Luke Hemmings. Londres.
Sus manos heladas por el frio envolvieron la caliente taza de café que él le había ofrecido, el chico la miraba de soslayo sabiendo que su aparición en la casa no había sido más que un reencuentro para buscar respuestas de su vida pasada. La chica, preocupada por la reacción que el chico tenía al verla en la puerta le había dejado en claro que los recuerdos que recuperaría no serían exactamente buenos o felices, pero se preparaba mentalmente y emocionalmente para los golpes.
El chico agarro otra postura en la silla de madera, se acomodó y pasó su mano derecha entre sus cabellos rubios, suspiro pesadamente y la miro a los ojos, que un día brillaban por su presencia.
Grecia; la chica. Tomo un poco del café antes de armarse de valor para empezar a preguntarle ¿Qué había pasado antes de su amnesia? De un modo u otro Luke ya sabía que de eso se trataba su visita tan inesperada. Después de tanto tiempo sus esperanzas habían acabado en todo al caso de la antigua pareja.
-bueno creo que ya sabes porque estoy aquí.-empezó Grecia, su labio inferior temblaba levemente a causa del tormentoso frio en la ciudad de Londres.
-escuche lo de tu amnesia.-siseo Luke poniendo sus brazos sobre su pecho, miro a Grecia de arriba abajo y sonrió de lado sin despegar los labios.
-no me parece gracioso.-dijo Grecia con algo de enfado. Luke negó.
-no es por eso, es que... es que sigues estando igual de hermosa como te recordaba.-dijo Luke, Grecia empezó a sentir sus mejillas tomar color, pero ¿Por qué? Ni siquiera lo conocía, o recordaba.
Grecia no sabía que decir, no porque Luke la haya dejado sin habla si no porque ella quería descifrar a Luke, pero todo lo que hacía era intento fallido.
Luke vio en Grecia que no estaba con intenciones de hablar, entonces el tomo rienda a la conversación, él sabía que quería Grecia y era saber que había pasado antes de la amnesia. Y aunque Luke no quisiera contarle todo lo que había pasado, tomo aire y se dispuso a hablar.
-se por qué viniste-empezó Luke y Grecia asintió.- y sé que no te iras hasta que te diga todo lo que se.
Grecia asintió. Luke no tenía expresión alguna, estaba escéptico por fuera pero por dentro no estaba igual. Cada vez que miraba a Grecia podía ver su maquillaje correr por su rostro, las lágrimas y los sollozos que daba mientras salía de la casa, donde una vez los dos compartieron. También recordaba el poco tiempo que ella paso con su novio antes de tener la repentina amnesia por culpa del choque, recordaba que ella no se veía tan feliz como antes estaba con él, a lo mejor nunca lo fue con él, quien sabe.
-¿Qué paso entre nosotros?-lanzo Grecia, Luke se rasco la frente cerca de la raíz de su cabello rubio.
El rubio soltó un suspiro y miro a la pelirroja con tristeza.
-¿nadie te ha contada que éramos?-ella negó y al chico se le partió el corazón.- nosotros éramos novios.
La noticia le cayó de improvisto a Grecia, como un balde de agua frio que se derramaba encima de ella. Era de esperarse para ella puesto que cada vez que ella le preguntaba a su mama de aquello, ella reaccionaba con nerviosismo y cambia el tema sin pensarlo dos veces y sin admitir pero alguno. Esto lo explicaba todo.
-eso lo explica-mascullo Grecia entre dientes, Luke logro oírla y la miro de soslayo.
-seguramente pensaron que era por tu bien-replico Luke y Grecia lo miro a los ojos.
-¿Cuánto tiempo estuvimos juntos?-le cuestiono Grecia a Luke, él sonrió melancólico, el nunca olvidaría el día en el que ellos se volvieron uno.
