El herrero de los dioses

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Una vez dicho eso Atlas puso un mensaje a Elysia para que volviera y explicarle la situación, y aunque nada más enviarlo se escuchó el sonido de cuando recibes un aviso en el brazalete y no lo tienes silenciado la chica tardó unos minutos en llegar.
Una vez dentro y tras cerrar la puerta Atlas la contó lo que había descubierto sobre la espada, y aunque intentaba hacerse la sorprendida Atlas notó enseguida que había estado escuchando, así que se saltó la mayor parte de la explicación y comenzó con el hecho de que dado que ella llevaba un arma roba almas podría pasarse un tiempo ayudando a Pablo y entrenándole en el manejo de su espada.
Tras escucharlo Elysia miró por primera vez a Pablo desde que entró en la sala, entonces con un leve sonrojo y desvió la vista al suelo y afirmó que lo haría por ser una petición de Atlas, pero que no tenia nada que ver con querer pasar tiempo con Pablo, tras ello, aun sin mirarle, se dirigió a su nuevo aprendiz y le dijo que arreglaría unas cosas y se pondría en contacto con el cuando estuviera todo listo.
Tras ello se fue corriendo de la sala, Atlas soltó un suspiro y dijo que no sabia que hacer con esa chica, tras ello se levantó, y le ordenó a Pablo seguirle, el joven, que no entendía nada de lo que pasaba con Elysia asumió que era una persona tímida, se puso de pie y comenzó a caminar con Atlas a la vez que le preguntaba a donde iban, Atlas respondió que dado que todo indicaba que el destino de Pablo era convertirse en un guerrero lo mejor era comenzar tomando precauciones, dado que de llevar siempre el arma transmutada en otro objeto en un combate podía no disponer del tiempo suficiente como para reconvertirla en una espada, y por otro lado sería peligrosa llevarla siempre al descubierto, por ello iba a pedir a los armeros de su gremio que hicieran una funda especial para llevarla. Tras escuchar eso Pablo se paró y exclamó que no podía hacer eso, se sentía muy agradecido pero lo que estaba diciendo sonaba muy lioso y no quería molestar a más gente. Atlas se detuvo, soltó una ligera risa y calmó a Pablo, comentándole que lo que iban a hacer era lo mas común y que no debía de preocuparse por molestar, dado que lo normal es llevar armas mágicas todo el mundo necesita un equipo especial, tanto para llevarlas como para defenderse de ellas, y las robaalmas no son una excepción, dado que no solo hay hechizos aplicables a las armaduras para disminuir su efecto, sino que ademas hay entrenamientos especiales para limitar la energía que pueden quitarte, de forma que aunque sea fácilmente mortal para novatos aquellos entrenados en combate están listos para enfrentarse a ellas, aun así ello no les impide ser derrotados, incluso si por cada golpe quitas un 1% de la energía es mucho mas lento recuperar ese 1% que curarse mediante magia, lo cual ademas suma mas energía a aquella que se pierde por cada impacto.
Aun así, la vaina no tiene solo como función ayudar a llevar la espada y evitar el cortar algo sin querer, también oculta la energía que desprende por ser mágica, de esa forma es posible llevar equipamiento hechizado y pasar desapercibido, o que los enemigos no sepan a que tipo de arma se van a enfrentar y no puedan prepararse para ella.
Ambos continuaron con su camino, una vez hubieron salido de la zona de visitas empezó a darse un mayor flujo de trafico por los pasillos, pequeños grupos de soldados con grandes armaduras comentando la ultima misión, salas llenas de personas hablando con quienes debían de ser sus compañeros, una habitación enorme con un montón de mesas en la cual servían comida a los miembros del gremio, cuanto más se adentraban ambos en el edificio Pablo notaba que más poderosos se volvían las personas con las que se cruzaban y menor era la cantidad de las mismas, llevaban armaduras mas elaboradas.
Poco antes de llegar a su destino hasta se cruzaron con un par de personas con ropa elegante que iban comentando diferentes estrategias y que entraron en una sala la cual aunque Pablo no pudo ver como era percibía a una docena de personas contando a los dos recién llegados reunidos en un circulo.
Atlas se paró junto a una puerta enorme de la que se podía notar como salía un cierto calor.
El guerrero explicó que esa era la fragua de los miembros superiores del gremio, en un caso normal se habría usado la mas exterior que es la de los nuevos miembros, pero dado que iba a ser un regalo quería que fuera lo mejor posible.
Al acercarse un poco más a la puerta esta se abrió de par en par, ambos entraron en lo que debía de ser la zona de recepción.
Una vez dentro la puerta se cerró sola, toda la zona estaba hecha de una piedra grisácea con una forma muy tosca, dando un gran contraste con el estilo de los pasillos y salas por los cuales acaban de pasar, formados de un mármol decorado con gran cuidado. La sala estaba prácticamente vacía, teniendo la gran puerta para entrar y salir y en frente suyo otras 3 puertas las dos de los lados tan grandes como la de la entrada, y la del medio del tamaño normal. Aquella de la izquierda llevaba un cartel que indicaba que era de entrada, la de la derecha servía para la salida, y por ultimo la del medio se encontraba tras un mostrador el cual estaba desatendido.
En la mesa del mismo había una campana, Atlas la presionó y al poco tiempo se abrió, saliendo de ella un hombre de gran musculatura y cuerpo bronceado, cuyo pelo era negro como el carbón y sus iris grises como el acero. Todo su cuerpo estaba sudoroso y su cuerpo daba muestras de haber recibido varias quemaduras
Atlas le saludó y le bromeó sobre si no iba siendo hora de curarse esas quemaduras que tenía, a lo cual el herrero replicó, indicando que no era la primera vez que lo mencionaba, que dado que el no era aquel que portaba lo que allí realizaba, su cuerpo era una muestra de todo su esfuerzo, y cada marca grabada a fuego le recordaba la pieza que se la había producido y como ésta debía de estar salvando vidas. Tras ello preguntó a Atlas el motivo de su visita, ya que sabía que no estaba allí solo para hablar.
Atlas entonces le dijo que necesitaba una funda especial para Pablo, tras lo cual el monstruosamente fuerte herrero percibió al joven angel, mirando a Atlas seriamente le preguntó que si era una broma, puntualizando que de cruzarse con el en la calle podría pasarle por encima sin darse cuenta de que estaba ahí. Atlas, aunque un poco molesto con ello le respondió que si bien es cierto que ello podría ocurrir Pablo aun estaba en el inicio de su entrenamiento, y aun con ello el destino daba muestras de que en el futuro iba a hacer grandes cosas. Tras esas palabras Atlas le dijo a Pablo que le enseñara la espada, lo cual hizo, el herrero al verla se echó un poco atrás, sorprendido por ella la cogió con cuidado preguntó si se la podía llevar un momento adentro, tras lo cual Pablo asintió sin que ninguna palabra pudiera salir de su boca por la forma de la que había reaccionado el herrero.
Una vez se hubo ido Atlas comentó que se imaginaba que eso iba a ocurrir, dado que aunque el tiene una gran habilidad para ello por su experiencia no tiene ni punto de comparación con la de un herrero de su calibre, junto a ello añadió que no había que preocuparse sobre su comportamiento, es el mejor que conoce en su trabajo, por lo que no le gusta que acudan a el novatos, aun así sabía que al ver la espada no se iba a negar a mi petición.
Unos minutos después la puerta se abrió y le devolvió la espada a Pablo, y con voz seria le dijo al joven que no era la primera vez que veía esa espada, habría sido imposible olvidarla, mucho tiempo atrás una pareja de hermanos se la entregaron para que le contara lo que pudiera sobre ella, pero no fui capaz de nada, y tras todo el tiempo que llevo trabajando no he sido capaz de encontrar otra como ella. Después de eso no volvió a saber nada de la espada ni de los chicos, aunque tenía claro que iban a llegar lejos. Esta vez la cosa sigue siendo igual, ese arma sigue guardando una gran cantidad de misterios para el, pero lo único que puedo decirte es aquello que ya habrá percibido Atlas, ademas, un arma sagrada como esta se vincula a su portador, con lo que se que de verdad te pertenece, ademas de que por ello mismo tu eres el único que puede desentrañar sus misterios.
Ya he dado la orden de preparar la funda, Atlas, has hecho bien trayéndola aquí, un objeto como este solo se merece lo mejor, y me daré mi mayor esfuerzo para que así sea.
Tras ello le devolvió el arma a Pablo, dijo que avisaría a Atlas cuando hubiera acabado y rápidamente volvió a la fragua.
Una vez se hubo ido Atlas le dijo a Pablo que aunque tendría muchas preguntas sobre todo ello lo mejor que podía hacer era volver a casa y tomarse unas horas para descansar, había recibido mucha información en muy poco tiempo y tenía que asimilarla, Pablo coincidió con el en que ello sería la mejor idea. Atlas le acompañó hasta el portal de salida del edificio del gremio y tras ello Pablo volvió a su casa, dejó la espada en la mesa y se tiró en la cama, y con la cabeza llena de preguntas que sabía que no iba a poder responder acabó quedándose dormido.
Los días siguientes trascuyeron con normalidad, salvo cuando les contó a Dana y Erik lo que había ocurrido, tras lo cual le bombardearon a preguntas, pero al ver que sabía tan poco como ellos decidieron dejarlo.
Al cabo de lo que sería una semana en la Tierra, mientras que el trio de amigos volvía a sus casas de la academia se cruzaron con Elysia, la cual, mientras le saludaba, abrazó fuertemente a Pablo una vez estuvo lo suficientemente cerca. Una vez hubo acabado Pablo hizo las presentaciones a Erik, el cual respondió de manera amistosa y Dana, cuyo tono de voz sonaba un poco más seco de lo normal. Tras ver la respuesta de Dana Elysia agarró a Pablo de la mano mientras decía que ya estaba todo listo, pero antes de poder arrastrarle Dana le cogió de la otra mano diciendo que no podía llevárselo, ya que habían decidido que iba estar un rato estudiando juntos. Tras un ligero forcejeo Erik sin saber bien que hacer le pidió a las chicas que soltaran a Pablo y lo discutieran por su cuenta, y que cuando acabaran ambos las esperarían en su casa. Ambas chicas se negaron al unísono, tras lo cual Pablo respondió que tenían razón, que su casa estaba más cerca, ademas, si al final se iba con Elysia así podía tener la espada mas a mano, tras esas palabras ambas le soltaron, y Dana le dijo que ya podía ir preparando los libros, a lo que Elysia respondió que no iban a hacer falta, ya que se iba a ir con ella. Mientras que las chicas seguían discutiendo Eric agarró a Pablo del cuello de la camisa y le sacó de la "zona de peligro de agarres" antes de que volvieran a meterle en medio de la discusión.
Una vez se alejaron lo suficiente Pablo le dijo a Erik que nunca llegaría a entender a las mujeres, que un día parecen ser super tímidas y al día siguiente se meten en líos por cualquier cosa, a lo cual Erik solo le respondió "suertudo", sin mirarle, lo cual solo aumentó las dudas de Pablo sobre lo que estaba ocurriendo, aunque decidió que a lo mejor todos estaban actuando extraño por lo de descubrir lo de la espada y no saber nada de ella, que las dudas les estarían matando.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2019 ⏰

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