Carta 8: "Razones"

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Miraba la ventana confundido entre tanto polvo de los recuerdos de mi mente, parecía que estaba en una especie de juego mecánico que se encuentran en la feria y que siempre, todo, acaba en el mismo lugar. Me sentía solo. Miré fijamente al homenaje que les hicieron a todas las desaparecidas que había en la ciudad, decorado con velas, fotografías de ellas, las cosas que amaban y cuantos años tenían. Me sentía muy mal, quería romperme en mil pedazos pero no podía, parecía que estaba construido con pegamento. El homenaje se encontraba a fuera de la iglesia, rezaban por todas ellas y siento como una mano se va a mi hombro.

— Hola, Daniel. – Giré hacía la izquierda y la vi.

— Hola señora. – Me quedé callado.

— ¿Cantarás en la iglesia? – preguntó curiosa.

— Si, voy a cantar Million Reasons de Lady Gaga. – Respondí a su pregunta. - ¿Algo más? – dije seco.

— ¿Leíste las cartas?

— Por supuesto, y ¿Cómo está su novio? – pregunté.

— Lo terminé la noche cuando Aurora desapareció.

— Demasiado tarde ¿no lo cree? – me alejé de ella y caminé hacia la iglesia.

"

El hombre de talento es naturalmente inclinado a la crítica, porque ve más que otros hombres y las ve mejor.

Montesquieu (1689-1755) Filósofo y jurista francés.

19/09/2018

Sara... simplemente Sara. Ahogándome en la vergüenza y la hipocresía. Recuerdo cuando llegué al pacillo de la escuela, todo lleno de fotografías de mi entrepierna donde se podía apreciar mi ropa interior, y al parecer se estaban riendo de mí, se burlaban y también me insultaban. Al menos tuvieron la delicadeza de no enviárselos por mensajes porque si no, hubiera acabado en una página de pornografía. Ella sabía que yo sentía algo muy profundo por Daniel, que me encantaba sus ojos verdes y su cabello negro como la noche, me hacía recordar una lluvia con un chocolate caliente mientras veía series y películas, era simplemente Daniel. Algo embriagador como el alcohol hecho por esclavos del siglo 15. Y conociendo estos puntos débiles de mi parte, los utilizo sin pensarlo dos veces, rompiéndome el corazón en dos. Además, también tuvieron la delicadeza de no hacerlo frente a Daniel, lo hubiera atormentado hasta que sus lágrimas de pesar y rabia llenan el depósito y su prisión...

Sara era una de las niñas más bonitas de todo el instituto, además de las más talentosas por ser una porrista de mucho nivel. Le decían "La polilla de la luz de la luna", le gustaba mucho ese apodo además que le quedaba a la perfección siendo alguien de su tamaño. Pero ese gusto le duró muy poco cuando hizo crecer una enorme rabia dentro de mí.

Te diré por qué... Sara prometía ser una gran amiga, ella me vio muy alejada de los demás, muy acomplejada que decidió hablarme para que no me sintiese muy sola, hubo veces que me iba a visitar en mi taller de pole dance y compartía todo lo que tenía que ver conmigo. Éramos muy buenas amigas, y lo mejor es que al parecer podía confiar en ella plenamente, pero los eventos o las malas decisiones reinaron en el ambiente e hicieron que mi corazón se rompiese una vez más.

Yo no sabía que Sara le gustará la bebida, sentir ese cosquilleo que raspaba la garganta y como hervía en el pecho, yo no lo sabía.

Recuerdo ese día amargo, era un jueves y ella me dijo que me iba a mostrar algo, que era su mayor secreto y que nadie lo podía saber.

*

¿Qué pasa? – dije mientras entraba al baño y ella revisaba los sanitarios uno por uno para comprobar que estábamos solas.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2019 ⏰

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