Capítulo 4: Cambios.

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Estoy sentada en el suelo de una sala de espera, hay un montón de sillas pero en el suelo me siento mejor, no paro de llorar y siento como mi respiración cada vez va mas rápido, a penas puedo respirar y creo que el corazón se me va a salir del pecho, me llevarán a ese sitio con un montón de gente extraña, gente que no me caerá bien, se meterán conmigo y me harán pasar un infierno ahí dentro, y aun encima serán dos años, por que una vez entre no me dejarán salir hasta que haga los dieciocho. La niña buena se va a acabar lo juro, voy a ser como Zack, todo lo que el me enseño a partir de hoy es el momento para utilizarlo, estoy harta de que todo el mundo me trate como un trapo, los hombres, ellos son los que mas lo van a pagar, seré exactamente igual que ellos son con las mujeres, lo juro, voy a ser peor que Zack, al fin y al cabo he tenido un buen profesor, y se que podré superarlo, quizás aun no tenga la sangre tan fría como el, pero la tendré, y no volveré a tener sentimientos ¿para que? ¿Para seguir sufriendo? Se acabó, todo esto se ha acabado, la nueva Ada ha llegado.

-Ada, nos vamos. -Dice un policía a la vez que abre la puerta.

-¡Que no quiero ir joder! -grito a la vez que le doy un golpe a la pared.

*7 meses antes*

-Estoy harta joder, Zack, siempre igual! -digo a la vez que me siento en nuestra cama, no se por que decidí que nos iría mejor viviendo juntos...

-Es que lo único que sabes hacer es cagarla. ¡No haces nada bien! ¿Cómo quieres que me ponga?

-Ya, ya se que todo lo hago mal, lo que no se es por que sigues conmigo si tan desastre crees que soy.

-Tiene razón, lo mejor es que me vaya.

-¿En serio? Siempre haces lo mismo, primero lo jodes todo y después te vas dejando que todo se solucione solo y volviendo días después como si nada hubiera pasado, estoy harta de esta historia ya.

-Me voy Ada, en serio, no te aguanto.

-No, esta vez no te vas a ir, no me da la gana.

-¿Quién me lo va a impedir? ¿Tu?

-Si. -digo a la vez que me pongo delante de la puerta impidiendo su paso.

-Ada, ¡sal de ahí si no quieres que te saque yo!

-¿Qué vas a hacer? ¿Pegarme?

-¡Que te quites te estoy diciendo!

-No - me - da - la - ga - na. -digo despacio separando cada silaba creyendo que así lo entenderá mejor.

-Te juro que como no te apartes te voy a dar un puñetazo y no quiero hacerlo.

-¿En serio? ¿Tan poco hombre eres? -suelto una carcajada, dudo que sea capaz de ponerme una mano encima.

-Ada, aparta, no quiero arrepentirme de lo que pueda hacer. -observo como sus mejillas se hinchan y deshinchan, sus ojos están inyectados en sangre y una vena de su cuello parece que va a estallar. Su cuerpo tiembla al son del mío, el suyo por rabia, el mío de miedo. Aun no se que puede ser capaz de hacer pero me da igual, no voy a dejar que siempre se salga con la suya.

-Déjame en paz, quiero que por una vez intentes hablar las cosas.

-Pero es que no quiero hablar nada ahora mismo, quiero que me dejes irme. -me coge del brazo y me lanza contra la cama. Un montón de lágrimas empiezan a caer de mis ojos, pero no me importa, me levanto y vuelvo a ponerme delante de la puerta.

-¡No vuelvas a tocarme!

En ese momento su mano se estira hacia mi cuello y lo agarra con fuerza, pega su cabeza a la mía y siento que cada vez llega menos oxigeno a mi cerebro.

-Muérete Ada. -me suelta y estampa su puño en mi cara haciendo golpear mi cabeza contra la puerta. La vista se me nubla y siento como las piernas me tiemblan haciéndome caer al suelo, todo me da vueltas, no puedo moverme y mucho menos dejar de llorar.

-Lo siento... -cuando abro los ojos tengo a Ray delante con un montón de lágrimas en los ojos.

-¡Lárgate! -grito. -¡No te quiero ni ver!

-Lo siento Ada, esto no es culpa mía.

-¿Y de quien es la culpa entonces?

-Creo que debería volver a tomar la metadona.

-Pero ¿qué coño dices?

-Te lo voy a explicar... Una persona cuando consume drogas siente que es feliz, aun que en verdad no lo sea, la droga le hace pensar que si... Entonces cuando se la quitan empieza a cambiar, se vuelve agresivo, y todo le empieza a dar igual... Yo consumía heroína, eso ya lo sabes... -la voz se le quiebra y un montón de lágrimas cubren su rostro. -Y como llevo tiempo sin tomar la metadona me pasa esto... Lo siento, te prometo que este viernes sin falta iré a por ella.

-Zack, yo no se si es buena idea seguir con esto...

-Por favor, dame una oportunidad... Si no cambio, déjame ir... por que yo tampoco quiero hacer esto...

-No se, ¿tu te das cuenta de lo que acabas de hacer?

-Lo se Ada... Lo siento, te amo.

-Yo si que te amo y no te pongo la mano encima.

-Perdóname en serio.

**

No se en que momento se me ocurrió pensar que era buena idea perdonarlo, tendría que haberlo dejado en ese momento, pero dolía, joder si dolía.

El amor duele, joder si duele.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora