Al salir el doctor de mi habitación, me deja esperando al agente con ansiedad principalmente porque tendré que revivir todos los actos impuros que me han realizado, nada más pensarlo y se eriza la piel, mis manos empiezan a sudar y escucho como los aparatos comienzan a sonar con más intensidad, intento respirar lentamente mientras cierro los ojos para poder tranquilizarme, pero llegan imágenes a mí de esos ojos oscuros y llenos de malicia, los abro de golpe, esto será más difícil de lo que podía pensar; recuerdo que siempre que miraba los casos de abusos en la televisión sentía que eso era lejano y ajeno a mí, que nunca me podría llegar a pasar eso, lo veía como algo tan aparte de mi vida que nunca me imaginé como reaccionar si eso llegaba a pasarme y ese es el principal problema, nadie está física ni mentalmente preparado para las desgracias, nadie espera que un día aparezca un hombre malvado y te arrebate tu paz, tu vida.
Escuché un ruido que me hizo salir de mis pensamientos y mirar hacía la puerta de la habitación; por ella iba entrando un señor con el uniforme de policía, tenia unos lentes con mucho aumento que hacían ver sus ojos demasiado pequeños, era de estatura baja y rechoncho, llevaba en sus manos varios papeles y un celular, Al ingresar me saludo de una manera muy amable e intentó organizar todos los papeles en la mesa donde se encontraban las flores, pude notar como observó con gran atención las flores ya marchitas.
- Veo que recibió un presente, deben quererla mucho- dijo el agente, aunque su intención era ser amable conmigo, sentí rabia, porque esas flores eran precisamente todo lo contrario al reflejo de cariño.
- De eso exactamente quería hablarle señor... - mi tono fue amargo.
- Edward, mi nombre es Edward Lincoln señorita Melody – se presentó.
- Señor Edward, esas flores son todo lo contrario al amor, son unas flores que reflejan amenaza – respondí, él me miró con confusión y por supuesto lo entendía, así que seguí hablando, - si quiere puede leer la carta con la que venían acompañadas, me están amenazando y no sé porque razón, tampoco logro entender como llegaron esas flores aquí, ni quien tuvo las agallas de burlar la seguridad de éste hospital.
Edward tomo la tarjeta con rapidez y la leyó al menos unas cinco veces, en silencio me quedé observando su reacción, obviamente estaba sorprendido de como una chica inocente recibía ese tipo de advertencias, pero encontré duda en su mirada.
- Señortia Melody, no se preocupe usted obtendrá una buena seguridad dentro y fuera del hospital – esa afirmación me causó algo de alivio, pero al mismo momento gracia, seguridad decía él, si ni siquiera se enteraron cuando ingresaron esas flores, me parecía algo irónico.
- Y acaso antes no la tenía, me refiero a que estuve tres días postrada en ésta cama y con riesgo de morir pero nadie estuvo al tanto del peligro que corría – respondí muy rápido y sentí un leve dolor en las costillas.
- Señorita no se altere, necesito que me cuente lo que pasó, no pido detalles porque sé que será muy doloroso para usted comentarme todo, pero si requiero ciertos datos para poder dar con el implicado. – dijo el agente intentando sonar tranquilo, pues todos mis aparatos se habían disparado y mis latidos cada vez estaban más descontrolados.
- Querrá decir, los implicados en el asunto, le agradezco que no me pida detalles del suceso.
Le contaré, hace 2 meses conocí a un joven llamado Dylan Meza, es mecánico, según lo que el me comentó vive a una manzanas de mi casa, tiene 23 años, está lleno de tatuajes, es bastante alto de tez morena, los hechos sucedieron en una discoteca de la ciudad llamada "La sombra" o eso recuerdo, me drogó y llevó a una de las cabinas existentes dentro de ese sitio con la ayuda de dos de sus amigos, tengo recuerdos borrosos de ellos y ya usted sabrá lo que me hicieron dentro de esa cabina que para mí fue más bien como un santuario del terror, desperté en un basurero a las afueras de la ciudad, me auxilió un señor de edad avanzada y llegué al hospital, es todo lo que puedo decirle y lo que recuerdo. – lo solté de una manera tan ligera, que hasta yo misma me sorprendí sin soltar ninguna lagrima al relatar un poco sobre el miserable de Dylan.
- Notó usted algún comportamiento por parte del principal implicado- preguntó el agente mientras escribía en una libreta, con su máxima concentración.
- No señor, siempre demostró ser alguien amable hasta esa noche, de lo contrario créame que me habría alejado de él – respondí con total sinceridad.
- Me dice usted que él trabajaba como mecánico, sabe el nombre del lugar o siquiera alguna vez él lo mencionó – seguía Edward con el interrogatorio.
- La verdad nunca lo dijo, pero dijo que era cerca de mi trabajo – pensé en voz alta, aunque probablemente todo lo que me dijo era una mentira, solo me quedaba no perder la esperanza y que la justicia caiga sobre los culpables.
- Bueno señorita, si eso es todo lo que tiene por decirme, me retiro y espero que se mejore – dijo el agente Edward con respeto.
- Hasta luego señor – dije en un susurro y miré mis uñas, creo que mejorare rápidamente en las heridas físicas, pero las que tengo en mi corazón siento que serán difícil de superar. La mayoría solo se preocupa por mi estado físico, pero han ignorado que estoy muriendo por dentro, mi mente no me deja descansar y gira entorno a esa fatídica noche, tengo pesadillas y muchas veces me levanto llorando.
Inmediatamente salió de la habitación llevándose consigo los papeles, las flores y la nota, solté un suspiro, no sabia que lo estaba reteniendo, pero pude sentir como se relajaban mis hombros, estaba manteniendo una posición de mujer fuerte ante los demás no quería que me vieran como alguien que fue herida; aunque en el fondo yo me sentía indefensa. Fui bastante déspota con el agente, pero es un mecanismo de defensa al presentir que el me tenía cierta lastima, no quiero que la gente sienta lastima de mí, no quiero que al ir por las calles me vean como una pobre tonta, no se como me enfrentaré a todo tipo de miradas en un pueblo tan pequeño como el mío, no creo soportar tantas miradas de compasión.
Brotaba una pregunta en mi mente ¿podré seguir con mi vida normalmente o seré tan débil como para rendirme?
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Este capitulo refleja un poco la realidad de las personas que han sufrido cualquier tipo de abuso, se sienten vulnerables, solos y dañados. Es un tributo a todas esas personas que han pasado por esas situaciones, que sepan que no están solas y que existen personas dispuestas a ayudar, no guarden silencio ante ese acto cruel.
amo que lean mis capítulos, que les este gustando.
¿que harían en una situación como la de melody?
si les agrada el capitulo apoyenlo con una estrellita bonita que queda a lo último, con un comentario, me gusta leerlos y saber de sus opiniones sobre éste capitulo...
besos y abrazos!
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Fuga de ilusiones
RomanceMelody Scott una chica amable, bondadosa y responsable, decide cambiar tras una trágica noche ... el odio, la desconfianza y el rencor se apoderan de ella, convirtiéndola en una chica rota. "Mírame como cuando nos conocimos, mírame infeliz , si es...