y crecían.

- ¡No puede ser! ¡No puede ser ¡- dijo Luke, un alfa, amigo nuevo de Andy, mientras daba saltos de emoción por la cantidad de seguidores que su amiga acumulaba sin parar.

- ¡No puede ser! - repitió Andy al ver su nuevo número de seguidores - Está subiendo ¡cada vez son más! - sonrió enormemente y caminó hacia Camila, amiga que ella y Louis tenían en común. - ¿Quién es tu jugadora favorita?. - le preguntó aún muy sonriente, pensando que la respuesta sería obvia.

Camila no se veía tan sonriente, más bien sorprendida.

-Pues la verdad iba a decir que tú, pero...- le mostró su teléfono, el cual en la pantalla mostraba a un Louis sobre una moto a toda velocidad con un total desconocido para Andy.

Pero espera... ¡¿LOUIS?!

- ¿Es Louis? - No se la creía.

- ¡Si! Está jugando, y tiene un montón de observadores. -

- ¡No puedo creerlo!. - exclamó Luke al verlo.

-----------------

Aún no llegaban, faltaban algunos minutos para llegar a su destino, y el silencio cómodo que se había creado fue interrumpido por el alfa.

- ¡¿Por qué no gritas?!- le preguntó algo fuerte para que escuchará. Sabía que esto era algo nuevo para el lindo omega, que se mantenía abrazándolo con fuerza, su olor lleno de emociones como miedo, diversión y excitación lo delataban, el alfa presentía que esa noche les aguardaba muy interesantes experiencia a ambos, era mejor que ese aparentemente reservado Omega se fuera liberando de alguna forma.

Louis se ruborizó un poco y se encogió en su asiento.

- N-no. - tartamudeó, tímido, sin embargo, con una risita al final que delataba que el fondo si quería hacerlo.

- ¡Sácalo! ¡libérate! ¡WOOOO!. - Gritó para que el otro se animara a hacer lo mismo.

Y pues, ya estaba en una moto con un desconocido ¿Qué tenía que perder?

- ¡WOOOOOOOOO! - Gritó al aire, fuertemente.

- ¡Eso es! -

- ¡WOOOO! - su sonrisa no pudo ser más grande durante todo el camino que restaba.

Y después de cortos minutos, finalmente llegaron.

Harry estacionó frente a una tienda de aspecto bastante lujosa, ese era el punto que señalaron los jugadores.

- Bien, ya llegamos. - bajó de su moto.

- ¿Y se supone que debo de entrar ahí contigo?. - señaló la tienda.

- Ah....- caminó a su lado - No dice nada de eso. -

Otro silencio se hizo presente, no tan cómodo como el anterior.

- Bueno pues, gracias por traerme. - dijo el ojiazul, bajando la mirada, evitando esos profundo ojos verdes y despidiéndose mentalmente de ese increíble aroma.