Cuando se trata de ti «Taekook»

03

Cuando se trata de nosotros.

No hay nada. Es así porque sencillamente ya no existe. No de la manera en que quisiera, la manera en la tendría qué. Está quebrado. Ambos somos conscientes, pero aún somos cobardes para dejarlo. Porque yo te amo y a ti te conviene. Lo peor de todo es que haz tomado los pedazos y sigues cortándome con ellos.

☀

El tiempo es cruel, pero, sobretodo, es honesto.

Jungkook lo sabe, porque él quizás ha tardado, ha sufrido otro poco, pero se ha dado cuenta de ello.

Está secando un par de platos para posteriormente guardarlos. Sus ojos están fijos en la cerámica, pero su mirada es ausente. Hace un par de horas que ha llegado del trabajo y recién ha terminado de comer.

De camino, se detuvo en una pastelería para comprar alguna cosa para el postre, buscando entre las opciones algo específicamente para su pareja. Porque así es él, porque así es su amor. Incondicional y sincero.

Llegó quince minutos más tarde de lo usual por ello. No obstante, se sentía feliz cuando imaginaba el rostro que pondría Jimin al ver lo que llevaba. Él con seguridad ya se encontraba en casa, esperándole para comer.

Jungkook subió los escalones que daban con su departamento con rapidez, más sus pasos no tardaron en disminuir, llevándose también la alegría con ellos, sin poder evitar sorprenderse cuando, al entrar a su hogar, encontró que el mayor ya había cenado sin él. No lo comprendió al inicio, puesto que ya era algo rutinario para ellos y a él le gustaba mucho que a pesar de los problemas las cenas juntos si se mantuvieran.

—Tenía hambre y estabas tardando.

Jungkook no dijo nada al respecto, esforzándose por ocultar la mueca en su rostro. Pudo haberle dicho que era él quien siempre llegaba tarde, que quince minutos no eran nada en comparación a los cuarenta y más que él le hacía esperar en ocasiones, y que él nunca hubiese cenado sin su presencia o mínimo le habría llamado para saber donde estaba. Sin embargo, no lo dijo, nada de eso, porque Jimin tomaría cualquier respuesta suya como un reclamo, porque Jungkook está cansado de las peleas y porque su número de teléfono seguramente hasta tendría telarañas del poco uso que le daba más allá de para recordarle comprar cosas para él.

Así que simplemente dejó la bolsa con el dulce en una mesa cercana y se dirigió a la cocina, decidido a buscar de lo que sea que el mayor haya cocinado para la cena. Más con lo único que dio fue con un envase de ramen instantáneo sobre la encimera.

Su ceño se frunció sin querer, por confusión. Porque seguramente se había olvidado guardarlo en algún momento.

—¿Por qué dejaste el ramen instantáneo fuera?

—Lo dejé para ti, es para que cenes.

Jungkook parpadeó, tomó el ramen y se quedó viéndolo, sus ojos brillando con incredulidad. No podía ser. Porque Jimin sabe que él odia comer eso y porque ha visto el lugar donde guardan la carne completamente vacío, siendo que revisó en la mañana y aún quedaba un poco que tenía planeado usar en la cena. No podía ser cierto que su novio preparase buena comida para si mismo y le dejase a él un miserable ramen instantáneo para comer.

No quiso creerlo. Jungkook no quiso aceptar que Jimin lo había hecho a un lado de ésa manera para pensar solamente en él. Porque ése no el Jimin que él ama y al que quiere. Porque ése Jimin, por más pequeño que sea el detalle, siempre lo pondría a él primero.

Pero claro, la evidencia no mintió. Puesto que Jungkook había visto los platos sucios de su pareja, ya que ni siquiera se había molestado en descargar el fregadero y parte del olor aún no había desaparecido por completo.

Alargó un suspira y se sentó después de un rato, demasiado cansado para buscar alguna otra cosa o discutir por ello. Demasiado cansado para todo.

Y mientras estuvo ahí, Jimin pasó por su lado, desechando en el cesto el envase plástico donde estaba el pastel que había traído y por el que había tardado, ahora completamente vacío. El mayor se fue igual de silencioso, sin siquiera mirarlo.

De pronto Jungkook ya no tuvo hambre, sólo unas tremendas ganas de vomitar. No creyó necesario tener que decirle que era para ambos, que lo trajo para compartirlo, que tenía que esperarlo para comer, que debió guardarle comida tal y como él hace siempre, que ése maldito ramen que detestaba estaba ahí por su culpa, que su número seguía en su celular para que lo llamase, que debía contestar sus mensajes en lugar de ignorarlos, que no debía hacerle sufrir, que no debía serle infiel, que debía borrar a ésa persona de su lista de contactos y no hablarle de vez en cuando, que ellos aún vivían juntos, que seguía siendo su novio y por ende debía pensar en él...

...que ellos estaban juntos y él debía amarlo.

Habían tantas cosas que Jungkook no creyó necesarias decir, porque sencillamente no lo eran, porque él ya debería saberlas.

Ésa noche, cuando Jungkook se acuesta a su lado en la cama, le da la espalda. Porque no soporta verlo. Y cuando Jimin le abraza dormido, Jungkook tiembla y se lo quita de encima. Porque su tacto quema.

Cuando intenta respirar, no puede, el aire no le llega. Sale de la habitación y se encierra en el baño. Se sienta en el suelo y llora, llora y llora hasta que ya no puede más. Hasta que todo sale y acaba viendo a la nada como si le hubiese hipnotizado, pensando en lo patético que ha de verse por estar preguntándose que hizo mal.

¿Él realmente había hecho algo mal?

Se siente aún más miserable cuando, al verificar el reloj, se da cuenta de que casi ha amanecido y Jimin no se ha preocupado en lo más mínimo por él, por su ausencia. Miserable por seguir amándolo.

Pero mucho más idiota, porque Jungkook ha decidido ya no dormir en la misma cama, mudándose al sofá, incómodo en comparación, todo por querer llamar su atención o hacerle reaccionar. No obtiene nada y eso es lo que más le irrita. ¿Por qué debe ser él quien se vaya del cuarto cuando es Jimin el culpable?

Le duele mucho más, porque lo está destrozando, pero al parecer, Jimin en realidad no siente que esté haciendo algo malo.