42. Baby girl

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Selena P

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Selena P.O.V

No sabía lo mucho que puede cambiar el tiempo. Hace un poco más de un año era incrédulamente feliz con Zayn, antes pensar en el me dolía en el alma pero ahora lo veo como si me hubiera hecho un favor. Ahora con Justin somos completamente feliz.

Tengo ocho meses de embarazo y parece que voy a explotar, literalmente.

Tener dos bebes dentro de mi es difícil, cansado y aveces me da patadas en mi autoestima pero por otro lado es lo más hermoso que he experimentado en mi vida.

Por otra parte los papeles de adopción por el bebé de Stella estaban completos y al parecer a ella le cayó el veinte y comenzó a madurar, comprendo que lo suyo no era ser mama y de alguna extraña manera está contenta que nos vamos a quedar con su pequeña bebé.

Si, Stella iba a tener una niña. No conocía al biológico padre pero Stella era hermosa y no había dudas que la bebé sería igual.
Después de que naciera nos la iba a entregar e iba a regresar a París a tratar de rehacer su vida.

Pero la bebé sería de Justin y mía y la vamos a amar como si fuera nuestra porque al fin y al cabo la bebé es inocente y no tenía la culpa de nada.

Todavía no me caía la idea de que iba a tener tres bebés, tres. Es una locura pero no puedo estar más que emocionada. Justin al principio estaba inseguro ante ello pero en las citas en el doctor con Stella si se le salía una que otra pequeña sonrisa.

Y ahora hablando de mis gemelitos que pareciera que nunca duermen porque todo el tiempo están moviendo y queriendo salir a conocer al mundo.

Todavía no sabíamos el sexo de nuestros bebés y debo de decir que esa era la culpa de Justin porque quería que fuera sorpresa en cambio yo brincaba por saber así tener todo listo pues me había vuelto un poco loca con las compras para los bebés.

-Ustedes serán los bebés más hermosos del planeta que digo del planeta si no del universo porque su mami es la mujer más hermosa del mundo y que les puedo decir también soy demasiado sexy y si no su mami es una mentirosa-. Justin estaba teniendo una de sus tantas sesiones de platica con nuestros gemelos. Solía quitarme mi camisón o vestido que era lo único que me quedaba y duraba hasta horas hablando con nuestros bebés. Estos le respondían con pataditas y muy fuertes debo aclarar.

Sonreí y acaricie su cabello no viendo la hora en que los tengamos en nuestros brazos.

-Cariño, tengo que confesarte algo-. Me dijo después de besar mi panza una vez más. Me alarmé un poco.

-¿Qué cosa?-. Pregunté.

-Si son niñas creo que ya no serás la mujer más hermosa del universo-. Me dijo apenado como si fuera algo gravísimo, yo solo reía y negué con mi cabeza.

-Lo mismo, si son niños no creo que seas el hombre más guapo del universo-. Reí. Hizo un puchero con sus labios queriendo que le de un beso pero quería jugar un poco con el así que me giré y le di la espalda riendo.

-¿Con que no le quieres dar un beso al sexy papá de tus hijos, eh?-. Se acercó a mi y puso su brazo alrededor de mi cintura y como solo me encontraba en mi sujetador repartió besos abiertos en mis hombros para luego trasladarse por mi cuello y terminar en mi mandíbula, gemí a las caricias que me hacía este hermoso hombre.

Contaba los días para que nacieran mis bebés pero también para hacer el am-. Mis pensamientos fuero interrumpido al escuchar el sonido de un celular.

-Maldición-. Justin susurró indignado. Sentí que se movió de la cama y tomo el celular para contestarlo.

-Bueno-. Contestó. Hubo algunos segundos de silencio cuando volvió a hablar. -¿Qué? ¿Estas segura?-. Volvió a hablar pero ahora su tono era más preocupado. -Vamos para allá-. Alarmada me levante de la cama.

-¿Qué sucede?-. Le pregunté.

-Al parecer Stella está en labor-.

-¿Enserio?-. Sonreí y el asintió.

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-Es hermosa-. Susurré.

-Lo sé-.

Sosteníamos a nuestra bebé unas horas después de su nacimiento.

Bella.

Era extraño sostenerla y tener esta barrigota pero el lazo fue inmediato, al instante en que la vi en los cuneros mis ojos se llenaron de lágrimas.

Aunque Justin ni yo no somos sus papa biológicos vamos a amarla como si lo fuera, se que Justin también se enamoro de ella al instante en que la vio.

Bella Bieber Gomez.

Tenía poco cabello pero era rubio, muy rubio. Sus ojos tenían ese tono gris azulado que tenían en esos bebés, su pequeña nariz estaba respingada y su piel era de un tono rojo pero detonaba belleza y no dudaba que Justin iba a liderar con alguno que otro noviecito en algunos años.

Stella estaba dormida en su habitación y aunque tenía miedo que en cuanto la viera se iba a enamorar como nosotros lo hicimos y se querría quedar con ella, siguió con su pensamiento que simplemente no nació para ser mamá y estaba segura que su niña estaría muy bien en nuestra familia.

Estaba vestida en un pequeño mameluco con flores con muchos colores femeninos y un gorro color rosa con un pequeño moño en el.

Muy femenino pero en cuanto lo vi le enamore de él y no me pude resistir a comprarlo. A veces sentía lastima por nuestras tarjetas de crédito porque me había excedido tal vez un poquito. Tal vez.

De pronto sentí ganas de ir al baño. Esto pasaba muy a menudo, con todas las vitaminas y las hormonas necesito ir al baño más de lo que a mi me gustaría y aveces era muy vergonzoso.

-Cariño, necesito ir al baño-. Le anuncie.

-Ve tranquila amor, yo cuido de Bella-. Sonrío y deje un beso en sus labios y otro a Bella en su pequeña frente.

Nos encontrábamos en el hospital en donde Justin y yo trabajamos, bueno por el momento solo  el porque yo ya no me encuentro en condiciones de trabajar hasta que nazcan los gemelos.

Después de hacer mis necesidades y lavarme las manos comencé a buscar mi teléfono para avisar a toda la familia, tanto a los papás de Justin como a los míos que nuestra pequeña había nacido.

Un dolor atravesó mi abdomen que provocó que me doblara un poco, un líquido caliente caía por mi pierna y al instante sabía que estaba sucediendo.

Mi fuente se había roto y estaba en labor de parto.

Traté de tranquilizarme pero el dolor era insoportable, lágrimas caían de mis ojos y nublaban mi vista. No era el tiempo, faltaban dos semanas y ni siquiera estaba planeado tenerlos de forma natural porque era más riesgoso. Desbloquee mi teléfono y le marquee a Justin para que viniera en este instante.

True Love Never Dies | JelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora