Mi: La Traición (parte 2)

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— Ahh... Ahh... ¡Déjame en paz hijo de la re mil- — antes de que Keith pudiera terminar su frase, Jeff le vuelve a colocar la húmeda toalla en la cara y lo empapa arrojándole el agua de una botella.

llevamos 48 horas encerrados aquí, sin comer, con un poco de agua solamente, mientras dormíamos Jeff agarró a uno de nosotros y lo ató a una camilla frente nuestra para torturarlo haciéndole submarinos, hasta que en la última y casi ahogándose Keith escupe un montón de agua.

— Ahora me quiero divertir de verdad. — 

— Jeff, déjale de una vez. — dice Jane desde una de las sillas acolchadas un poco alejadas presenciando todo el espectáculo.

— Oh vamos cariño, no seas una aguafiestas.  — saca un cuchillo, lo menea sujetándolo con la punta de los dedos mientras le sonríe, enseñándoselo como para hacer algo con él.

— Keith ya tuvo suficiente. — con rabia se levanta y agarra a Keith por el brazo y lo lleva hasta la jaula, la abre y lo arroja ahí, de la debilidad logra tumbarlo al suelo, Jeff gira los ojos como si le diera fastidio la actitud de la chica.

— Eres muy buena con él. —

— Y tú muy malo con todos, se necesita hacer un poco de equilibrio, ¿no crees? —

— Ya pero necesito la carne blanda. — todos giramos a verle por ese comentario, quedamos impactados... y bastante asustados.

— Ya está, nos van a matar por diversión y le darán nuestros órganos a Jack. — 

— No será así Eric, saldremos de esta. — digo solo para tratar de calmarlo.

— Acéptalo Liu, tu noviecita nos metió en la boca del lobo, nunca estuvo de nuestro lado. — dice Keith con cansancio en su voz, estaba tirado en el suelo, intentando recuperar el aliento.

— ¡Ya cállense la boca! — agarró un cuchillo de carnicero y con ello chocó fuertemente los barrotes, el estruendo nos hizo sobresaltar — ¿Quieren que los mate de una vez? Les aviso que puedo hacerles el favor pero la muerte sería lenta, y bastante dolorosa. — nos miraba como todo un psicópata por entre los barrotes, en una de esas se empieza a reír cual maniático y con esa sonrisa macabra nos dice — ¿Que les parece si empezamos con Eric? Es el peso muerto del grupo. —

De la nada escuchamos un estruendo bastante fuerte y en segundos vimos a Jeff en el piso, era Jane que le había dado con un bate.

— Pedazo de porquería. —

Quedamos muy sorprendidos viendo cómo Jane nos ayudaba y nos abría la puerta de la jaula.

— ¿Esperan la aparición de la Virgen María o qué? — rápido Keith y yo nos levantamos y fuimos a ayudar a Eric para que se moviera.

— Nos traicionaste perra, ¿te dimos lástima o qué? —

— Muérdete la lengua Matarazzo, todo este tiempo fue mi plan, no eres el único que quiere matar a Jeff por venganza. — en modo de burla saca la lengua y con un dedo baja el párpado inferior de uno de sus ojos.

— Jane, ¿por qué dejaste que nos torturara así? — estaba tan confundido, y no sabía ya quién nos iba a matar, o ella o él.

— Porque Jeff me jura tanto amor y aun así desconfía tanto de mi que me ocultó la llave de la jaula y no los pude sacar antes, ¿enserio piensas que Jeff iba a caer en una trampa hecha por nosotros o que iba a negociar?, ah ah, yo le hice creer que yo les iba a llevar a ustedes a una trampa genio. — estoy impactado... pero horrible, no pensé en eso antes, realmente esta chica es muy inteligente.

— Cásate conmigo. —

— Hablemos de eso cuando Jeff no esté apunto de despertarse, ¡vámonos ya! —

— ¡Vamos a matarlo y ya! — 

— ¡Te dije que se llevó todas las armas Keith!, además se está inyectando adrenalina, con el bate no lo vas a matar. — escuchamos unas barridas, era Jeff quien se estaba moviendo — ¡Corran! — como cucarachas huimos lo mas rápido que podíamos.

Una vez afuera intentábamos ir rápido, pero cargando con Eric era demasiado difícil.

— Yo puedo solo. — apenas podía apoyar el pie.

— No Eric, yo te llevo. —

— ¡¡ARKENSAW!! — Jeff se despertó, estaba en todos sus sentidos y apunto de venir a matarnos, Eric empezó la carrera de su vida aunque le costara la pierna y su umbral del dolor, y así todos intentábamos llegar al carro.

Era de noche, no veíamos nada, solo nos fiamos de nuestro instinto y seguimos recto, en una de esas escucho un pequeño grito, era Eric quien se había caído.

Al voltear vi una imagen que quisiera borrar de mi mente para siempre. 

Jeff estaba parado detrás de él, estaba muchísimo más cerca de lo que creímos, brutamente voltea el cuerpo de mi amigo quien grita del pánico, y lo empieza a apuñalar en el piso.

— ¡ERIC NO! — Keith me agarra de la camisa y empieza a jalarme en dirección contraria a donde estaban viendo mis ojos, aún en contra de mi voluntaria. Fui forzado a huir de la escena donde yacía mi mejor amigo desde que perdí a mi familia, quien gritaba de agonía en el suelo mientras era apuñalado por el único ser en estas tierras con el que tenía algún lazo sanguíneo...

Vi morir a mi mejor amigo, y no me permitieron hacer algo para detenerlo.

— ¡Suéltame Matarazzo! — supongo de la rabia de la situación Keith me agarró como un saco de papas y empezó a correr conmigo encima, yo no podía hacer más que llorar mientras me alejaba del cuerpo sin vida de Eric y de su maldito asesino.

Del apuro que daba la situación los tres caímos como si hubiésemos estado encima de una colina, nos dimos cuenta en ese entonces que íbamos por el camino equivocado, nos estábamos perdiendo en medio de territorio enemigo, ni los mapas que Jane nos hizo memorizar nos salvarían.

— Maldición. — se quejaba Keith del dolor de haberse torcido la mano en plena caída.

— Tenemos que huir. — a pesar de estar consciente de todo, mi cuerpo no respondía, pues en mi mente se quedaron grabadas esas apuñaladas y esos gritos de agonía.

— Liu reacciona joder. —

— Mataron a mi hermano. — sentía como una lágrima recorría mi mejilla izquierda cuando de repente sentí un ardor a causa de un golpe, Keith me había dado una cachetada.

— Escúchame lo que te voy a decir pedazo de dramático... — ¿como coño osa? — ¿Sabes lo difícil que es para un homosexual criarse en Nuevo Mexico?, estamos en un puto ambiente hostil lleno de porquerías machistas y sacadas del siglo XVIII, y cuando por fin conocí al que consideré el amor de mi vida vino un medio europeo de mierda y me lo arrebató a punta de golpes, mis padres no me echaron de la casa por asesino sino por maricón, en un solo día perdí mi corazón, mi familia y mi puta estabilidad económica, así que porque hayas perdido al cantante de tu banda mediocre no te puto detenga... ¡Y PONTE A CORRER CABRÓN! — no sé si me sentía herido o animado después de ese discurso, solo sé que debo tener las agallas para seguir intentando salvar mi vida, ya tendré tiempo de llorar mañana.

Nos levantamos rápido y fuimos en paralelo a la colina, intentando subir un poco y perdiéndonos entre los árboles y arbustos, corríamos como si nuestra vida dependiera de ello, bueno... es que depende de ello.

No pasó mucho hasta que sentí un empujón que me hizo chocar a espaldas con un árbol y luego caí al piso, a los segundos pude abrir un poco mis ojos y vi a Jeff encima mio con su macabra sonrisa y apunto de apuñalarme directo el pecho, el pánico se apoderó de mi y grité tan fuerte como pude, sentía la adrenalina a mil, el pulso se me duplicó y sentí que el momento iba en cámara lenta...

Hasta que...

Entre Las Paredes (Homicidal Liu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora