Capitulo 4

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2011. El álbum de fotos

Kacchan entra a mi casa como si ya hubiera venido otras veces. Parece que no se siente extranjero en ningún lugar.

Trae un pastel que se ve muy rico. Se lo agradezco mientras observo su cara. Su mirada es más pesada y sus cachetes se convirtieron en pómulos angulosos. Sus ojos siguen siendo rojos, escarlata.

-Hola...- dice tratando de recordar mi nombre.

-Izuku – lo ayudo.

-Si, si Deku. Te tengo en Facebook.

El tiempo parece haber sesgado su carácter, y seguramente le enseño a ser amable y protocolar. Me pregunto si es asi con sus hijos. Supe que adopto un bebe el año pasado, se caso a los 23 años de edad. Miro hacia afuera a ver si vino con su marido, pero no. Será que tampoco el puede unir sus dos mundos...

Saluda a todos con su mano, y se sienta en un sillón. Saca un pequeño álbum de fotos de su maletín.

-Esta es mi casa – dice con orgullo mientras nos apilamos a su alrededor. Su comedor parece un palacio, no por el lujo sino porque tiene puesta la mesa con diferentes tamaños de tenedores y cucharas, tres cubiertos para cada plato -. Las fotos son del cumpleaños de Akira, mi hija. Y esta es la cocina. La decore yo personalmente.

-¿Cómo haces para mantener la casa tan arreglada, con un bebe? - pregunta Iida.

- Gracias a mucamas y mayordomos, cada uno tiene un trabajo que emplear en la casa, solo yo cuido de mi pequeña Akira.

1998. La casa de Kacchan

A la salida de la escuela sigo otra vez a Kacchan. Mi plan de espiarlo y copiarlo sigue en marcha. Llegamos a su casa. Espero a que abra la puerta de edificio y aprovecho para entrar antes de que la cierre. Me escondo detrás de una columna del recibidor. El entra al ascensor. Observo las luces del tablero para ver en que piso vive: es en el 4to.

Subo hasta allí con el otro ascensor. Kacchan entran en su casa, pero deja la puerta entreabierta, seguramente fue a guardar su mochila. Entro silenciosamente y me escondo en la cocina. El regresa y cierra la puerta distraídamente.

Veo todo por una rendija. Kacchan se quita en uniforme. Esta buscando algo. Al fin lo encuentra...¡la plancha!. Plancha su bata sobre la mesa de la cocina. ¿Cómo puede retrasar el horario de la comida por un simple uniforme? ¿Por qué no puede dejar eso para mas tarde? Yo me muero de hambre. ¿El no?.

Después de prepara la mesa. Al fin descubro un rasgo humano: va a comer. Veo como saca los vegetales y los ingredientes que compro, y veo como corta los vegetales como si de un cocinero se tratara, se nota que sabe como utilizar en cuchillo.

Se le cae un la bolsa de sal al piso. Que alivio. Por fin, el rey ha cometido una torpeza. Pero... ¿Qué veo? ¡la bolsa de sal no se tira nada de su contenido!

No puede ser. Toda bolsa de sal al menos siempre se le tira un poco de sal. Pero Kacchan, indudablemente ha sido tocado por los dioses de la pulcritud. El no es real.

Aprovecho que sale de la cocina y me voy de su casa. Sin querer hago ruido con la puerta.

Escucho la voz de Kacchan desde adentro:

-Viejo... ¿eres tú?

El ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora