KETSIA

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Ketsia llegó cansada al oasis de "La repentina" a unos kilómetros de su casa en dirección sur y a unos kilómetros de Marsidia en dirección este. Estaba bastante lejos de su casa pero si eso era lo que tenía que hacer para que su familia pudiera beber agua ella lo haría mil veces a la semana. 

Pero aunque ella era la única que iba a por agua, a su madre no le entusiasmaba la idea.

-Siempre la pones en peligro por no mover el culo, viejo chivo!!!.-Ketsia siempre sentía compasión por su padre cuando su madre le decía eso, por que a ella le daba igual ir a por agua y su padre tenia cojera de la rodilla.

-Nunca la pongo en peligro, mujer. no ves que Ketsia es rápida y no está en el oasis más de cinco minutos.- Pero a su padre tambien le preocupaba la idea de que fuera a "La repentina". 

Se llamaba a si porque si alguien se quedaba más de unas horas en el oasis moría desconocida y repentinamente. Sin embargo había algo en aquel oasis que calmaba y apasionaba a Ketsia a la vez. 


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La tierra tembló. Y no como un simple terremoto.fue como si el mismísimo aire también temblase. Casi toda la vajilla se rompió, pero eso no es lo que le preocupó al único de la familia que sabía lo que había pasado. La madre de Ketsia grito asustada y su padre se agarró fuertemente a un tabique de su humilde casa. Sin embargo Kestsia se mantuvo firme y algo cambió en su rostro porque su madre la miró como si acabase de ver un monstruo.

 Sin embargo Kestsia se mantuvo firme y algo cambió en su rostro porque su madre la miró como si acabase de ver un monstruo

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Todo volvió a la normalidad, incluso su rostro.

-¿Que ha sido eso papá?

-Eeem, nada hija no te preocupes habrá sido un pequeño terremoto-le mintió su padre.

-Kestia, hija, vete a por agua- dijo su madre como si no hubiera pasado nada, pero Ketsia sabía que lo decía para que se fuera y pudiera hablar a solas con su padre. Así que ella salió pero se quedó escuchando por una ventana que había abierta.

-Ya sabes lo que significa, mujer,no te preocupes.

-Como no me voy a preocupar. El mundo va a cambiar y nuestra niña se va a ver envuelta en todo esto. Y lo sabes. Siempre ha habido algo distinto en ella. Es rara comparada con las demás niñas de su edad.

-No digas eso. Nuestra hija es especial, no rara. Y siempre la protegeremos de todo peligro.¿Entendido?-dijo su padre, ya enfadado.

Ketsia estaba desconcertada. No entendía lo que aquella conversación significaba y si hay algo que ella odiase más que no entender algo es que su madre la tratase y hablase como una inferior. No como su padre que siempre tenía palabras afectuosas para ella. Así que con todo eso en la cabeza huyó hacia el oasis, en busca de un agua que por el momento no hacía falta. 

Tuvo que parar porque se quedó sin respiración y se dio cuenta de que había llegado.

Sin embargo había algo que había cambiado el oasis la atraía mucho más que nunca, era una sensación increíble. Sentía como toda la energía de los oasis y del desierto la envolvía y renovaba sus fuerzas. Y fue como si algo en su interior despertase por primera vez en mucho tiempo. Como atraída por un imán y sin saber lo que hacía se dirigió a el agua y justo cuando estaba en el centro del reflejo de la luna, un colgante apareció. Era antiguo pero muy bonito y sin apenas un rasguño. Tenía una especie de rubí engastado en el centro que brillaba con una energía salida de su interior. Y nunca se había sentido tan completa. Aunque aún le faltaba algo aunque no sabía muy bien lo que era.

Y entonces se dio cuneta. El colgante salió del reflejo de la luna. Era de noche!!                                      Llevaba horas en el oasis y no había muerto. Aunque sus padres pensarían que si. Escondió el colgante en la arena ,cerca de una roca, y se fue corriendo a su casa como si algo la persiguiera. Llegó acelerada a su casa. 

-Cariño donde estabas?!Me tenías muy preocupado                                                                                            -SE PUEDE SABER QUE HACES!!! Y si llegas a morir en el oasis, he. Que pensaría la gente de nosotros. Seguro que, que somos unos malos padres por dejarte ir sola.                                                   -Eso es solo lo que te preocupa.-dijo Ketsia como afirmación y no como pregunta-Lo que la gente piense de ti. Lo que quieres que seamos y lo que intentas aparentar.-dijo no pudiéndose aguantar más las lagrimas-ERES UNA MALA MADRE.

El golpe fue brutal -Como te atreves maldita desagradecida. Debiste haberla dejado donde la encontraste Elías.- y al segundo el supuesto padre de Ketsia se arrepintío de haberse casado con es mujer.

Ketsia lo entendió todo de golpe. Así que se encerró en su cuarto.

-Hija déjame entrar. Tu madre y yo no queríamos que te enterases así. Verás una noche alguien nos dejo tu cuna contigo dentro y decidimos adoptarte. Sentimos no habértelo contado antes.    -MENTIRA, ella no lo siente  y no es mi madre. Por eso siempre se ha portado tan mal conmigo!

Entonces salió de la habitación  y se dirigió a su supuesta madre. El intercamio de gritos he insultos duró demasiado como para contarlo pero algo hizo que se detuviera la discusión.              Los ojos de Ketsia volvieron a brillar. Y un misterioso colgante apareció en su cuello. Sin saber lo que hacía levantó los brazos hacia la mujer y una bola de el fuego mas cluroso del mundo salió disparada de sus manos. Su padre adoptivo tuvo tiempo de tirarse al suelo con su mujer antes de que la estantería de detrás estallase en mil pedazos. 

-Fuera de mi casa monstruo!

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-Fuera de mi casa monstruo!

-Será un placer no veros nunca más.- Y enseguida se arrepintió pero no había marcha atrás. Se fue para nunca volver.

Sin saber muy bien donde ir acabó yendo al oasis. Seguía preguntándose como había llegado el colgante a su cuello. Fue hacia la arena donde había enterrado el colgante y estaba revuelta. Pero no hacia los lados o de arriba abajo sino de abajo a arriba como si hubiese salido solo. Se puso el colgante de nuevo y volvió a sentirse más viva y completa que nunca. De repente sintió una atracción rara por el aire, no por el fuego como antes y vio en su cabeza una ciudad de plata cristal y luz entre las nubes. Por las historias que había oído se trataba de Laridae, la ciudad de las hadas. Ese sería su próximo destino.



LOS TOTEMS DE REIVAJWhere stories live. Discover now