Sentir.
Hoy me animo a sentir.
Hoy me animo a dejarlo todo por amor. A soltar las cadenas, a liberar los sueños, a destapar las risas de lo que posiblemente luego me hará llorar. Hoy me animo a dejar de lado los prejuicios y los planes a futuro que sé que se verán afectados por mi descuido de prestarle más atención a mis sentidos que a la razón.
Pero he sufrido, ¿sabés?
He aguantado lágrimas, he embotellado sueños, he encarcelado suspiros y me he atado a esta tangible realidad de piedra para poder salir adelante, mientras que en el fondo sólo me hundía cada vez más. Y es que ésta no soy yo.
Yo grito, yo río a carcajadas con la cara llena de lágrimas. Soy desaforada, desquiciadamente infeliz y llena de tristeza. Intangible, soñadora, infantil y más frágil que un cristal. Soy débil, soy fuego entre los sueños. Fluyo como agua entre los dedos, dejo marcas y me dejo moretones en el cuerpo. Vuelo tan alto como el aire, y no merezco ser un puto pájaro encerrado que peca de encerrar sus sentimientos por miedo a no ser correspondidos.
No merezco ésto.
Quiero salir, correr en el medio del bosque con la cara vendada y arriesgándome a chocar con un árbol. Quiero tirarme de un paracaídas, transformarme en parte del cielo. Quiero nadar en el medio del mar con el miedo intenso que siente alguien que no sabe nadar. Quiero arriesgarme, quiero darlo todo por alguien sin guardar reservas por si no me devuelven el mismo amor.
Hoy, vida mía, dejo la cárcel de la realidad para ser presa de mis sentidos.
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Lo que nunca te dije
Short StorySólo busco deshaogarme y, quizá, dejar al abandono mis sentimientos en estas cartas, si se las puede llamar así.
