En llamas

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  Ebrio, con el alma destapada y el corazón en la mano, pidiendo ayuda sin decir nada.

  Me gustaría escribir sobre lo mucho que traté de ser yo quien te salvara, pero hoy no se trata de mí, ni mis rencores mal superados. Hoy quiero escribir sobre vos.

  Cansado de que te lastimen y de lastimarte, decidiste encerrarte. Poner una dura coraza de fuego para así quemar a todo el que tratara de acercarse. Y funcionó. Fui la primera en quedar con el alma en llamas. Pero ese fuego fue el mismo que a día de hoy te está consumiendo, y ahora no sabés qué hacer. Otra vez. 

Lo que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora