¿Qué amenazaba con despertarme tarde para ir a la agencia un día de semana? Trevor, aquel hombre sexy con sus acaricias tiernas sobre mi cuerpo y sus movimientos suaves cuando me hace el amor una y otra vez toda la noche. Todo aquello causaba un profundo sueño que sorprendentemente me dejaba con una gran energía. Pero a la hora de abrir los ojos, toda esa energía se iba mágicamente y me causaba una profunda pesadez al levantarme.
Oculto mi rostro en mi almohada sabiendo del frío que me espera fuera de mi casa. Siento las manos de Trevor en mi trasero, por lo que giro un poco mi cabeza dejando al descubierto mi rostro, Trevor me miraba con una media sonrisa y con sus ojos oscurecidos, aquella mirada tenía un sensual propósito y no iba a desaprovecharlo.
Miraba las noticias a través de mi celular mientras Trevor colocaba un plato frente a mí con pan integral tostado y frutas. Dejo mi celular a un lado y veo como él pone los vasos con jugo de naranja sobre la mesa para sentarse a mi lado.
—¿Y qué hablaste con tu amigo? —curioseo un poco ya que anoche no me dijo nada puesto a que me dormí de inmediato al terminar de hacerle el amor.
—Cosas del pasado, de cuando estábamos en el equipo y ya sabes, de nuestras vidas—dice sin mirarme.
—Suena un poco a noches de chicas—bromeo un poco, Trevor me miró y me sonrió.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —lo miro fijamente a sus ojos.
—Claro que sí.
—Bueno pues, ¿Qué te pareciera si trabajo siendo un entrenador temporal en una universidad? —pregunta, lo que me deja sorprendida y luego un torbellino de felicidad entra en mi cuerpo.
—Trevor York ¿te han propuesto nuevo empleo? —pregunto sonriéndole.
—Sí, me quieren en una universidad como entrenador temporal todos los fines de semana, Dicen que ganaré más de lo que gano en una semana en la escuela y que si doy la talla puede de que me dejen oficialmente. Supongo que dejaré la escuela para enfocarme en ello si pasa. —dice, me levanto rápidamente y me subo en sus piernas.
—Amor, aquello ha sido la mejor noticia que he recibido—digo dándole muchos besos en la cara—Debes de aceptarlo, estarías loco si no lo hicieras.
—Claro que lo voy a aceptar, solo quería escuchar lo que pensabas—dice llevando su mano a mi muslo.
—Oh Trevor, no sabes lo feliz que estoy por ti. Serás un grandioso entrenador y vas a ser grande, oh mi amor—junto nuestros labios con mucha energía. Aquello me ha alegrado bastante.
Caminé entre mis compañeros con una sonrisa mientras saludaba a cada uno con un "buenos días" hasta llegar a mi cubículo, me senté y dejé mis cosas sobre mi escritorio. Alice llega a pocos minutos y se sienta en su silla giratoria, ella gira su rostro para verme y me sonríe pícaramente.
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De repente llegaste a mí © EN EDICIÓN
RomanceHayley Stone es dejada plantada en el altar en el momento de contraer matrimonio por su prometido, desatando un dolor profundo en ella. Tras la vergüenza y la tristeza sale corriendo de la iglesia hasta llegar a una estación de tren en Manhattan. Tr...