🍶 :: seis.

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—¿Podemos volver? —pregunta jugando con sus mechones pelirrojos.

JiMin asiente—. ¿Estás cansado, JungKook? Si quieres llamo a tu madre para que te lleve a casa.

El menor niega rápidamente—. Quiero volver contigo, ¿puedo? —mira al mayor con los ojos grandes, mordiendo su labio inferior.

—Uhm... ¿seguro? Quiero decir, si tu madre está de acuerdo puedo llevarte.

JungKook sonríe y asiente, buscando rápidamente a su madre con la mirada para perdirle permiso.

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Vuelve casi corriendo a los minutos—. Mamá dijo que sí, pero que me cuides mucho.

JiMin le sonríe suave—. Bien, amor, ¿trajiste abrigo? —pone la mano en la espalda baja del menor y éste asiente, quitando los mechones de sus ojos.

Agarran los abrigos y bajan la escalera de la salida con las manos entrelazadas, después de despedirse de todos. Mientras suben al Mercedes negro de JiMin, JungKook tiene su sonrisa a la vista, en todo su esplendor.

—Hey, Minnie, Minnie, ¿podemos ir a tomar un batido?

—¿Dónde demonios venden batidos a esta hora? —ríe el mayor bajando las mangas de su camisa. Mira su billetera, antes de arrancar el auto.

—No lo sé, ¿tal vez McDonald's? —el menor luce como un cachorrito perdido, él sólo quiere su batido. JiMin asiente. El pelirrojo se queda viendo las estrellas, que desaparecen lentamente mientras que está por llegar el amanecer—. Mi sueño siempre fue ser astrónomo. Me encanta el cielo —dice distraído. Sigue contando más cosas sobre sí mismo, sin darse cuenta. El mayor escucha cada palabra—. Minnie, ¿puedo quedarme en tu casa? ¡Podemos hacer como una pijamada! —dice intentando contener sus risitas con sus manos, sus mejillas muy rojas.

—Aww, claro que sí —JiMin no puede dejar de derretirse y tener ojos de corazón cada vez que lo ve. El niño simplemente le quita el oxígeno.

JungKook se sienta más cómodamente en el asiento del auto, quitándose sus tacos y los deja ordenados a un costado. El mayor lo mira con cariño, enternecido. Honestamente el pequeño podría quitarse los mocos y para él sería totalmente tierno, porque JungKook es una ternura.

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Ambos entran a la casa de JiMin. El menor está muy feliz, bebiendo su “Strawberry Shake”. La bebida rosada con crema batida sube por su sorbete y mira al mayor, con los ojos brillantes y una sonrisa en sus labios.

—Gracias por pagar, Minnie.

—No es nada, cariño —acaricia su cabello y el menor cierra los ojos, sonriendo alrededor del sorbete rojo y blanco—. Debería ser ilegal ser tan lindo, me declaro JungKooksexual —bromea el mayor.

—Eso suena a que hago muchas cosas sexuales, más que una sexualidad.

—¡No! Eres muy pequeño para eso, debes ser virgen hasta el matrimonio.

—¡Literalmente te la chupé hace un rato! —se queja, dejando su bebida sobre la mesa.

—¿¡A mí!? Mmm... no me acuerdo —actúa confundido.

—Puedo hacer que lo recuerdes —dice JungKook poniendo un dedo en el pecho del mayor, subiéndolo lentamente hasta sostenerlo de la nuca y hacer que se incline para llegar a besarle. JiMin corresponde el beso enseguida, frunciendo el ceño cuando el menor agarra sus dos muñecas.

Bufa—. Recuerda quién está al jodido cargo, princesa —dice severo. Se suelta rápidamente y aprieta ambos lados de la cadera del menor, haciéndo jadear.

—¡Perdón! —responde entre risitas, eso era exactamente lo que quería.

—¿Perdón qué? —aprieta más fuerte y le da una nalgada. JungKook suelta un quejido.

—¡Perdón, Daddy!

—Buen chico —deja un último beso sobre sus labios y se separa satisfecho.

—¡No, no! Tócame más, Daddy. Por favor —lloriquea, llevando las manos del mayor otra vez a su cuerpo.

—Bebé, si sigo así voy a hacerte de todo, no creo que quieras volver a casa cojeando —intenta aligerar el ambiente con humor, conteniendo la risa.

El menor sólo se voltea y sube su vestido hasta mostrar su pequeño y redondo culo. Obligando al azabache a dejar las manos apretadas en sus nalgas. No es como que iba a poner mucha resistencia, de todas formas.

A JiMin se le corta la respiración y tantea la entrada apenas con un dedo. Gruñe, levantándolo y lo deja sobre su hombro derecho. Carga al menor con un brazo por los pasillos hasta llegar a su habitación y dejarlo en su cama. No deja que diga ni una sola palabra mientras lo deja boca abajo, con el rostro enterrado en las almohadas y su trasero en el aire.

—No puedo ayudarte a ser astrónomo, mi amor, pero puedo hacerte ver las estrellas —JungKook ríe fuertemente ante el estúpido piropo en el peor momento, pero al segundo se le escapa un gemido cuando el mayor separa las mejillas y deja una lamida sobre su apretada entrada rosada.

Comienza dando lentos lengüetazos y besos hasta que JungKook se abre un poco naturalmente, el mayor disfruta al igual que el pequeño. JiMin introduce su lengua y el pelirrojo gime sorprendido, apretando las sábanas. Mueve la lengua lento, riendo al ver a JungKook totalmente desesperado y queriendo más. Se empuja hacia atrás, intentando tener más de la lengua del mayor dentro, y éste no se opone. Se separa un segundo—. Fóllate con mi cara —dice enterrando su rostro otra vez en las mejillas rosadas, quemando suavemente y dejando rastros rojos.

JungKook asiente rápido, lamiéndose los labios y poniéndose sobre sus codos para tener un mejor soporte. Mueve las caderas, suave, disfrutando, y se inclina hasta tener todo lo posible dentro. Gime sorprendido, casi cayendo otra vez sobre las almohadas. JiMin lo sostiene de la cintura y lo ayuda a moverse—. Daddy, ¿puedo tocarme? P-Por favor, déjame tocarme.

JiMin baja a chupar sus bolas e inserta un dedo dentro del menor—. Tócate —es todo lo que dice, antes de mover su dedo, explorando donde su lengua no podía llegar. Cuando siente que es correcto inserta otro, turnándose en hacer tijeras para abrirlo más y hacerlo temblar al curvar sus dedos.

El ángel sonríe mientras se masturba y se mueve sin control, gimiendo—. Sí, Daddy, ¡me encanta!

Apenas tiene satisfacción al intentar el tercer dedo, porque el menor se retuerce y se corre enseguida. No le da tiempo para descansar y sigue metiendo y sacando sus dedos, obligándole a estar duro otra vez. JungKook gruñe—. Da-Dame un minuto para recuperarme, estoy muy sensible, Dios.

—No soy Dios, soy JiMin, tu Daddy —dice ronco—. No te muevas —le da una nalgada, dejando su mano marcada, roja.

Se aleja y se desnuda, llevando lubricante y un condón a la cama. Se toca suavemente y se pone el preservativo, mirando el culo del menor, el cual está rojo y mojado. Sonríe, casi orgulloso de su obra de arte. Se lubrica, asegurándose de lubricar un poco más su entrada y lo abraza por detrás, alineándose a su entrada. Besa su cuello, dejándole marcas, es adictivo, porque toda su piel es suave como el terciopelo—. ¿Estás listo, amor?

✧: xneverlxnd-

too young to be my daddy ❀ jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora