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La pequeña italiana, apuntaba en su computador un pequeño archivo, mientras escuchaba a la albina, gritar con burla ya que su amigo castaño, Lance McClain fingía estar enfermo, típico por sus jueguitos.

En eso, apareció el azabache, colocándose una bata muy blanca como si de un doctor se tratase y pronunciar con sus rasposa pero con su tono chillón un —No soy un doctor pero, puedo ayudar.—

Las mejillas del morenito dejaron lucir un pequeño sonrojo, y con un puchero trato de pronunciar "no es un síntoma simple.." sonrió de lado, y sintió el cuerpo del contrario acercarse. — Mi diagnóstico dice.. que nadie te ha estado tratado bien, hm. — una pequeña sonrisa salió el azabache, y la albina miraba todo súper contenta lado de su amiga italiana, que miraba de reojo a los enamoradizos.

— ¿Entonces que recomiendas? — Preguntó bajando su mirada, mientras la vergüenza lo consumía.

— El amor  es la única medicina. — sonrió.

— ¿Esto es una menti-..? — fue interrumpido por un "no" y un pequeño beso en su frente, seguido en su mejilla, y por último un roce en sus labios. —toma tres de estos, al día. — se burló por el rostro sumiso del contrario, que se encontraba recargado (casi tirado a la pared) con su rostros bastante rojo, viéndole.

Un chillido emocionado apareció en la sala, por la albina, que abrazaba con dulzura a su contraria.

— Creo que estoy curado. — sonrió en grande, y observo al azabache,

— Genial, ¿Crees estar bien por tu cuenta? — sonrió, viendo el rostro del menor que reflejaba una discusión sentimental.

— No estoy seguro.. — susurró a lo bajo, solo oyéndose a los oídos del azabache, no de las contrarias, que miraba atentas la escena, (más bien la albina.) — Esta bien. — sonrió.

— Ups.. creo que estoy enfermo nuevamente. — sonrió con vergüenza y recibió un abrazo por el contrario.

En eso su amigo entro a la cocina, cayéndose su plato de comida gritando un "MI KLANCE."

Gay. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora