Acto III

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Los días se agotan y Garu no puede dejar a su amada en manos de ese supuesto ángel por esta razón le propone fugarse con él. Ella accede con el propósito de ser libre nuevamente, pero algo en su interior la frenaba, por un lado, no deseaba irse, pero otra parte de ella le decía que eso era lo mejor ¿A quién debía escuchar, a su mente o su corazón?

-Lo haré Garu, llévame contigo (es lo mejor) pero deja me cantar una vez más para él si no lo hago nunca me lo perdonaría.

-¡¿Por qué quieres hacer semejante locura, es peligros?!

-Ni yo misma lo sé. Tal vez es porque le debo mucho sin él no estaría aquí (o puede ser que.... No imposible).

Nuevamente en el escenario solo faltan un par de minutos más y ambos serían libres, pero todo se obscureció literalmente las luces se fueron un par de minutos y cuando estas volvieron la cantante no estaba.

Desesperado Garu contacto con la policía, pero fue inútil no había rastro de ella en ningún lado. Un rayo de esperanza se asomó en aquella habitación.

-¿Usted es el señor Garu?

-Así es ¿Qué necesita?

- Lo necesito a usted. Se dónde llevó el fantasma a la chica.

-JA! Fantasmas otra vez, señor deje esto a nostros los policías.

-Señor, con todo respeto no tenemos tiempo. Le dicen fantasma pero es ...

-¿Un ángel?

-No señorito Garu, él es un hombre de carne y hueso trabajo para él desde hace años. Advierto que solo trabajo en el funcionamiento de esta ópera, el secuestro de la chica fue idea de él y no me involucre en tal barbarie.

Ahora hágame el favor de acompañarme. Sin policías por favor ir hasta allá abajo puede ser mortal mejor usted oficial quédese aquí si tardamos más de una hora mande refuerzos.

Al bajar por aquellos pasadizos secretos la humedad del lugar aumentaba haciendo que el calor se intensificase a cada paso que daban.

-Disculpe señor...

-Muji.

- Señor Muji, él por qué razón hizo esto.

-¿Usted me lo pregunta? Tan obvio es, ustedes no supieron susurrar lo suficientemente bien el amo tuvo que haber oído su plan de fuga. Él ama a la señorita, más de lo que piensa, pero la idea de separarse de ella lo tuvo que haber enloquecido. A continuación, tenga cuidado, no se aparte de mi este lugar es peligroso. Lo llama el salón de los espejos es la tortura más horrible, podemos perder el sentido de la orientación, quedar atrapados o bien morir de sed, en este lugar el agua no corre, pero se siente la humedad.

En una habitación muy cerca de ellos se encontraba atada Pucca a una silla, llorando desesperada.

-Maestro... podría aflojar las cuerdas.... Me duelen las muñecas...

-Amada mía ¡que torpeza la mía! Lo siento mucho.

Él aflojo sin pensar dos veces aquellas cuerdas que dejaron marcadas las muñecas de la joven, deposito un beso cálido en aquellas marcas y prosiguió a tocar una melodía en su órgano para calmar aquel ambiente tan tenso.

-Mi amada Pucca, abre ese cofre que está tu lado izquierdo sobre el mueble, en él encontraras dos llaves una dorada y una plateada. Si escoges la plateada tu querido Garu quien ahora está buscándote quedará atrapado en este lugar para siempre y si escoges la llave dorada aceptas casarte conmigo y él se salva tienes cinco minutos.

En ese instante una trampa se activó del lado donde se encontraba Garu y Muji, el bigotón se había equivocado al decir que en esa parte no corría agua, al contrarió era el paso directo de agua solo que esta se filtraba por pequeños agujeros donde apenas y cabía un puño cerrado de un hombre, esta gritaba cada vez más y Pucca escuchó los gritos de desesperación no solo de Garu sino también de otro hombre.

El aire del lugar se acabó dando lugar a un recuerdo obscuro y frío.


Tobecca: EL FANTASMA DE LA ÓPERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora