Capítulo 1 - Un Desgastado Rato De Diversión

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Nuestro protagonista se hallaba en plena exploración del ciberespacio en busca de memes, a través del programa Google Chrome, mientras vigilaba cada 5 minutos la TL de su red social favorita, Twitter, con un ligero deseo de encontrar algo interesante con lo que entretenerse.

Actualizaba la pestaña de Notificaciones también, con la esperanza de entablar una conversación, que seguramente acabaría al poco de responder con un "jajaja xD".

Así pues, abrió una tercera pestaña, entró a YouTube, tecleó en la barra del buscador "cantos gregorianos" e hizo clic en el primer vídeo en el que sus ojos pusieron su mirada.

10 minutos después, se dio cuenta de que se había perdido entre sus pensamientos observando distraídamente la pantalla de su ordenador.

"¿Qué hago ahora?", "¿Programo?", "¿Me pongo a jugar a algo?", "¿Veo anime, o dibujo?", estas fueron varias de las preguntas que se hacía en ese momento.

Suspiró. Había llegado al punto de máximo aburrimiento y no sabía que actividad realizar antes de irse a dormir. Tal vez si encontrara algo interesante en el último momento, podría prolongar su estancia en Internet un poco más.

-Nada de nada, otro día que toca a su fin. Ni siquiera jugar al Fire Emblem conseguirá quitarme esta apatía -se dijo para sí mismo- y mucho menos ahora que no hay misiones por hacer. 

Heh, mírales. -refiriéndose a los personajes- ¿De verdad no tienen nada más que decir que cuatro frases escritas por los programadores del juego? Ojalá... Ojalá dijesen algo más, pero meh, sería demasiado pedir.

Él había roto la mayoría de sus escasas relaciones a nivel social, por lo que su única manera de comunicarse en ese momento se reducía a poco más de Twitter y WhatsApp.

Tras eso, salió de la aplicación, configuró su despertador y se fue a descansar. Quería recargar las pilas, o más bien, de algún modo, quitarse ese dichoso aburrimiento abrumador que llevaba tras dejar Internet por ese día.

Sin embargo más tarde, un montón de ideas le rondaban por la cabeza, haciendo así que maldijera su suerte durante una gélida noche a las 1:30 de la madrugada.

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