Capitulo 2

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Ser dueño de una persona es un desafío no conocido por muchos y dominado por pocos...

La reina.


Kim Jongin observó a los delegados entrar a la sala del trono con desinterés, otro grupo de
embajadores con demandas absurdas de su tiempo y recursos sintió la tentació de matar a la gran
mayoría de ellos, pero probablemente lo metería en problemas con el Consejo Galáctico... otra vez.

Mientras obtenía otro vaso de vino, se quedó paralizado la delegada de Dasom entró en la sala del trono sosteniendo una correa atada al hombre más bello que jamás había visto.

La visión del largo cabello, tan rojo como el vino al sol, la piel teñida de miel y un cuerpo magro y sexy, sacó la mirada de Jongin lejos de los papeles que tenía delante.

La mascota llevaba nada más que un par de pantalones bajos que colgaban de los huesos de sus caderas, Jongin nunca había estado duro, tan
rápido, en su vida necesitaba que el hombre le perteneciera ahora.

—Tráeme a la delegada Dasom—dijo a su asistente.

—Pero emperador, no figura como la primera en hablar—protestó Sungwoon.

Jongin clavó al hombre con una mirada—¿Pregunté a caso quién crees qué debe pasar primero?—espetó.

—No, Majestad. —Sungwoon hizo una profunda reverencia, probablemente con la esperanza de que Jongin no le tirara algo.

—Tráelo ante mí —exigió con los dientes apretados a este ritmo, la preciosa mascota saldría antes de que  Jongin tuviera la oportunidad de
arrebatarlo lejos de la delegada.

Sungwoon se inclinó de nuevo antes de salir corriendo.

Un minuto más tarde, la delegada de Dasom estaba delante de él,  Taemin sonrió y le dio al emperador una profunda reverencia.

—Gracias por haber accedido a hablar conmigo, Majestad.—

El hombre de la correa se arrodilló a su lado, Jongin quería que mirara hacia arriba obtuvo un breve destello de ojos violetas rodeados de brillantes pestañas rojas, antes de que la mascota bajara la cabeza.

—¿Quién es? —preguntó Jongin, señalando al muchacho.

—Este es Taemin—dijo la delegada, acariciando con la mano el pelo de la mascota.

Un gruñido bajo se construyó en su garganta mirar a alguien tocando al muchacho lo enfureció.

—¿Qué fue eso, Majestad? —Ella dio un paso hacia atrás, sus ojos cautelosos su expresión debió
haber revelado su ira.

—¿Cuánto por el niño?— La delegada sonrió mientras Jongin apenas resistió el impulso de estrangularla.

—No está en venta él es un compañero de viaje que vino conmigo porque está en busca de un Maestro.

La polla de Jongin se levantó para pedir desesperadamente... quería a la criatura antes que él....

—¿Qué pides a cambio? Todo el mundo tiene un precio.

—Queremos adquirir derechos mineros en su tercera luna por la cosecha de Crellinium.

—Si me das al chico, te voy a dar los derechos mineros, pero tienes que darnos la mitad de lo acarreado y nos permitirás estacionar algunos hombres para verificar el progreso.

—Necesitaba al sumiso, pero no iba a dar la luna por él, si la delegada se negaba... bueno, ella iría en la primera nave que los piratas atacaran de una forma u otra el hermoso
joven sería suyo para sorpresa de Jongin, la delegada se dirigió a la
mascota.

EL SUMISO || TaeKai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora