— ¿Quién es…este…bombón? —preguntó Kendall en un murmuro cuando me senté a su lado en la mesa del comedor y Zack se sentó enfrente de ella.
—Kendall el es Zack. Zack ella es Kendall, mi mejor amiga. —dije abriendo la lata de Coca-Cola.
—Hola—dijo Zack levantando la cabeza en forma de saludo.
— ¿De donde se conocen? ¿Eres británico verdad? ¿Tienes hermanos? ¿Primos? Me conformo con que se parezcan a ti.
Zack y yo nos reímos ante la cantidad de preguntas que acababa de soltar Kendall.
—Soy estudiante de intercambio. Sí, soy británico, toda mi familia lo es. No, soy hijo único. Y nada de primos.
—Es una lastima. Debí haberme inscrito en ese grupo de guías turísticas por la escuela, tal vez pude haber conseguido uno tan sexy como que el que te tocó a ti, April.
—Seguro.
Liliana y Luke entraron al comedor, tomados de la mano, toda la escuela volteó a verlos y comenzaban a murmurar en su mesa. Apenas los vi, volteé la mirada, no podía verlos juntos.
— ¿Quiénes son ellos?—preguntó Zack.
—Son la pareja del año,Luke Shor y Liliana Prescott, acaban de comenzar a salir hace poco. —respondió Kendall. Yo no habría sido capaz de responder esa pregunta sin sentir un retorcijón en el estomago.
— ¿Los conoces?—preguntó Zack, mirándome directamente.
—El chico es mi mejor amigo, con la chica comparto apenas unas clase
—respondí tratando de sonar lo más segura posible
—Los dejo chicos, tengo que hablar con mi compañero de laboratorio para un estúpido experimento. Los amo.
Kendall salió del comedor dejándonos a Zack y a mi, sentados solos en la mesa. Las chicas comenzaban a percatarse de Zack, comenzaron a murmurar y volteaban a verlo, no siendo tan disimuladas.
—Entonces…—Zack se levantó de su silla y se sentó sobre la mesa. — ¿Sí tienes un lugar para mi en tu cama?
—Primero, no puedes sentarte sobre las mesas, esta prohibido. Segundo, claro que no, no te vas a quedar en mi cama o donde sea que esté cerca mío.
—Primero, si no te has dado cuenta. Vengo a romper reglas, nena. Segundo, ¿así recibes a los extranjeros?
—Eres un caso perdido. —dije rodando los ojos.
—No ruedes los ojos, luego te vas poner fea.
Rodé nuevamente los ojos, haciendo que se riera.
— ¿No me quieres mostrar la escuela? No quiero perderme cuando vaya al baño.
—Seguro. —le di un ultimo sorbo a mi bebida para después arrojar la lata al deposito de basura que estaba cerca.
{…}
— ¿Por qué viniste a NY? Estoy segura que en Inglaterra hay mejores escuelas que aquí.
Estábamos caminando por el jardín de la escuela, donde la mayoría de estudiantes se sentaba a comer en el jardín en un día soleado, hoy no era uno de esos.
—Causo muchos problemas, de mi escuela anterior casi me expulsan, mi padre tiene todo el dinero del mundo así que solo fueron unas llamadas y ya estaba fuera de Europa, en camino a estados unidos.
—No pareces muy feliz.
—Oh, sí que estoy feliz, no pensé conocer una chica tan sexy como tu. —El rubor recorrió mi cuerpo. — Pero desearía haberme quedado en Inglaterra, no sabes que es un verdadero club nocturno hasta que vas a uno de allá.
—Nunca he ido a un club nocturno.
— ¿Nunca? ¿Cómo te diviertes? ¿Jugando monopolio?
—No, salgo con Kendall a veces, pero son a clubs para menores de edad. ¿Cómo entras a los clubs?
—Yo les digo entradas al paraíso, o como las conocen comúnmente, identificaciones falsas.
—Así que eres una mala influencia para mí…
—No tienes idea. —dijo sonriendo de oreja a oreja.
{…}
—Pruébalo. —dijo sonriendo como un niño en su fiesta de cumpleaños.
—Si sabe asqueroso, te mataré.
—Vas a ver que vas pedir más. Solo pruébalo.
Tomé la rebanada de pizza en mis manos, y le di un mordisquo. Zack había hecho unos de esos experimentos, el había dicho que era delicioso. Y de alguna extraña forma, era delicioso, a pesar de que los sabores eran completamente diferentes.
—Este es mi momento de victoria. Te dije que era delicioso. Debí haber apostado algo.
— ¿Qué hubieras pedido? Ya tienes todo.
—Hubiera pedido un beso, con lengua. —dijo riéndose hasta que le di un puñetazo en el hombro pero no hice ningún movimiento en el.
—Eres asqueroso.
—Pero aun así, me amas. Solo dame una semana y estarás completamente enamorada de mí.
—Si, por supuesto que si. Tenemos que limpiar lo que has hecho aquí.
Zack y yo estábamos en la cocina del departamento. Habíamos traído una pizza, la caja ahora estaba vacía encima de la repisa. Y todos los ingredientes estaban esparcidos por todos lados. Zack me ayudo a limpiar.
Entramos a mi habitación y me recosté sobre mi cama, Zack hizo lo mismo.
— ¿Quieres ir a divertirte?—preguntó.
— ¿De que hablas? No pienso usar una identificación falsa, no quiero ir a la cárcel.
—No te mandan a la cárcel, solo llamarían a tus padres.
Un nudo se formo en mi garganta, ellos no podían llamarlos, ellos probablemente ni siquiera saben que aun sigo viva.
— ¿Dije algo malo?—Zack estaba preocupado.
—No, es solo, prefiero no tocar el tema de mis padres.
—Esta bien, no hay problema. Pero como decía, te hace un poco de diversión. Mira todos los libros que tienes aquí. —Zack se levantó y se acerco a mi estante de libros— ¿Qué es este libro? ¿”Cincuenta sombras de Grey”? Eres una pervertida total.
Zack estalló en risas, mientras yo me volvía a ruborizar. Le arrebate el libro de sus manos y lo devolví a su lugar, las risas de Zack parecían eternas.
—Esta bien, “Anastasia”.
—No me llames, “Anastasia”, y deja de burlarte del libro. Tiene cosas a parte de solo sexo, pervertido.
—Lo sé, ya lo he leído.
—Estas mintiendo. —dije arrojándole una almohada en la cara.
—De verdad, te puedo contar toda la historia si quieres.
— ¿Lees algo? Pareces el tipo de chicos que con las justas leen las letras de los comerciales.
—Me has ofendido. Yo no soy de esos, aunque no lo creas. Amo leer, es divertido de alguna forma. Además que en mi casa había una enorme biblioteca. Pero ya no salimos del tema, te vas a poner un jodido vestido sexy, y yo iré a buscar algunas “entradas al paraíso”.
— ¿Y que pasa si me rehusó a cambiarme y me quedo pegada a la cama?
—Te arrastraré, puedes estar segura. —dijo depositando un beso en mi mejilla.