Re°: Pánico

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No pude dormir.

Desde esa noche ha pasado una semana que le tengo miedo a la oscuridad, me he intentado alejar de Jane pero no he podido, la amo, pero temo por mi vida. Sé de lo que es capaz mi hermano menor, a veces siento que esos ojos azules y brillantes me persiguen y cuando menos me doy cuenta lo veo, pero después de desviar la mirada vuelvo a mirar y ya no está esa sombra atemorizante que lo representa.

Hemos tenido sólo dos ensayos, me dormía en las mesas del bar, tenía marcadas horribles ojeras, y me regañaron por "perder la guitarra".

Estaba tirado en mi cama viendo el techo, está sería la octava noche desde que vi a Jeff, y no podía dormir, y me pongo a pensar... ¿que pasará entre Jane y yo?

— Emilio... — mis pensamientos son tan fuertes que escucho su voz — ¡Emilio! — ¡ah no!, ¡es ella!

— ¡Esme! — dije sentándome de golpe — ¿Qué haces aquí?, ¿como entraste? —

— La puerta estaba abierta, disculpa por entrar así de improviso. —

— No te preocupes. — sudaba frío, estaba nervioso, y sentía el miedo, el miedo a morir.

Ella se sentó al lado de mi y yo me alejé automáticamente, se había convertido en una bomba de tiempo a mis ojos, y me dolía, me dolía ver su rostro de decepción cuando hacía eso — Solo vine a saber cómo estabas, no te estás cuidando. —

— Estoy bien Esmeralda, no te tienes que preocupar, te puedes ir a casa. — llevaba todos estos días tratándola así, llevándola hasta el borde de las lágrimas, se levantó pero no como las otras veces, esta vez se paró en frente de mi.

— Eres un hipócrita. — ¿qué?, ese comentario me tomó tan desprevenido que alcé la vista — Me tienes asco, ¿verdad? —

Yo jamás, nunca, de inercia me levanté y me acerqué.

— ¿Que te han dicho sobre mi? De seguro ya estás harto de estar enamorado de un adefesio, ¿no? —

— Esme, nunca dije eso por Dios. —

— ¿Entonces por qué te alejas de mi? — vale, no le puedo decir que su ex-secuestrador me dió un ultimátum, no tenía respuesta y estuve cayado un buen tiempo viendo al piso — Eso pensé. — se dio la vuelta y empezó a caminar pero me acerqué y la detuve sosteniéndola del hombro y haciéndola voltear.

— Espera, Esmeralda... hay una explicación. —

— ¿Explicación? ¿Cual explicación? Primero te quieres acercar a mi, luego me ayudas a obtener un puesto en tu banda y ahora... ahora te alejas... sobretodo cuando me acabo de enamorar de ti. —

Acaba... acaba de declararse... mi corazón empezó a latir como loco.

— No es justo Emilio... pero si quieres que me aleje lo haré, será mejor para los dos. —

— No Esme, espera... yo. — después de esto merezco un Oscar — Es que me siento culpable de salir contigo... por Susan. —

— ¿Susan? —

— Tengo un pasado Esmeralda, un pasado feo... que incluye el asesinato de mi novia. — evité verla a los ojos, odio mentirle, pero es lo que hago el 90% de las veces, mentir.

— Me duele saber eso. —

— La cosa es que acaba de pasar el aniversario de su muerte y me sentí culpable por enamorarme de otra mujer, aunque este hecho pasó hace años. — yo ni siquiera recuerdo la jodida fecha de la muerte de Susan, y no porque no la quisiera o se me haya olvidado, es que cuando salí con ella tuve un problema que me hacía estar perdido entre fecha y hora, largo de explicar.

Entre Las Paredes (Homicidal Liu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora