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Cuando se trata de mi.

El sentido se tergiversa. Lo que no debería ser, si es. Sé que mi cabeza sabe qué es lo correcto, pero son tus ojos, la mirada dulce que recuerdo en ellos los que convencen a mi corazón de lo que quieren. Porque, tristemente, mis latidos son tuyos, y tú te estás aprovechando de ello.

Ése día, Taehyung y Jungkook se encuentran en casa del primero. Ambos están sentados en la mesa comiendo; un simple almuerzo para hablar de todo y nada al mismo tiempo.

Jungkook deja sus palillos a un lado cuando escucha su teléfono, sonriendo al ver el nombre de Jimin escrito en la pantalla. Por la forma tan sincera en que lo hace, Taehyung sabe que se trata él, intenta no fijarse. Porque si, porque le resulta incómodo y no se siente bien, así que simplemente voltea. Se esconde mientras bebe un poco de refresco, más no tarda en bajar el vaso cuando, tras contestar, la expresión del menor cambia drásticamente, sus ojos se volviéndose preocupados al darse cuenta.

—¿Qué sucede? —le pregunta.

Jungkook sólo niega, sonriendo tan falsamente que Taehyung tiene que reprimirse para no chasquear la lengua.

—Todo está bien, pero debo irme ahora.

No lo detiene. Nunca lo hace. ¿Y cómo podría, de todas maneras?

Es su vida y sigue siendo su relación. Así que aunque le pese, él no puede meterse entre ellos.

Al llegar a casa, Jungkook se detiene un rato en la puerta para respirar profundamente. Su cabeza está baja y sus ojos están fijos en el suelo. Sabe lo que le espera ahí dentro. Es por eso que no se sorprende cuando, apenas entrar, lo primero que su mirada enfoca en su novio es su ceño fruncido y el enojo contenido en la oscuridad de sus orbes.

Los ojos de Jimin se ven siempre un poco más oscuros cada vez que se enfurece.

A Jungkook le da un poco de miedo, porque cuando eso pasa no logra convencerlo. No lo escucha cuando le dice que sólo estaban comiendo. Cuando le recuerda que Taehyung es sólo un amigo y él también le conoce perfectamente. Cuando se queja de que él pasa la misma cantidad de tiempo y más junto a Yoongi y él no le discute al respecto. Nada de eso.

Porque Jimin se ha vuelto controlador. Porque también es inseguro. Y porque cree que todos son como él.

Jungkook es demasiado bueno y no tiene permiso para cometer su misma estupidez.

Cuando se trata de ti «Taekook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora