4. Fragancia a café

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Abro los ojos y me encuentro a Jungkook a mi lado, luce tan tierno que parece un niño. No hay cosa más bella que verlo descansar así de tranquilo.
Logro recordar lo que pasó anoche, inevitablemente me sonrojo y me tapo la boca. Pensar que él me vio de una forma tan feroz, le tendré que pedir perdón por eso.

Creo que debería hacerle el desayuno, para cuando despierte. Pero lo veo durmiendo tan sereno que no puedo alejarme de su lado.

Jungkook realmente es una persona muy preciada para mi, quiero protegerlo de todo aquello que pueda hacerle mal. Porque su sonrisa es lo que más motiva a mi día a día y él es el por qué de mis canciones. Recuerdo siempre las pocas veces que me ha dado un pico de estrés por los conciertos, el entrenamiento, las giras, todo siempre desaparecía con tan sólo una sonrisa suya. Me miraba con una expresión curiosa y me decía: "Hyung, ¿Por qué estás así? ¡Hoy haremos historia!"

Lo mejor de todo es que así fue. Gracias a él yo pude hacer todo bien hasta ahora, me salvó de mis malos momentos. Pudimos lograr grandes cosas juntos, no es sólo un buen compañero de trabajo sino también un gran apoyo para mi. Cuando me declaré, ya estaba decidido que si me correspondía él sería mi compañero de vida, sabía que me daría todo lo que necesito, por esa razón siempre trato de mostrarle toda mi gratitud, por estar junto a mi y amarme.

Él se merece todo lo bueno de este mundo, y más de lo que le doy siquiera.


Mientras lo veo dormir pienso que no puedo ser más afortunado de tenerlo a él como mi pareja. Lo aprecio muchísimo y le tengo un cariño inmenso. Verlo dormir tan sereno, me provoca querer abrazarlo pero debo contenerme. Debe de estar igual o más cansado que yo por tanto trabajo que tuvimos ayer, y por lo de anoche.

Me levanto con sutileza de la cama y me dirijo hacia la puerta; camino por el pasillo hasta la cocina, tratando de no hacer ruido alguno. Abro la alacena en donde se encuentran los granos de café y los tomo. Le haré un macchiato, es su favorito.

Le encanta la canela sobre la espuma, y más que ésta última sea dulce. Aunque no es de mi gusto, tomaré uno también. Estoy cansado de los cafés americanos rutinarios.

Aprovecho el tiempo de espera de la cafetera y tomo el pan de la alacena alta a mi izquierda, coloco las rodajas en la tostadora. Agarro uno de los tres potes de mermelada de naranja que hay en la heladera, realmente le gusta.

Me ha contado que su madre los prepara y se los manda cada vez que a él se les acaban. Suele enviarle 5 potes grandes de medio kilo por mes; como siempre, es un chico muy querido. Lanzo una pequeña risa por tan sólo imaginarlo en casa de su madre y que ésta le cumpla todos sus caprichos. Él es una persona a la cual se le puede tomar fácilmente cariño y resplandece por cada ángulo en que lo veas. Estoy seguro que si yo fuese su madre también le cumpliría todos los gustos.

El café está listo y lo sirvo en una taza baja y circular, le agrego 2 cucharadas de azúcar y encima de la espuma dibujo un corazón de canela, y lo relleno con ésta. Al mío lo hago simple, en una taza de la misma forma. No soy tan del gusto dulce como Kookie, así que le agrego poco azúcar y sólo algo de canela.

Escucho unos pasos venir, ya habrá despertado.

-Buenos días, Nam -dice frotándose los ojos, todavía somnoliento. Realmente es como si tuviese un bello niño conmigo, pero este es el niño más lindo de todos.

-Buenos días Kookie -le doy un pequeño beso y él se sonroja. Ah, es tan lindo- Tengo casi el desayuno listo, ve a la mesa que ahora lo llevaré.

Hace puchero y me abraza por detrás unos segundos.

-Quiero ayudarte. Me hiciste el desayuno y lo menos que puedo hacer es esto -me suelta y coloca las tostadas en un plato, en otro sirve la mermelada.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2019 ⏰

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