Capítulo 3 - El Inicio

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Aún faltaba una hora para que concluyese el tiempo de respuesta, cuando se dirigió hacia la cocina para prepararse el desayuno, no sin antes pasarse por la estantería, en donde podía verse una taza roja, otra verde y otra azul, las tres del mismo modelo, junto a otras más que había dejado de usar por lo desgastadas que estaban.

Tomó la azul, el brick de leche y como pudo, un plato pequeño y de una vez por todas, fue a la cocina.

Acto seguido, se acercó a la bolsa en la que guardaba el pan, cogió un pedazo de la barra y lo abrió con primer cuchillo que tenía a la vista, juntándolo con un poco de jamón de york y queso.

Mientras la taza de leche giraba y se calentaba durante el minuto que había programado en el microondas, revisó la TL en busca de alguna novedad. Comprobó que muchas personas estaban emocionadas. Y eso se debía a que los principales personajes de la Comunidad evidentemente les había tocado participar.

---------[Seamos realistas]--------------------------

Realmente lo que observó también fue gente enfurecida, ya que a ellos no les había tocado y tuvieron que maquillar esa envidia con palabras bonitas.

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Luego de curiosear la TL y de ver las reacciones de las personas, dejó el móvil en un lado de la mesa y desayunó.

Eran las 7:30 de la mañana. Seguía meditando la propuesta que le habían hecho.

Antes tomar LA DECISIÓN, ¿se lo contaría a alguien? ¿Le creerían? Qué va, seguramente le responderían "wtf, por qué tú?" o simplemente pasarían de él. Era mejor callárselo. O no. Realmente le daba igual, total, si cuando tuiteaba lo que normalmente pensaba era como si estuviese encendiendo su ordenador, abriese el bloc de notas, lo escribiera y le diese a guardar, para luego a los pocos segundos arrastrar el archivo directamente a la Papelera de Reciclaje.

Bostezó y abrió el juego. En pantalla se mostraba un pequeño texto junto a dos opciones: "sí" y "no".

A punto de marcar una de las opciones, su móvil comenzó a vibrar y a sonar una melodía.

Era la alarma; del susto, lo lanzó por los aires y pudo agarrarlo a tiempo antes de que se estampara contra el suelo desde una pequeña (aunque considerable) altura.

-Yyyyyyyyyyyyy... otro día más que gano al despertador, aun así, me has pillado por sorpresa, maldita sea -mientras desactivaba la alarma.

Su smartphone, una vez más vibró. No, no era la batería, pues la carga estaba al 96%. Otra notificación de Twitter. Y esta vez se trataba de la cuenta oficial nipona del juego.

"Queridos invocadores/as,

Desde el equipo de programadores de Fire Emblem podemos dar el aviso de que se han llenado casi todas las plazas con respecto al nuevo evento "Gran Batalla Real de Estrategas". (1/3)

En cuanto se termine el registro, a partir de las 16:00 de mañana, se procederá al envío de 16 tickets arcoiris, 16 tickets de oro, 16 de plata y 16 de bronce a cada jugador que ha participado. Podrán seguir la retrasmisión del evento en este enlace: (2/3)

Mucha suerte a los invocadores y que las estrategias ejecutadas por los jugadores sean magistrales y les lleve a la victoria.

Un cordial saludo,

Equipo de Programadores de Fire Emblem." (3/3)

Faltaban 10 minutos para las 8:00 de la mañana y se habían publicado los nombres y los códigos de amigo de 61 jugadores. Estaban a la espera de publicar tanto el id, como el FC de los tres últimos, entre los que se incluía los de él como los de dos personas más.

No se lo pensó ningún segundo más y le dio al botón de aceptar.

Ya estaba hecho.

No había vuelta atrás.

Comprobó las reacciones de la gente tras su inscripción en el evento. Pasó de ver la alegría y los mensajes de buena suerte a un montón de mensajes de envidia y malfarios.

Al último jugador inscrito por algún motivo no se le puso dato alguno, y tan solo lo mostraron como "???".

63 inscritos. 3 grupos de 21 jugadores.

Él, con pocas expectativas, deseaba terminar de una vez por todas con el evento. Seguramente se planteaba "tirar del cable" en cuanto jugase la primera batalla, o perder intencionadamente.

Tan solo quería que nadie le volviese a molestar por cualquier cosa que hiciera, ya fuera voluntaria o involuntariamente.

Mientras tanto, en otro lugar sobre la faz de la Tierra, se hallaba otro muchacho el cual mostraba síntomas de haberse peleado con numerosas personas, que estaba siendo observado por una multitud sorprendida con su aspecto, que cojeaba mientras caminaba cabizbajo por la calle.

En su mano, portaba un dispositivo. Y en la otra, lo que parecía su móvil con la pantalla rota. Se paro en mitad de la calle, y sonrió.

El juego había comenzado.

[Sin Título]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora