Parte extra (+18)

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Semanas después del accidente, la relación que tenía con Vio creció.
Convertimos mi refugio en nuestro refugio, y allí dejamos crecer nuestro amor.
Con ella pasé de los simples besos a otros llenos de pasión y lujuria, y a veces algunos roces en ciertas partes de nuestro cuerpo, aunque nunca llegamos a más.
Hoy, sería el día en el que eso cambiaría, el día en el que mi virginidad sería vendida a mi supuesta alma gemela. Eso... hasta que el amor nos separe.

•|17:02, en mi casa|•

Había invitado a Vio a mi casa aquella tarde, mis padres ya la conocían, por lo que no tuvieron problemas en dejarnos solas. Pobres, no sabían que pasaría aquella tarde.
Después de miles de excusas, soy capaz de tumbarme sobre ella. Estoy completamente roja, y el corazón me va a mil por hora, pero no podía dejar que mis padres volvieran y no hubiéramos hecho nada. Prefería que me pillaran antes que quedarme de brazos cruzados comiendo.
Mis labios van a parar a los suyos, mientras una de mis manos se pasea por sus caderas, queriendo ir por debajo de su camiseta.
Pero sus manos se me adelantan, colocándose en mis pechos. Ahogo un gemido en sus labios, aquel movimiento me había pillado por sorpresa, pero me encantaba.
Al final, tenemos que separarnos, nos falta el aire. Entre jadeos ella me quita la camiseta, pero yo no me dejo ukear, y se la quito también a ella, adelantandome un paso. Me lanzo a su cuello y empiezo a morderlo no con mucha fuerza, pero la suficiente como para dejarla un notorio chupetón.
-He marcado territorio primero, ahora eres mía
-Ya era tuya. Si a lo que te refieres es que tú eres la que domina..
Me cambia rápidamente, ahora yo estoy debajo y ella arriba.
-Te equivocas señorita~
Entonces, ella clava su rodilla en mi intimidad, apretando levemente y moviéndose lentamente.
-Ahh!~
Cubro mi cara, sonrojada y avergonzada, indispuesta a gemir más, pero ella quiere escucharme, y no parará hasta que consiga lo que quiere.
-No te cubras
Gruñe.
-mírame, y no te cortes en gemir
Baja hasta mi cuello, y clava sus dientes en él, devolviendome la marca que lo le había dejado a ella.
-Idiota...
Mustio, destapando mi sonrojado rostro.
Violeta sigue moviendo su rodilla, cada vez apretando más contra mi, pero con movimientos más suaves, que me hacen temblar de placer.
Quiero cambiarla, quiero tomar el control, pero es demasiado tarde. Me tiene, y dudo que pueda cambiarlo.
-¿Que te pasa pequeña, te ha comido la lengua el gato?
Entonces embiste contra mi intimidad, haciéndome gemir de nuevo.
Sus manos se deslizan por mi espalda, y cuando me quiero dar cuenta, me ha quitado el sostén.
Sus ojos color café se quedan hipnotizados, mirando mi blanca piel, muy distinta a la suya, por lo que tengo que hacer un esfuerzo para no cubrirme de la vergüenza.
-Empieza a hacer mucho calor...
Murmuro, con mi cara bañada en un tono rojo, y veo como Vio sonríe triunfal.
-Pues prepárate, por que se viene un infierno abrasador por delante~
Su mano agarra uno de mis pechos, y siento como se me eriza la piel mientras juguetea con él. Mientras tanto, yo sigo gimiendo y jadeando por lo bajo. Mi mojada intimidad estaba empapando su pantalón, pero eso no la detenía. Fue entonces cuando sentí su otra mano acariciar mis caderas, mientras bajaba mis pantalones lentamente, tan lento, que empezaba a volverme loca.
-¡V-vio!
Exclamo, en un gemido de placer, al ver que sus manos ya se deslizan por dentro de mi ropa interior.
-¡N-no es justo, n-no quería ser la pasiva!
-Que pena, por que en nuestra primera vez, estoy yo de activa amor~
Puse mis manos en sus hombros, dispuesta a tomar el control, pero su rodilla volvió a embestirme, y yo gemí, dejando la idea de lado.
-Ni se te ocurra, este es mi momento
Las paredes de mi interior empezaron a abrirse y cerrarse. Mis pantalones terminaron empapados, al igual que la rodilla de Violeta.
Me había venido.
-Vaya vaya~
-Joder...
Mustio. Estaba temblando de placer, el calor que sentía no era normal, y para colmo, ella no paró ahí.
-Creo que alguien esta muuuy mojada~ Perfecto~
Sus dedos masajean mi clítoris tal y como está masajeando mi pecho, entonces se desliza hacía el interior de mi intimidad, y yo gimo de dolor.
-Du-duele...
Dos de sus dedos se movían a sus anchas por mi mojado interior, y parecían no hacer caso de mis quejas.
-¡Vio, duele!
-Tendrás que acostumbrarte~
Siento que de un momento a otro me puedo poner a sangrar. Sus dedos siguen ahí, moviéndose lentamente, hasta llegando a embestirme, saliendo y entrando de mi, y yo no puedo dejar de gemir.
-Amor!~
Mis cristalizados ojos están bañados en lujuria. Sabe que me gusta, y que duele, pero era mi primera vez, ¿que me esperaba?
De pronto, mi interior se abre, acostumbrado a sus dedos, pero esta añade otro más, no va a quedarse ahí.
Mi intimidad abraza sus dedos con fuerza, mientras mi cuerpo tiembla como una gelatina. Quería más, por mucho que doliera me encantaba aquella sensación, y quería más.
-Más... Mommy... Más...
Entonces, para, y me mira. Parece sorprendida por como la he llamado, pero no me arrepiento, y lo repito.
-Más, m-mommy, más
Sus mejillas se tiñen de un rojo más intenso del que ya tenía, resaltando en su morena piel, y yo sonrío, encantada por su reacción.
- S-si, baby~
Yo también me sonrojo, pero me gusta que me llame así, quería oírlo más veces.
Sus dedos vuelven a la carga, y siguen moviéndose rápidamente por mi interior, que de un momento a otro, empieza a sangrar.
-Mi virginidad mommy... Ahora es tuya...
Joder, el calor iba aumentando por momentos, la cabeza me daba vueltas, en cualquier momento podía perder el sentido del placer.
Pero no duro mucho más, por que minutos, después, me vuelvo a correr.
La sangre mezclada con mi esencia se desliza fuera de mi intimidad, manchando mi ropa más que antes.
-Baby...
Mustia, esta sudando, deduzco que tiene el mismo calor que yo. Pero ella sigue excitada, ella también sentirá cosquillas en su intimidad. Es como si un chico le quitara la excitación a su novia, pero su miembro seguía erecto bajo sus pantalones.
Violeta saca los dedos de mi interior, y aunque están mojados, los coloca en mi cadera, con el resto de su mano (nmm obviamente).
-Eso fue increíble...
Murmuro, y esta me sonríe, y asiente.
-Si que lo fue. Me encantó ver tu cara de uke mientras gemías~
-¿E-eeh!?
Desvío la mirada avergonzada, y esta ríe por lo bajo. Su otra mano suelta mi pecho, y se incorpora en la cama, sentada entre mis piernas.
-Debería cambiarme antes de que lleguen mis padres...
Agarro mi camiseta y mi sostén, y rebusco en el cajón algo que ponerme de cadera a abajo.
Saco la muda y miro a Violeta, que sigue mirándome sonriendo, y yo salgo de la habitación, para ir al baño, sonriendo embobada, al igual que ella.

(...)

Mis padres llegan media hora después. Nosotras estamos todavía en la habitación, abrazadas, y viendo una película.
-¿Cuando repetiremos?
-No sé, pero espero que sea pronto, y que yo pueda tomar el control
Sonrío, la miro, y la beso.

De España a Chile~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora