"Capítulo III"

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-Lo siento, cariño, pero debes quedarte aquí toda la noche- me dijo la enfermera mientras hojeaba unos papeles sobre su escritorio.

-Pero ¿por qué? Sólo fue un simple golpe-  murmuré sin creerme mis propias palabras.

La verdad es que desde que llegué a la enfermería el dolor en mi nuca ha ido en aumento. La bolsa con hielos, que por cierto me está congelando la mano derecha, no está siendo de mucha ayuda, pero cada vez que la dejo sobre la camilla recibo un grito agudo por parte de la enfermera regañándome. Quizás, después de todo, no sería mala idea pasar la noche aquí.

Miré el reloj que colgaba en la pared. Eran la 7:00 PM, llevaba horas aquí. Me recosté sobre la  camilla y me quedé mirando el techo unos minutos, en busca de algo que me entretuviera, pero no aparecía nada, y mis párpados pesaban cada vez más, estaba sufriendo las consecuencias de despertarme en la madrugada de la noche anterior. De un minuto a otro todo lo que me rodeaba desapareció, ya no era consciente de nada. Me había quedado dormida.

                                                                  ***

No sé cuánto tiempo dormí, pero una gran mano apretando mi brazo había interrumpido mi sueño. Poco a poco volví a la realidad y abrí mis ojos de golpe para encontrarme con  unas gafas de sol negras y una sonrisa enorme justo frente a mí. Fui incapaz de reprimir un grito, y sin pensarlo dos veces, empujé a “gafitas” lo más lejos que pude mientras me incorporaba en la camilla.

-Vaya, muchacha, para ser una niña sí que tienes fuerza- dijo el hombre, colocando sus gafas chuecas de vuelta en su lugar- Pero no te conviene usarla contra mí.

-Debo ir a mi cuarto- exclamé con la respiración agitada, de verdad me había asustado.

El extranjero comenzó a reír con fuerza, yo lo miré desconcertada mientras bajaba de la camilla de un salto y caminaba lentamente hacia la puerta.

-Ni se te ocurra salir de aquí, niña- me ordenó dejando de reír de súbito- Creo haber sido lo suficientemente claro ayer cuando te lo dije. Tú vienes conmigo. 

-¡¿QUÉ?! Usted está loco si piensa que lo acompañaré a alguna parte- corrí lo que me quedaba a la puerta y la abrí con violencia. Me quedé de piedra. Frente a mí había dos hombres enormes y robustos, su parecido con un par de gorilas era impresionante. Era bastante obvio que no me dejarían pasar.

Me volteé hacia “gafitas” con la boca ligeramente abierta ¿En verdad estaba haciendo esto?

El tenía una sonrisa triunfante dibujada en el rostro.

-Te dije que vendrías conmigo. No me importa si estás de acuerdo o no, niñita- exclamó con una voz más grave de lo normal. En ese mismo momento sentí unas manos aferrándose a cada uno de mis brazos. La distancia entre mis pies y el suelo fue aumentando. Levanté mis ojos y los paseé con desesperación por la habitación, en busca de algo o alguien que me ayudara. Pero sólo estaba el extranjero, mirándome fijamente y sin rastro de expresión alguna en el rostro.

-Llévensela al auto- ordenó.

De repente la habitación comenzó a alejarse. Me estaban arrastrando por los pasillos del edificio. Podía sentir la desesperación y la impotencia abordar mi cuerpo, una chica de 16 años no podía combatir contra la fuerza de dos gorilas gigantes.   

 Me arrastraron hasta llegar a un auto negro de vidrios blindados, en el jardín trasero, entonces se detuvieron, esperando a que "gafitas" llegara. Se apoyaron sobre el coche y relajaron ligeramente su agarre en mis brazos, mirando la puerta trasera del edificio de vez en cuando por si aparecía el extranjero. Esa era mi oportunidad, ellos estaban distraídos. Me impulsé como pude y logré zafar mis brazos de su agarre, salí corriendo con desesperación sin dirección alguna, pero mi gran escape no duró mucho. Unas enormes manos me atraparon, comencé a patalear y gritar como una loca, no me rendiría tan fácil. Luego todo pasó muy rápido, una especie de trapo o pañuelo cubrió mi cara y poco a poco el ruido desapareció, mi cuerpo comenzó a pesar, mis extremidades no respondían, y mi vista se nubló. Todo desapareció ante mí.

Nova Terra (Logan Lerman y Tú) {Retomada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora