윤민; [Run! Run and Kill!]→ y.m【#1 | Saga Apocalíptica】

O9: Yoongi... ¿Y mamá y papá?

Palabras de amor.

Lágrimas de dolor.

Vida sin color.

Almas llenas de rencor.

•••

Salieron de la casa con cajas llenas de comida y cosas necesarias que depositaron en el autobús. Sana, Chaeyoung, Jaebum y Jungkook custodiaban los alrededores y sólo tuvieron que entrar en acción un par de veces cuando aparecía algún mordedor de vez en cuando vagando en las cercanías.

Yoongi mantenía una mirada apagada y se negaba a mirar a Jimin a los ojos cada vez que entraba al autobús para depositar una caja. Los demás se hacían una idea de lo que pasó con sólo juzgar la actitud del pelinegro y agregando la sangre reciente en su ropa lo decía todo, pero el ingenuo Jimin no estaba al tanto de nada y los demás se guardaban sus palabras porque sabían que no les correspondía a ellos el tema familiar.

El peli-rosa se encontraba acomodando las cosas al fondo del transporte y por las ventanas veía como su hermano le pasaba las cajas a otros para que las traigan por él y se volvía adentrar a la casa. Sentía que estaba evitando acercarse y eso lo causaba una azulada tristeza en su pecho... También molestia. Molestia porque odiaba sentir la misma sensación que tenía cuando Yoongi lo ignoraba en su vida. No quería que eso vuelva, no quería que lo vuelva a alejar.

Tenía curiosidad, necesitaba ver su cuarto y ver a sus padres. Todas las aberturas se encontraban clausuradas al llegar y no había rastros de lucha alrededor, así que sus padres debían estar bien. Su madre era fuerte y su padre igual, ambos compartían aquello y Jimin agradecía que se hayan podido defender del enemigo.

“Quizás están ocupados organizando las cosas dentro”, sonrió ante su pensamiento.

Suspiró y volvió su vista a la caja entre sus manos, viendo aquel paquete de cereales que tanto le gustaba, por no decir su favorito. Vio como unas gotas caían y humedecían el cartón y su vista se nublaba. Estaba llorando por algo tan simple como ver su cereal favorito que le hacía compañía a su yogurt de frutilla cada mañana.

Entonces cayó en cuenta de que esas gotas nacían de su inconsciente llanto.

Lloraba porque ya no podía disfrutar aquello, lloraba porque no podría tener un desayuno normal con su familia, lloraba porque no podría sentirse a gusto al despertar, lloraba por eso y por mucho más.

Una mano en su hombro lo hizo voltear y rápidamente secó sus lágrimas al ver a Sana.

—¿Estás bien? —le preguntó sabiendo la respuesta pero sólo quería hablar con el chico, cualquier persona necesitaba desahogarse y más en momentos así.

Jimin la miró por un momento y su garganta se sintió seca por no poder pronunciar palabra alguna. Se limitó a asentir y la chica le regaló una sonrisa comprensiva de labios sellados. Se preguntó si ella realmente le creyó o se conformó con su respuesta para no tener que lidiar con su patética existencia. Optó por no pensar en ello, no era hora para deprimirse... Pronto podría estar en los brazos de su madre, debía estar contento.