Personaje: Yami
Advertencia: No
valentinagh11
Por ahora este es el más largo 😅
Bueno, espero les guste :3
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Un chico caminaba por los alrededores, tenía sus manos en los bolsillos de su pantalón, después de un rato se subió a un árbol y se sentó en uno de las ramas. Estuvo así un largo tiempo, tranquilo... hasta que unos ruidos interrumpieron su tranquilidad. Se giró para ver de dónde provenía el ruido, vio que un grupo de niños estaban rodeando algo y pateándolo.
-¡Cállate!
-Mejor lárgate.
-Tu presencia molesta.
Entre otras cosas le decían las personas, El chico bajo del árbol y cuando iba a decir algo, fue interrumpido por una voz.
-¡Oigan!- todos voltearon a ver de dónde provenía la voz-. Déjenlo en paz.
Una niña con el cabello blanco y un mechón rubio dorado grito, los niños se rieron de ella.
-No puedes hacer nada.
Los niños fueron por la niña y la tiraron, algunos agarraron unas piedras y se las lanzaban a la niña. Mientras que el chico que se encontraba abajo del árbol vio a un pequeño niño donde anteriormente estaban los otros.
El chico agarro una rama y protegió a la chica.
-Es mejor que se larguen.
Los niños ya golpeados decidieron retirarse. La chica tenía heridas por todas partes, apenas se fueron los niños, el pequeño niño corrió a los brazos de la chica.
-Hermana- comenzó a llorar el pequeño-. ¿Por qué no los venciste con tu magia?
-No tiene caso, no valen la pena- dijo con una sonrisa la chica-. Además... ya no nos podemos meter más en problemas.
La chica abrazo más fuerte al niño y se levantó para cargarlo. Vio al chico de ojos negro mientras acomodaba a su hermano en sus brazos.
-Muchas gracias- hizo una pequeña reverencia-. No se cómo agradecértelo.
-No te preocupes por eso.
La chica se quedó viendo unos segundos al pelinegro, hasta que se le vino una idea a su cabeza. De una pequeña bolsa saco un pedazo de pan y se lo extendió.
-No es mucho, pero ten.
-Gracias- tomo el pan y veo a la ojiazul.
-Por cierto, me llamo _____. ¿Y tú?
-Yami.
-Nunca había escuchado ese nombre.
-No soy de aquí.
-Ah, eres el extranjero.
-Sí.
-Ya veo- dijo algo curiosa-. Bueno... me tengo que ir.
-Muchas gracias- dijo el pequeño niño.
-Nos vemos, Yami.
La chica se fue caminando, el pelinegro veía a la chica irse y le dio una mordida al pan que le había dado.
∆
V
arias personas estaban hablando, mientras que otras estaban nerviosos y emocionados por la situación. La albina se encontraba en la multitud mientras veía a su hermano a unos metros de ella, su hermano alzo los pulgares y ella hizo lo mismo. Después de un rato las personas se callaron y dejaron hablar a una persona, para que cuando terminara los chicos obtengan sus grimorios. Todos estaban emocionados por obtenerlo, algunas mencionaban lo que harían ahora, sus planes a futuro, etc.
