Capítulo 5: Hoseok

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Créditos de la imagen a quien corresponda.

Disfruten.





Para ser fin de semana, mi día iniciaba más temprano de lo habitual. Incuso Elko se encontraba profundamente dormido sobre las sábanas, contagiándome esa comodidad y haciendo más difícil la decisión de tener que despegarme de mi acolchonada, cálida y apetecible cama. Con molestia y en silencio, salí de la habitación para traer las bolsas de compras que habíamos hecho con JungKook hace unos días.

Así es, el esperado día había llegado. Por esa razón había tenido que sacrificar mi sábado de levantarme tarde para asistir a dicho desayuno.

Al regresar a la recámara, vacié todo sobre la cama, llevándome la sorpresa de no ver sólo un traje, sino tres. La señora MiSuk junto con Amelie habían empacado todos los trajes a la perfección.

En seguida de la bolsa salió una pequeña nota, cayéndose sobre el suelo.

La tomé antes de que Elko saltara sobre ella y teniendo que estirarme para tomar mis lentes, proseguí a leer.





"Señor Jung, no se preocupe por el dinero, es un regalo por parte de la boutique, con la promesa que considere ser modelo para la colección de otoño, ¡Será un honor recibirlo!

Psdt: no le haga caso a JungKook, todos los trajes le quedan excelentes, fueron hechos a su medida. Disfrute de ellos y presúmalos con vanidad, ayudará a tener más clientes. Además, un profesor como usted debe ser el ejemplo de las siguientes generaciones.

Atte: Jeon MiSuk".




—¡Qué locura! — miré las prendas de alta costura descansando sobre la cama. Cada una costaba lo que era un año de renta. Incluso una jubilación. Ya no tenía que preocuparme por ropa un buen rato.

Con gran emoción en el pecho y calidez por los regalos de ambas señoras, me di un baño y desayuné con calma. Cuando dieron las 8:00 a.m., decidí cambiarme.

El sol empezaba asomarse por la ventana, mientras yo me concentraba en arreglar el molesto pero bonito moño del cuello que la señora MiSuk había dedicado su tiempo en él. El traje lucía reluciente y bien planchado. Mi cabello por fin tenía forma tras dedicarle una hora en arreglarlo con suficiente cera.

A través del espejo, miraba el bonito bastón que alguna vez utilizaba mi abuelo, ¿Sería mucha formalidad llevarlo? Bueno, al final lo representaba, así que, sin duda alguna iría conmigo.

Luego de una sesión de poses "masculinas" aún parado frente al espejo, hice una mueca. Era la viva imagen de mi padre. No radicaba mi molestia en parecerme a él, sino el traje y la formalidad con la que alguna vez soñaron mis padres con verme.

El maullido hizo que diera la vuelta con una reluciente sonrisa.

— Formidable, ¿No lo crees? — Nuevamente hice la pose con elegancia, elevando el mentón. Elko sólo miraba, expectante, moviendo la colita de un lado a otro — Discúlpeme, sir Elko, pero esta tarde, tengo una cita con el destino, así que, a un lado, no quiero llevar regalitos de su parte.

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⏰ Última actualización: Aug 14 ⏰

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