"Carl esto no es vivir, es sobrevivir"
Abie no ha tenido una infancia fácil, toda su vida se ha tratado de sobrevivir. Cuando todo empezaba a mejorar un extraño virus estalla haciendo que los muertos se levanten.
Varias circunstancias llevan a Abie...
No se si era la necesidad que tenia de sacar todo lo que llevaba en mis hombros o que, pero el caso es que lo iba a hacer. Iba a contar todo mi puto pasado.
-Es una historia muy larga- dije en un susurro.
-No pasa nada, nosotros te escucharemos. Vamos a dentro- dijo suavemente Maggie tirando de mi mano y entrando dentro de la prisión. Nos sentamos en una de las mesas, y me miraron espectantes.
-¿Por donde empiezo?- dije resoplando, Beth me agarró la mano, acto del que me deshice con delicadeza- Me llamo Abie, Abie Dixon - dije tras unos segundos mientras levantaba la mirada y vi como ellos abrían los ojos sorprendidos.- ¿Que coño le pasa a mi apellido?- espeté molesta por su reacción.
-Nada, continúa- dijo Rick en un susurro.
¿Que coño?
-Mi madre se quedó embarazada de mi cuando era joven, y el cabrón de mi padre la abandonó cuando se enteró. No recuerdo mucho de esa epoca, pero para mi madre era difícil mantenernos, yo era pequeña, ella tenía que ir a trabajar y no tenía dinero para pagar y que alguien me cuidara. Además en ningún trabajo decente te dejaba ir con un bebe. Ahí estaba todo bien, lo malo fue cuando mi madre conoció a un tío, yo tenía cuatro años. Cuando cumplí los cinco, esa noche escuché gritos de mi madre y en la mañana tenía el ojo morado e hichado- apreté con fuerza los puños - Tom, el novio de mi madre, dejo su trabajo y empezó a beber, obligando así a que mi madre trabajara muchas más horas para poder mantenernos, ya casi no la veía. Yo ni si quiera iba al colegio, no nos daba para ello. Se convirtió en una constumbre levantarme a las tantas de la mañana por los gritos y los golpes en la habitación de al lado. Yo solo me tapaba con la sabana hasta la cabeza y cantaba una estúpida canción hasta dormirme- solté una carcajada sin gracias- Era una imbécil. A la mañana siguiente cuando mi madre desayunaba se encontraba con un nuevo golpe en su rostro. Poco después de cumplir los seis dejó de golpearla.- hize una pausa para coger aire.
-¿Que pasó después ?- preguntó Carol con lágrimas en los ojos.
-Empezó a golpearme a mi- dije apartando la mirada.
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-Hijo de puta- dijo Rick en un susurro.
-Me acuerdo de la primera vez que me puso la mano encima.
Flackback
Me levanté como era construmbre para desayunar con mi madre. Últimamente se la veía muy feliz.
-Mamá, ¿Hoy llegaras temprano para jugar conmigo?- pregunté con una gran sonrisa y mucha ilusión.
-Lo siento cariño, tengo que trabajar- constestó con su dulze voz mientras me acariciaba el pelo. Su respuesta hizo que mi sonrisa se borrada - pero puede que este finde pueda jugar contigo ¿vale?- eso hizo que volviera a sonreir- Me tengo que ir, portaté bien ¿Vale?-
