Capítulo 11

116 3 0
                                    

Una vez más Bart se despertó cual resorte a las 6:00am para ir a trabajar. A diferencia del día anterior, esta vez se arregló un poco más y se pintó. Se sentía extraña, observada, y con muchas ganas de encontrarse a Marcus. Los compañeros camino a Jerez dieron cuenta de eso y comenzaron a bromear nuevamente. A ella no le importaba nada, esa noche volvería a tener una cita con una persona más que interesante.

Intentó concentrarse en su trabajo pero no dejaba de pensar en Marcus y en el encuentro maravilloso de casualidad de la noche anterior. Cerraba los ojos y se aparecía él sonriendo invitándole una cerveza. Bart quedó completamente flechada por él, aunque haya sido algo del momento, pensó que ese sentimiento era algo oculto de hace años que ni ella sabía que podía sentir, pero que afloró cuando se reencontraron. Cuando iba a escribir su reporte, nuevamente le estaban dejando una flor en su escritorio.

-Ups, creo que arruiné la sorpresa- el que dejaba la flor era el jefe.

-Gracias por el detalle-acotó Bart – Pero …-

-No, no es mía la flor. Me la dio alguien para que te la deje.- contestó el jefe -Y ese alguien está en la ventana.-

Bart fue hacia la ventana y era Marcus, vestido con los colores de su equipo con cara de sorprendido al verla.

-¿Fuiste vos el de las flores? Otra vez...-Bart le sonrió y recordó que en 2008 también le dejaba flores cuando eran compañeros de equipo. -Qué, ¿Y el jefe es tu cómplice?-

-Sí, yo no puedo ingresar a las oficinas, entonces se lo encargué a él. - Bart miraba a ambos boquiabierta.

-Siempre y cuando no interfiera con la labor de ambos- el jefe era un piloto retirado hacía una década y conocía a Marcus desde el karting. Y además, era un gran amigo del padrino de Bart.

-Bart, esto no es como Argentina. Su secreto por ahora muere aquí. ¿Hace mucho sales con Marcus?-

-No Herb, hoy es nuestra primera cita.-Bart se sentía una adolescente y miraba para abajo mientras respondía.

-Bueno, ya terminaste con todo. Ve a disfrutar del día.-el jefe le guiñó un ojo y ella se fue a los brazos de Marcus.

-No sabía que tenías un cómplice... ¿él te dijo dónde estaba anoche?- Bart no estaba para nada horrorizada ni sorprendida por eso.

-No, te seguí. Estaba en el hotel y te vi desde mi ventana salir al drugstore con la cerveza. Y reconocí tu campera panda. Cuando te ví ayer aquí se me detuvo el corazón. Estuve con muchas chicas pero cuando te vi, recordé lo mucho que me gustas. Eres distinta a todas...-

-¿Te gusto aunque sea una loca tatuada?- Bart ya estaba cansándose un poco de los halago de Marcus.

-Sí, por eso eres distinta. Tienes personalidad.- y le dio un beso muy lindo.

-¡EJEM!- Kimi pasó por allí y tosió bien fuerte para que los escucharan.

-Marcus, tengo que hablar unas cosas con Kimi... de trabajo. ¿Me esperás?-. El piloto asintió mientras Bart caminaba rápido hacia donde estaba su amigo.

-¿Se puede saber de dónde sale ese catarrito? Cuidate, no vaya a ser cosa que contagies a Vikku, más ahora.- dijo Bart con ironía.

-¿Qué pasa entre tú y él?- indagó Kimi señalando para donde se encontraba Marcus.

-¿Como que qué pasa? Intento darle una chance. ¿Te tengo que pedir permiso?- siguió la muchacha con los brazos cruzados.

-Al menos que tu intento de olvidarme no sea tan evidente.-arremetió el finlandés.

Los Rebeldes no se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora