Para Claus Pierce convertirse en un reconocido escritor significó también convertirse en un completo ermitaño, cuya vida se basada en mantener contacto con su madre, su perro y sus tres amigos de siempre. Sin embargo las cosas parecen querer dar un...
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Bueno, no les voy a mentir. Claus en verdad rogó para que otro periódico no llegara, pero el Destino, el Karma, o Dios seguro decidieron reírse un rato de él, porque la siguiente mañana llego otro periódico, ya saben con lo mismo de los dos antes. Fue en ese momento que se dio cuenta que esos periódicos y esas notas no dejarían de llegar. No malinterpreten, los periódicos no le molestaban, ni las notas, era la mera curiosidad que lo mataba todos los días y no lo dejaba escribir.
Es curioso que hagas esa mueca de confusión en tu hermosa cara cuando sabes muy bien que nos casaremos y que tendremos dos hijos, o bueno los que tu quieras ( ͡° ͜ʖ ͡°).
Algo le pareció interesante y fue el dibujo de la lennyface en una esquina de la hoja donde se encontraban las palabras marcadas de rosa formando el mensaje. Dejo el periódico de lado y se quedo viendo hacia un punto no especifico de su casa, buscando algún tipo de iluminación. Fue a la casa de sus vecinos para preguntar si habían visto a alguien afuera de su casa pero ellos negaron, llamo al periódico para reportar que recibía periódicos erróneos, pero la agencia ni siquiera le contesto. Lo único que logro averiguar es que el periódico se entregaba a las 5:00 am, una hora terrible para levantarse por cierto, pero si quería acabar con esto tendría que sacrificarse, y por eso fue que comenzó a levantarse a las 5 de la mañana durante los próximos 24 días.
