Noche vieja, no acabó cenando en familia pero sí que acabó sintiéndose realizada, acabó conociendo a mucha gente interesante y en parte sintió pena. Mucha gente asocia a la gente indigente con drogas y alcohol, no iba a negarlo, Lexa era una de esas personas, hasta que esa noche se sentó con los pocos que quedaban en el salón, ahí conoció a la señora Robinson le contó que ella y su marido se mudaron a la gran ciudad en busca de nuevas oportunidades, ella es de Florida y su marido fue un gran trabajador como cocinero, la pobre mujer siempre había sido ama de casa y volcada en criar a sus hijos, hasta que su marido murió y aquellos que eran su familia, sus hijos, la desahuciaron para vender su casa e irse lejos, dejándola desamparada, la mujer apenas tenía sesenta años.
Marco, un italiano con raíces africanos de cincuenta y seis años. Emigró siendo apenas un adolescente cuando se enamoró de una preciosa mujer de Michigan, nunca llegó a casarse con ella, ya que la familia de la joven nunca le aceptó ¿un simple repartidor negro? Por encima de su cadáver:
— Dudo que sus padres sigan con vida— dijo Danila Lindgren el amigo de Ontari— Puede intentar ponerse en contacto con ella otra vez.
El hombre miró al chico como si estuviera loco y acto seguido rompió a reír:
— Mírame caballero— dijo entre risas, como era de esperar Marco estaba desaliñado, barba y pelo largo, un chándal viejo y sucio, deportivas rotas y olor añejo— ¿crees que se acordará de mí y que me aceptaría? O lo que es más probable, que rehiciera su vida y ahora mismo estará casada y habrá formado esa familia que tanto anhelaba.
— Eso no lo sabes y nunca lo sabrá si no lo intenta, usted no la ha olvidado— insistió el chico— ¿qué le hace pensar que ella sí?— dejó escapar un suspiro— créame yo siempre he sido el típico rompe corazones y me avergüenza admitir que siempre me he aprovechado de mi físico para vivir de viejas ricachonas
Lexa se apoyó en la mesa y lo miró con mucho más interés, ya lo hubiera pensado que era un capullo gilipollas que se merecía estar solo, pero parecía tan apenado y abatido, que le dio el beneficio de la duda:
— ¿ahora? ¿Qué te ha hecho cambiar?
El chico se miró las manos y dibujó una sonrisa:
— Una mujer— la intuición de Lexa hizo que pensara directamente en Ontari, lo siguiente que dijo se lo confirmó— con mucho carácter y gruñona, pero en el fondo tiene un corazón precioso aparte de que es bellísima.
— Ontari
Dijo Lexa más convencida. El chico moreno la miró y dibujó una sonrisa apenada:
— Mi prima Anya me llamó, tenía el convencimiento de que si seducía a Ontari se volvería más "dulce"— la expresión de Lexa se endureció, "vaya" pensó, al parecer Anya jugó a ser la celestina con Ontari también— el problema es que acabé enamorándome de ella y en cuanto supo la verdad me mandó a la mierda
— tu prima tiene muy malas costumbres
Dijo Lexa con amargor:
— Y ¿usted?— preguntó Marco a Lexa— Dudo que se haya vestido tan elegante para ser voluntaria en el comedor
Lexa dejó caer los hombros:
— Su prima— dijo señalando con la cabeza al chico que estaba sentado a su lado— contrató a una asistente de citas a mis espaldas, resulta que la asistente ya la conocía del instituto, fue la primera chica en la que me fijé— suspiró abatida— acabamos liándonos, yo pensaba que era mutuo pero resulté ser un negocio para ella— dejó escapar una risotada antes de decir con ironía— ¿Quién puede enamorarse de alguien como yo? Soy fea no tengo estilo y soy aburrida
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Agencia de Citas (CLEXA AU)
Fiksi PenggemarLexa Woods es un desastre ligando, dado que la víspera de navidad estaba al caer, Anya Lindgren secretaria y amiga de Lexa decide contratar a una asesora de citas a espaldas de Woods. Clarke Griffin iba al mismo instituto que Woods y sin saberlo tam...