Capítulo 4

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¡Hola a todxs!, siento la tardanza. Llevo varias semanas realmente complicadas en mi vida, así que no he podido escribir más ni contestar las reviews, pero las leo todas, me animan mucho a seguir escribiendo, gracias de corazón.

Aprovecho para anunciar que este fanfic se terminará en el próximo capítulo. Desde el inicio lo pensé como un mini fic, siento no haberlo dicho antes y que hayáis pensando en una historia más larga. Gracias por seguir ahí y espero que os guste el nuevo capítulo.

Ysabel.

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CAPÍTULO 4


―¿También te saltaste las clases de primeros auxilios de la orientación para capitán de las fuerzas de la Horda? ―preguntó Scorpia. Catra la miró con arrepentimiento, pero la angustia habló por ella.

—¡No es momento para sermonearme, Adora se muere!

―Entrapta, consigue algo que podamos usar como vendas —indicó Scorpia con autoridad—, Catra, apoya las manos sobre la herida y aprieta para detener la hemorragia —La felina se mostró dudosa—, ¡vamos, yo no puedo hacerlo con mis pinzas!

Catra reaccionó y apretó el costado de la rubia con fuerza, sin dejar de sollozar. Entrapta regresó enseguida con los trozos que había hecho de una sábana que usaba para dormir y un cuenco con agua, ayudada por sus cabellos. Su rostro manifestaba genuina preocupación por Adora, cuyas palabras seguían resonando en su cabeza: "creíamos que estabas muerta, lloramos tu pérdida..."

Un rato después, Adora yacía inconsciente sobre una vieja manta, con el torso vendado, Catra estaba a su lado. Su llanto había cesado, pero sus ojos lucían enrojecidos de llorar.

―Estúpida, no quiero que te mueras... ―susurró la felina en su oído mientras su mirada se humedecía otra vez. No soportaba verla en aquel estado―, todavía no te he dicho que te quiero...

Scorpia y Entrapta las contemplaban con tristeza desde la puerta. Habían preferido darle un poco de intimidad a Catra, sabiendo de sus verdaderos sentimientos hacia su vieja amiga de la infancia.

Las siguientes horas, Adora recuperó la consciencia a ratos, de manera que no percibía todo lo que sucedía a su alrededor, pero fue capaz de escuchar y sentir algunas cosas. Scorpia y Entrapta sugirieron turnarse para cuidarla, pero Catra se opuso, quería estar todo el tiempo con ella y parecía haber olvidado su plan de secuestro y petición de rescate.

—No puedes morirte, te lo prohíbo —ordenaba la felina—, no puedes abandonarme otra vez... no me dejes, Adora —rogó Catra mientras sostenía su mano.

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Tras dos días sin recibir noticias de su mejor amiga, Glimmer habló con Bow y ambos dejaron Bright Moon para salir en su busca.

―Ni siquiera se llevó la espada ―exclamó Glimmer con preocupación―, Adora está actuando con temeridad, pensando demasiado bien de Catra.

―No te fías de ella, ¿verdad? ―preguntó Bow.

―Para nada.

―Pero pudo haber matado a Adora el día que llevaba aquella armadura y no lo hizo ―señaló Bow, que siempre buscaba lo bueno en todas las personas.

―Puede que tenga motivos ocultos para perdonarle la vida, puede que quiera convencerla para que nos deje y se una a ella... ―dijo asustada.

―Adora nunca dejará la Rebelión, confío plenamente en su compromiso con la justicia ―aseguró Bow―, ¿no será que te preocupa perder su amistad?

Mi Otra Mitad [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora