Capítulo 16 (ultimo Prt.2)

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Anya recibió una buena reprimenda por parte de Lexa y a punto de quedarse sin trabajo gracias al mal genio de Ontari, pero la decisión de ésta fue persuadida por Lexa, que a pesar de su enfado decidió ser más benevolente a la hora de inculcarla un castigo, sus privilegios como secretaria personal se fueron a la mierda y la pasaron a recepción general, mientras a Raven, solo por una semana y ésta consideró su castigo mucho más cruel, fue exponerla como la nueva mascota de la empresa, enviándola diferentes días a centros comerciales y con el disfraz del logotipo de la empresa debía repartir panfletos mientras hacía un baile, en realidad el trabajo solo servía para repartir panfletos lo del baile fue un invento de la... ¿Cómo la llamó Raven?... ¡ah sí! La perra de Ontari Fisher. Obviamente otro privilegio que perdieron, fue la reducción de salario, al menos temporalmente, por parte de Lexa, si llega a ser por parte de Ontari, se quedaban en esos puestos para siempre.

Anya conocía a su jefa y pese acabar reconociendo que hizo mal, le suplicó para que no la despidieran, tampoco consideraba un delito querer ver a Lexa feliz con otra persona, es como reclamar a unos amigos por planear una cita a ciegas con otra persona, obvio que pocas veces suele ser una encerrona, pero que se le iba hacer, el plan le salió mal y a su vez no tan mal, su primo el mujeriego acabó enamorado perdido de Ontari, algo que no llegaba a comprender, es decir Lexa tenía un pésimo gusto por la moda y necesitaba un empujón para que fuera más segura, pero era una persona más cordial y Ontari era, una mujer de carácter demasiado agresivo, incluso los días en los que pareció caer a los pies de su primo, consiguió endulzar un poco su carácter, solo un poco y Lexa, no solo potenció su físico, por una vez en su vida no estaba tan esclavizada en el trabajo. En fin, ahí estaba la señorita Lindgren, en el recibidor de la empresa, atendiendo a gente de todos los departamentos, llamadas de todo el mundo y todo tipo de mensajería, se le acabó hacerse la manicura entre llamada y llamada. Tampoco es que pillara a Lexa, ya que anunció que se tomaría una semana de vacaciones y que no regresaría hasta después de noche vieja. Ni dos días pasó cuando su primo, entró en la empresa en plan galán de telenovela, acicalado con su mejor esmoquin y un ramo de rosas enorme:

— Hola primo— dijo Anya mirando el magnífico conjunto que llevaba su primo— sé que me adoras, pero no sabía que hasta el punto de regalarme un ramo de flores.

Su primo puso un mohín:

— No me vengas con esas, sabes a lo que he venido, sé que no me va a recibir si le dicen que soy yo, pero ¿puedes echarme una mano y decir a Ontari que soy un ejecutivo con el que tenía una reunión?

— Imposible— Negó Anya con convencimiento— Si te ayudo lo siguiente que vea sea la calle y por otra parte— se apoyó en el respaldo de su silla y se cruzó de brazos— Ontari no está, ha decidido viajar

— ¿A dónde?

— Al país de nunca jamás— dijo con ironía Anya— no lo sé, no soy su secretaria, solo sé que no está— resopló y apuntó la dirección de un centro comercial— a lo mejor Raven sabe algo— dibujó una sonrisa llena de malicia— por favor haz un video cuando haga su bailecito vestida de ardillita.

El chico miró la dirección que le había pasado y acto seguido asintió distraído. Gesto que Anya tomó como que se quedaría sin su vídeo.

Un paquete para R.R.H.H, un correo para el departamento informático, un par de llamadas de unos cuantos proveedores, Marketing... bla, bla, bla... entre medias, recibió otra visita que no se esperaba. Clarke Griffin, la agente de citas, la que supuestamente tenía que buscarle una cita a Lexa, no ser su cita:

— Si buscas a Lexa, no está

Dijo Anya antes de que la rubia abriera la boca:

— ¿Dónde puedo encontrarla?

Agencia de Citas (CLEXA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora