Quiero decirles a mis lectores/as que estos capítulos probablemente sean muy reflexivos. Estoy atravesando una etapa de cambios y esta experiencia enriquece a mis personajes. Si bien ya tenía pensado cómo seguiría esto y cuál era la reacción que tendrían, casualmente es bien parecido a una vivencia muy personal la cual estoy atravesando.
Les digo, lo que verán a continuación es una declaración de amor muy madura por parte de Kimi y Bart. Si algún día pasan por algo parecido, sabrán que han amado lo suficiente a alguien como para hacer cosas para no lastimarse. Y no saben cuánta satisfacción da terminar algo así.
Después de almorzar todos juntos, Marco incitó a Kimi a dormir una siesta en la habitación de huéspedes. Alfredo fue a su casa y volvería a la noche con algunos vinos de Mendoza. Quedaron en la casa el escandinavo y los 3 Ortiz May.
El día estaba despejado y no hacía mucho calor, sino que una leve brisa hacía el día más llevadero. Bart se recostó sobre una reposera en el patio, frente a la pileta debajo de un toldo. Allí leía una revista, pero se quedó dormida. Kimi dormía intermitentemente, sin embargo cuando podía se levantaba y veía a la joven por la ventana.
No podía dejar de verla, de admirarla. Y sentía impotencia al no poder tenerla. Estaba tan seguro que se odiaba por haber dejado pasar la oportunidad. Apoyaba su mentón sobre el marco de la ventana y la miraba fijamente. Estaba totalmente entregado a una mujer más joven que además no le daría nunca una chance. O sí.
Se recostó en la cama pensando en cómo volver a conquistarla sin ser invasivo. Esta vez, quería ser romántico con ella. Pero tenía un obstáculo más: el prejuicio de Bart y a los padres cerca. Seguramente se llevarían un disgusto y no era momento para ello. Intentaría ser sigiloso y caballero y ante la menor sospecha, seguir como si nada, como si fuera una costumbre normal.
Bart se despertó después de dormir una hora bajo un toldo (por suerte) en el patio. Tomó la revista que dejó al lado suyo y fue a buscar ropa para ducharse. Kimi sabía que su amiga estaba yendo y pensaba cruzarla “accidentalmente” para hablar con ella a solas. Sintió los pasos de ella en la escalera y salió de la habitación.
-Kimi, ¿dormiste bien? - dijo Bart con ternura mientras se acercaba a él.
-Ehm... sí, dormí algo. - No podía afirmar que estuvo viéndola por la ventana mientras dormía – Y tú, ¿dormiste? -
-No hay nada como la brisa otoñal en Buenos Aires. Vientito, pocas nubes y un sol prudente que... aii, así es mi tierra querida. - Bart enfilaba para su habitación -Kimi vení, hablemos mientras veo qué me pongo ahora para el cumpleaños-.
Ambos entraron a la habitación. Kimi admiraba la habitación de Bart: era muy espaciosa, con dos grandes ventanales y un gran escritorio que ocupaba toda una pared casi. La cama parecía King Size, tenía un tamaño mullido y frente a ella, al lado de la puerta, yacía un diván blanco con arabezcos lila y negro.
-Me gusta tu habitación...- susurró Kimi entrando a ella y sentándose sobre el diván. -Es grande, qué poco se puede apreciar desde la webcam – señaló la computadora.
Bart asintió y abrió su placard mientras intentaba darle charla.
-Sabés, fui muy mala con vos. Te soy sincera, Marcus está en otra y Alex se le quiere tirar. Y me preocupa porque no puedo seguirle el tren... lo amo, pero eso le está consumiendo la vida. - Kimi la escuchaba atentamente, por fin Bart pudo abrirse con él sin enojarse y sin sentirse atacada o acosada.
-Lo de Alex es cierto, no te mentiré. Le va al otro bando pero no suele comportarse así. Debe estar loco por tu chico, ha trabajado con nosotros en 2004 y siempre fue un buen tipo. Es muy notorio, entre nosotros los pilotos hablamos de eso...- asintió Kimi cruzado de piernas. Bart lo miraba decepcionado mientras tomaba un remerón rosa pálido. -No creo que te quede bien eso, luce tus brazos – le sugirió el finlandés.
-Siempre te gustaron mis brazos tatuados. Deberé hacerte caso. - Bart tomó un vestido negro con mangas al descubierto. Kimi levantó el pulgar y se estremeció al imaginar a la joven con el vestido puesto. -Mh, quedará bien sobrio, ya no hay curvas con qué llenarlo -
-¿Sabes que me gustan las mujeres naturales, no? - Kimi se levantó y le sonrió a su amiga -Imagina, un hombre plantando una semilla en un suelo liso y sin vegetación. Prefiero un prado verde y con colinas, bajadas, subidas. Hay posibilidades de que la vegetación crezca linda y fuerte...-
-¿Te fumaste algo? ¿Sos aficionado a la botánica? - Bart le tomó el hombro en broma. -¿O estás buscando dónde plantar la semillita? Porque acá no... Ni lo intentes. - alzó las cejas y se rió.
-Mis intenciones son evidentes. Pero... - Kimi esperaba ser interrumpido ya sea con un insulto o una cara larga. No consiguió ninguna de las dos. Bart lo miraba con un poco de complicidad. -¿No vas a reprenderme?-
-¿Retarte, “cagarte a pedo”? -dijo en español – No puedo reprimir tus deseos. Alex no puede contener los suyos, vos no podés reprimir los tuyos, Marcus tampoco aunque no tenga energías y yo... bueno, decidiendo entre el cielo y el infierno. - se acercó sigilosamente a Kimi. -Elegí vos dónde querés estar.-
-Contigo, para mí, el cielo.- Kimi acercó su boca a la de Bart.
-Por ahora, para mí, sos un infierno. No me tientes, puedo pasarla mal.- respondió Bart con más complicidad. -Quisiera llevarte al cielo, pero hay lugar para sólo uno.-
-¿Entonces..?- Kimi se alejó y se sorprendió. Bart negaba con la cabeza y dijo un “Dejame ver”.
-No te voy a ilusionar al pedo, pero la verdad me estás atrayendo y eso de tener lejos a Marcus no me confunde, pero la verdad es que es casi una realidad para mí que no vamos a durar mucho juntos. Y sé que podríamos funcionar bien, siempre y cuando nos pongamos los pantalones como corresponde. -
Kimi miraba seriamente a Bart, y estaba dispuesto a aceptar. Sin embargo, en el fondo temía que algo más se interponga entre ellos.
-¿Pero tú amas a Marcus?-
-Kimi, lo amo lo suficiente como para que entienda que no puedo seguir así, que no me puede descuidar asi y también lo quiero tanto como para que entienda, que lo que venga será lo mejor para mí, y para él. - Kimi le sonrió y la abrazó.
-Siempre te apoyaré. Te quiero tanto que cada decisión que tomes, será la correcta para tí. -
El amor a veces nos hace entender qué es lo mejor para cada uno. Sería genial que podamos elegir cuándo desenamorarnos, pero al momento de hacer un duelo, a veces tenemos el tacto suficiente como para empezar una cuenta regresiva y que la procesión vaya por dentro.
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Los Rebeldes no se enamoran
FanficBartolomea es una expiloto que tuvo que crecer de golpe acorde a su edad. Luego de una fugaz carrera deportiva, tras la muerte de su prima decide vivir una vida "normal". Sin embargo, un trabajo que la llevará nuevamente a recorrer el mund...