Capitulo 14

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2011. Esas viejas canciones

-¿Dónde están esas viejas canciones que tocabas de chico?

-pregunta Kirishima.

-En el altillo, al lado de la computadora.

- Había una que me gustaba mucho, una obra de un grupo de rock.

- Ah, sí, My Inmortal.... Pero necesito una escalera para encontrarla

-Bueno, que quiero escucharla, yo te ayudo.

Kirishima y yo subimos al altillo tratando de conversar, pero nos agitamos un poco en las escaleras.

-Ya no tenemos 12 años. Los años pasan para todos

-rio.

-Vamos ancianito, tú puedes.

-Yo empiezo a revolver entre los estantes. Kirishima me mira en silencio.

- No puedo creer la cantidad de partituras que tienes.

¿y las tocas todas?

-Bueno con algunas ya perdí práctica.

De pronto se cae varias carpetas.

-¡Uy, que desastre!, ¿viste? Te dije. Mirio se molestará, justo la semana pasada terminamos de ordenar este cuarto.

Kirishima se agacha a recoger las partituras conmigo. Sin querer nuestras miradas se encuentran.

-Quisiera volver a escuchar de nuevo esa canción

- murmura.

-¿Cuál?

-Tú sabes cuál.

1998. Mi cumpleaños

-¿Qué es esta partitura? ¿My Inmortal? – deletrea Kirishima.

-Es una obra de Evanescense – le explico mientras sirvo un plato de papas fritas. Es mi cumpleaños y trato de que todos la pasen bien en mi casa. Si no lo hago así, no van a querer venir más....

-¿Tu tocas guitarra? ¿Por qué no nos muestras algo? – me pregunta Kirishima.

Toco My Inmortal en la guitarra. Silencio. Nadie se imaginaba que yo podría producir algo.

Guardo la guitarra y la siento como una compañera que me ayuda a comunicarme con los demás. La guitarra es como una prolongación mía. Es la extremidad que me faltaba para entrar al mundo.

Ahora que lo pienso Kacchan no vino, fue el único que falto de mi fiesta.

A la semana siguiente mi profesora de guitarra organiza un concierto con sus alumnos. Yo practico My Inmortal, y me sale cada vez mejor.

Llega el día. Es mi turno, pero antes de empezar, se abre la puerta de la sala. ¡Es Kirishima! ¿Como sabia el de mi concierto? Yo no lo sé lo había dicho a nadie.

Comienzo a tocar, pero me tiembla las manos que me levanto avergonzado y corro a un pequeño patio.

Kirishima me sigue y dice:

-Perdóname, fue mi culpa...te puse nervioso, el día de tu cumpleaños la invitación al concierto de alumnos y tuve ganas de venir. Quizá te pusiste así porque estas enamorado de mi...

-¿Sabias que estaba enamorado de ti? – le pregunto y me acerco a darle un beso, pero el interpone sus brazos entre nosotros y me dice suavemente:

-Yo no estoy enamorado de ti, me gusta tu forma de ser, que empecé a descubrir hace poco, pero nada más, no te enojes. Podemos ser buenos amigos.

"Se despide de mi con un beso de la mejilla.

Se aleja y, aun así, lo sigo viendo gigante

Me quedo paralizado, toco con mis dedos la

mejilla que el beso, me froto la piel hasta sangrar.

Quiero capturar la humedad de su beso.

Huelo mi mano como un animal que busca

señales de otro. Me paso la mano húmeda por

los ojos, por el cuello, necesito ese pequeño

pedazo de el adherido la piel de mi cara pecosa.

Detrás de mi frente siento la presión de

todos los mares del mundo. El agua que cae

de mis ojos es tan caliente, y fría al mismo

tiempo que ya casi no veo nada. Mejor. No

quiero ver. Casi ciego, tropiezo con la gente,

las sillas, las puertas, los veo como objetos

debajo del agua, distorsionados por la descomposición

de la luz en el líquido de mis lagrimas

sucia, muy sucias, porque soy un

simple mortal que estuvo en contacto con un ángel.

Me aprieto la cara para que mi cerebro no

estalle. No quiero morirme, en otro momento

tal vez si, pero ahora ya se lo que es ser tocado

por un ángel. Ya no transito esos pasillos

infernales de hielo gris, ahora voy por un

camino espinoso y dulce al mismo tiempo.

Lloro. Pero es mejor llorar a estar muerto como antes."

El ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora