Subo las escaleras de ese lugar, todavía no puedo creerme que esté aquí esto es una mierda, solo puedo pensar en la forma de salir.
-Hola, tu debes de ser Ada ¿verdad? -pregunta un señor a la vez que abre la puerta de aquel sitio, no debe tener mas de sesenta años y tiene cara de buena persona, pero sinceramente yo no tengo ganas de ser amable con nadie que me mantenga aquí, esto es como una prisión pero de niños.
-Si, soy Ada. -respondo indiferente.
-Bueno, ahora vamos a ir a una sala y hablaremos sobre como será tu estancia aquí, nos acompañará una psicóloga para que te puedas sentir mas cómoda. -comenta sonriente.
-Mi estancia aquí va a ser corta, te lo aseguro. -respondo cortante.
-Bueno, eso todavía no lo sabemos. -abre una puerta para que entre en ella.
Entro en esa sala, tiene dos sillones y un sofá, decido sentarme en uno de los sillones y me quedo mirando el suelo mientras la psicóloga no llega, el en cambio se sienta en el sofá mirándome con intriga.
-¿Cómo has llegado aquí? -pregunta.
-¿Eres el director de esto? -arqueo una ceja.
-No, yo no soy el director, pero soy el encargado mientras el no está.
-¿Con quien tengo que hablar para salir de aquí?
-Principalmente con tus padres, pero mientras el director no esté aquí no podrás hablar con ellos. -responde tranquilo.
-¿Y cuando va a venir? -estoy empezando a ponerme de los nervios.
-El no esta aquí el fin de semana, así que tendrás que esperar al lunes.
-Pero si hoy es viernes ¿pretendes que esté aquí tres días? La lleváis clara, yo no tengo que estar aquí. -digo subiendo el tono.
-Mira Ada, si estás aquí seguramente sea por tu bien, no creo que tengas que ponerte así. -responde la psicóloga.
-Mira, yo se lo que está bien para mi y lo que no, y se que estar aquí no es mi mejor opción, si me quedo aquí me volveré loca. -cuando me doy cuenta ya estoy gritando. -Esto es una mierda, ¡joder! Yo no quiero estar aquí ¿lo entendéis? Y no podéis retenerme por que yo no hice nada malo. -digo sin dejar de gritar.
-Por favor, vamos a tranquilizarnos, es de noche, los demás niños están durmiendo y vas a despertarlos. -ruega el señor que me abrió la puerta.
-¿Tu crees que a mi me importa lo mas mínimo los niños de aquí? -mi mirada inspira odio, desconfianza, y al mismo tiempo tristeza.
-Yo se que no te gusta estar aquí, y que no era lo que tu querías, pero vamos a ver, cuéntanos por que estás aquí y tal vez podamos ayudarte. -me ofrece la psicóloga.
-Vosotros no podéis ayudarme, nadie me puede ayudar ¿sabes lo que quiero en este momento? Estar muerta, eso es lo que quiero. ¿Vas a ayudarme?
-No, yo no puedo ayudarte a eso, pero te puedo ayudar a que te sientas mejor.
-Mira, ahora mismo lo único que podría hacerme sentir mejor sería volver a mi casa, con Zack, despertarme y que todo esto solo sea una pesadilla. -rompo a llorar, no puedo mas, solo puedo pensar en el y en lo mucho que lo echo de menos.
-Vale, ya hemos empezado ahora cuéntame, ¿Quién es Zack? -pregunta la psicóloga creyendo que puede ayudarme.
-Zack es un hijo de puta. -respondo cortante.
-¿Entonces por que quieres ir a junto del? -responde sorprendida.
-Por que estoy enamorada de el, y si, estoy enamorada de un hijo de puta ¿Por qué? No lo se. ¿Puedes dejar de hacerme preguntas y dejar en paz de una vez? Quiero irme de aquí. -digo alterada.
-Bueno, creo que será mejor dejarla en paz por hoy, no creo que sea el mejor momento para hacerle preguntas. -le dice al encargado del centro.
-Ada acompáñame. -dice levantándose de su asiento.
Me levanto y sin decir palabra camino detrás de el. Me lleva a una cocina y me ordena sentarme en una silla al borde de una mesa.
-Te vamos a dar algo de comer ¿vale? Supongo que tendrás hambre ¿te gustan las hamburguesas? -pregunta amablemente.
-Si, pero no tengo hambre. -en realidad me estoy muriendo de hambre pero no quiero comer.
-Tienes que comer algo Ada. -antes de que pueda responder ya le está diciendo a la cocinera que me prepare una hamburguesa.
h
ESTÁS LEYENDO
El amor duele, joder si duele.
Teen Fiction¿Cuanto puede doler el amor? ¿Cuanto puede cambiar tu vida? O lo más importante ¿Cuanto puede cambiarte a ti? Una historia basada en la vida misma, o tal vez sería mejor decir en el amor, en ese amor que duele, que es ciego, el caprichoso, ese...