윤민; [Run! Run and Kill!]→ y.m【#1 | Saga Apocalíptica】

O7: ¿Pero qué mierda...?

No mirar atrás.

Cierra los ojos y no lo verás.

No pienses en los demás.

•••

-¡Corran!

Todos obedecieron y corrieron por sus vidas, arruinando la formación por la desesperación de encontrarse a salvo.

Yoongi golpeó a una de las cosas que se interpuso en su camino, por otro lado Changkyun y Jungkook trataban de ganar tiempo matando a los mordedores que más se acercaban y retrocediendo cada vez que más se aproximaban.

Jimin pegó sus brazos a su pecho y miraba en todas direcciones completamente desorientado, veía a sus compañeros golpear, matar e interceptar a esas cosas. Un fuerte pitido se instaló en su cabeza dejándolo estático en su posición y sus piernas no dejaban de temblar, se estaba mareando de sobre manera.

¿Por qué no podía moverse?

Las lágrimas comenzaron a fluir del terror que tenía que ese sería su fin... ¿Este es el final? ¿Iba a morir siendo devorado por esas cosas?

-¡Jimin! ¡Jimin! ¡Jimin! -Una voz lejana lo llamaba... Tan lejana.

Esas cosas se estaban acercando a él, su corazón dejó de palpitar por unos segundos y retuvo su respiración cuando un mordedor se balanceó hacia él.

-¡Jimin! -Un bate se pintó en su campo visual y la sangre salió dispersada en el aire.

Su mano fue tomada y cayó en cuenta de que era Yoongi. Dejó escapar el aire retenido y no evitó ser llevado.

Miró sus alrededores percatándose de que Changkyun y Jungkook corrían hacia ellos con sus pechos desbordándose de desesperación y miedo. Todos estaban aterrados y en lo único que podían pensar es en salvarse; salvarse era igual a llegar al autobús. Querían vivir pero algunos no llegarían ni siquiera a pisar el suelo de vehículo.

-¡Seokjin! -gritó Soonyoung con las llaves en mano, el nombrado estiró sus brazos cuando las llaves se le fueron lanzadas, era el único que sabía conducir pero para su mala suerte, las llaves cayeron en el suelo, se agachó velozmente para tomarlas y en un tiempo efímero se topó con los pies de un mordedor.

Tembló en su lugar pero entonces llegó un chico de cabellos violetas a salvarlo, lo había visto muchas veces, era su estudiante.

Fue tomado de su antebrazo.

-Vamos, corre -Hoseok corrió junto a Seokjin para entrar al autobús, el segundo colocándose en el asiento del chófer e incertando la llave para encender el motor.

El peli-violeta custodiaba la entrada para alentar a los demás a subir, algunos siguiendo luchando contra esas cosas. En lo único que sus ojos captaban era a sus mejores amigos y a los menores del grupo en problemas: quería bajar y reventar la cabeza de esos monstruos pero no podía, ahora debía ayudar a Seokjin a mantener la entrada libre y despejada. Por eso, cada vez que algún mordedor se acercaba, lo pateaba lejos. Debía pensar en la persona que los sacarían de ese lugar, en el adulto que no podía dejar de temblar.