Los álbumes son lo mejor que existen, puedes ver las fotos de grandes recuerdos que no quisieras olvida nunca, que por siempre quieres que duren en tu memoria. Que mejor un álbum donde todo nuestro romance esté guardado y cuidado por ambos, poder mo...
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Sus ojos brillaban mientras veían el instrumento sobre mis manos, yo continuaba tocando aquella guitarra haciendo una melodía. Me era difícil hacerlo, pues sus ojos chocolate en verdad me ponían nervioso. Eso es nuevo.
-Tocas la guitarra muy lindo, Bakugō -sonríe.
-Pensé que habíamos quedado en que me llamarías por mi nombre, ¿no fue así? -dejé de tocar.
-Oh, sí -se sonroja levemente.
-Bueno, acostúmbrate a llamarme por mi nombre -deje la guitarra de lado.
¿Porqué me era difícil demostrar mis sentimientos como ella lo hizo?, ella lo hacía lucir tan fácil y cuando lo voy a intentar es un completo fallo. ¿Cuál era la mejor idea?, no soy una persona que piensa de manera romántica, ¡Soy un asco en ese aspecto!.
-¿Puedes? -me miró a los ojos.
-¿Puedo qué?
-Seguir tocando, me gusta las preciosas melodías que haces -respondió sonriendo.
-Ah, como sea.
Continué tocando aquel instrumento mientras ella me veía con esa sonrisa tan sincera de felicidad que demostraba siempre, no, esta sonrisa era mejor que las anteriores. Me encantaría apreciar más ese tipo de sonrisas.
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Me encontraba en mi habitación leyendo una y otra vez aquella carta, me era difícil comprender como plasmar estúpidos sentimientos en un papel. ¡Me es la cosa más difícil del mundo!
-¡Katsuki, te buscan! -gritó desde el pie de las escaleras.
Di un bufido y me levanté de la cama para ir a ver quien interrumpía mi tranquilidad de confusión. Al abrir la puerta aquellos ojos rojos al igual que el cabello se hicieron presentes.
-Hola bro, necesito...
-Entra de una jodida vez -interrumpí-, yo soy quien necesita tu ayuda.
-¿No le entiendes a la tarea? -arqueo la ceja-, por que si es así estamos completamente jodidos.
-No pedazo de mierda, es otra situación -lo dejé pasar.
-Ya veo, en verdad debe ser muy difícil para que pidas ayuda -entró y se sentó sobre la cama.
-¿Recuerdas la carta que envió la cara redonda?.
-Como olvidarlo, yo fui en mensajero -se ríe.
Al sentarse se dió cuenta que estaba ahí al lado aquella carta, le hice una seña de que la tomara. No me molestaba, de hecho quería ayuda para hacer algo igual. Dos minutos más tarde él simplemente me miró por un momento, era nuevo en esta mierda del "amor".
-Vaya, ¿qué te vió la linda Uraraka?
-Y yo qué sé, ayúdame. ¿Cómo puedo responder de una manera igual?
-¿Al fin le dirás lo que sientes por ella y serán pareja? -preguntó con un brillo acompañado en sus ojos.
-¿Eh?, ¿qué tanta mierda piensas? Sí, eso mismo pienso hacer.
-¡Tengo una buena idea! -respondió sonriendo.
-Espero que en verdad sea buena, idiota -me crucé de brazos.
-¡Verás que sí! -sonríe.
¿En verdad es jodidamente completamente complicado decir tus sentimientos?, ahora entiendo porque prefirió enviarla que entregarla personalmente. Luego de unos minutos, Kirishima me contó su idea. Una canción. Era nuevo en hacer eso, por lo que no entendía en absoluto. Eran sentimientos plasmados como una carta, a diferencia que tenía rima, ritmo y musicalidad. Esto era un verdadero reto. He intentado crear por mera diversión, por despejarme un momento o intentar algo nuevo, por lo general solamente ayudaba a banda de rock que habían creado en la escuela con la batería.
-¡Esto es una jodida mierda! -lancé una bola de papel.
-Oye tranquilo bro... tendremos esa canción pronto. No todo sale de la noche a la mañana, que perfecta sería la vida ¿no crees?
Ambos nos dividimos aquel trabajo para terminar antes y dar aquella sorpresa lo más pronto posible, quería responder de una buena manera. ¿No es mejor cantar una canción ya inventada?, sería menos dolor de culo. Pero confío en Kirishima aunque no lo admita, sé que su idea es buena y creo que algo distinta a lo normal que pueden ofrecerle. Así que hay que arriesgar.
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¡Al fin!, luego de tres largos y malditos días terminé una jodida canción que me propuse hacer junto a Kirishima. Era de noche y me encontraba en el kiosko del parque donde había citado a la cara redonda. Veía que el reloj que llevaba en mi muñeca izquierda una y otra vez, los nervios se apoderaban de mi. Gracias al cielo no había tantos extras rondando por aquí que pudiera interrumpir mi plan.
Escuché unos pasos muy acelerados y al girarme me encontré con aquellos ojos chocolate que me hacían perderme en cuestión de segundos. ¡Para!, me estoy volviendo demasiado blando como mi padre.
-¡Katsuki, lamento la tardanza! -respondió agitada.
Nunca me había emocionado tanto por escuchar mi nombre proveniente de sus labios, sonreí al verla y estiré mi brazo. Ella simplemente me abrazó por el costado donde había levantado el brazo anteriormente.
-Hay algo que quiero darte... -llamé su atención.
Saqué una pequeña caja donde había un dije con la "K" en cursiva y una cadena. Le mostré la cadena que portaba yo con una "O".
-¡Esto es muy precioso! -respondió sonriendo mientras inmediatamente me ponía su cadena.
-Eso no es todo -sonreí de lado.
Saqué la guitarra de su estuche y me senté en un escalón con ella a mi lado, comencé a tocar aquella melodía mientras cantaba aquellos sentimientos correspondidos que ella tiene por mí. Sus ojos café estaban cristalizados, sus mejillas sonrojadas y sus manos junto a su boca sus pequeñas manos.
-¿Todo lo que cantaste es verdad?
-Todo, es una sincera confesión -sonreí.
-¿Correspondes entonces? -preguntó sonriendo.
-Ochako, en verdad me gustas desde hace tiempo atrás... por eso Kirishima pidió que firmaras la carta, ya que eras la única persona de quien esperaba cartas -le sonreí mientras la abrazaba con un brazo-. Entonces hoy te preguntaré: ¿Quieres ser mi novia? -pregunté mientras sentía como me sonrojaba.
-Sabes que me encantaría... -respondió.
Sentí sus manos tomar mis mejillas y tirar de mi rostro para hacer que me acercara, sentí sus labios contra los míos. Chocolate, todo en ella es así. Rodeé su cintura con mis brazos, tiempo atrás si me lo hubieran preguntado hubiera ignorado la pregunta o esquivando diciendo "no me interesa" cuando sucede todo lo contrario.
